fijo. Ella habia admitido tener un novio en Kansas City, un tal Roy, pero habia roto con el antes de partir hacia Nueva York porque el muchacho era demasiado inmaduro y soso.

– ?Te gustaria tener a alguien fijo aqui? -le habia preguntado el.

– Depende.

– ?Alguien que se hiciera cargo de ti? -habia insistido el.

– Si me gusta el tipo, ?por que no?

– ?Te gusto yo?

Ella habia pasado la noche con el y al dia siguiente se mudo al apartamento. El siempre penso que era un buen trato. Darlene habia deseado el ocio y el lujo y la gente glamorosa y los ambientes caros, y todo esto lo tuvo. Randall habia necesitado una compania femenina con un cuerpo juvenil y sin riesgo de involucrarse emocionalmente, y todo esto lo tuvo. Sin duda, era una buena ganga para ambos. Sin embargo, ahora que la habia visto con su fiel novio, tan joven como ella, sintio una angustia de culpabilidad.

Pocos minutos mas tarde, Darlene se reunio con Randall en el salon privado donde la fiesta estaba ahora, si acaso, mas estrepitosa. Ella se veia todavia satisfecha y aun traia ese tonto ramillete de gardenias.

– Me libre de Roy -dijo ella-. ?Sentiste celos?

«Nina estupida», penso el.

– ?Que queria? -pregunto Randall.

– Queria que no me fuera contigo en este viaje. Queria que regresara con el a Kansas City. Quiere que nos casemos.

– ?Que le dijiste tu?

– Le dije que queria ir contigo en este viaje. ?No estas complacido, mi vida?

Su sentimiento de culpa habia crecido. A la larga, el nada tenia que ofrecerle. Sin embargo, ella estaba rechazando a alguien permanente y decente a cambio del convenio que tenian. No estaba bien, aunque tampoco estaba mal. Despues de todo, introducir el pene dentro de una joven que asi lo deseaba, dificilmente era un acto de corrupcion. Y si hubiese alguna corrupcion, seria en virtud de usar su imagen como figura paterna, lo mismo que su riqueza y su poder, para sacar ventaja de la debilidad neurotica de Darlene. A ella le correspondia alguien de su propia edad, que se hiciera cargo de sus necesidades y le diera tres hijos y una nueva lavadora y secadora automatica de por vida. A ella le correspondia estar con alguien como Roy Ingram, pero preferia una fiesta de despedida en el S. S. France. Bueno, el asunto funcionaba para ella y funcionaba para el, asi que al diablo con la moralidad.

– Vamos, Darlene -dijo el-, el champana va por cuenta de la casa.

Eso era lo que podia recordar del primer dia a bordo. Luego, el segundo dia; un dia en el mar.

Recostado sobre la cama del camarote, Randall tomo el segundo programa y lo hojeo.

EVENTS DU JOUR

SABADO, JUNIO 8

De 7:30 A 9:30 DESAYUNO

Comedor Chambord

10:00 GIMNASIA en la piscina, Cubierta «D», con el instructor

Echo a un lado el programa y revivio lo que pudo del segundo dia.

Wheeler y Naomi Dunn, que tenian alcobas separadas en la lujosa Suite Normandie en la Cubierta Superior, bajaron y se reunieron con Randall y Darlene cuando estos estaban terminando su ligero desayuno. Despues de ofrecer a Wheeler y Naomi que comenzaria a trabajar con ellos dentro de una hora, Randall habia llevado a Darlene a una animada excursion alrededor de la Cubierta Veranda, y luego habia hecho una apuesta de diez dolares por cada uno sobre la distancia que el buque recorreria entre el mediodia de hoy y el de manana. Con el ascensor habian bajado a la Cubierta «D», el se habia puesto un traje de bano y ella el bikini mas pequeno que el jamas habia visto. Habian ido a nadar durante treinta minutos. Despues de eso, Darlene se habia ido a un paseo por el barco o a ver una pelicula o a aprender el tiro al pichon de barro. Ella no tenia interes en el trabajo de el, ni en las conversaciones serias, ni en la lectura. Estaba satisfecha con cualquier actividad que fuera fisica; eso y conocer gente famosa, si es que podia encontrarla.

Randall se abrio paso hacia un pequeno y recluido privado, el Salon Monaco, a un lado de la Biblioteca. Alli estaba Wheeler, sin chaqueta, la corbata aflojada, esperando sentado a una mesa de juego con Naomi Dunn, que estaba sacando apuntes y papeles de un portafolios de piel de cocodrilo.

Sentandose con ellos, Randall se olvido pronto del moderno palacio flotante que lo rodeaba. Gradualmente comenzo a remontarse hacia el pasado, a traves de los corredores de muchas centurias, a una epoca salvaje; una epoca antigua, primitiva, turbulenta… hacia la Palestina de principios del siglo primero, donde los judios sufrian la ocupacion romana.

Fue George L. Wheeler, que desenvolvia y cortaba uno de los cigarros habanos que habia comprado a bordo, quien habia comenzado el informe.

– Steven, para comprender completamente y apreciar la importancia del descubrimiento del profesor Monti en Ostia Antica, usted tiene que darse cuenta de cuan verdaderamente poco hemos sabido acerca de Jesucristo hasta antes de este hallazgo. Claro, si usted acepta los cuatro evangelios como algo transmitido por Dios, como una revelacion, y acepta todas y cada una de sus frases basado puramente en la fe, entonces usted estara naturalmente satisfecho pensando que sabe lo suficiente acerca de Jesus. Pero hace mucho tiempo que la mayoria de la gente se ha rehusado a aceptar eso… Ahora bien, a pesar de lo que el doctor Evans le dijo en la fiesta acerca de que la mayoria de los eruditos biblicos siempre creyeron en la existencia de Jesus, ha habido menos confianza en esa probabilidad entre los racionalistas religiosos y los historiadores seculares. Y es comprensible. En el instante en que usted exija pruebas de una historia verificable de la vida de Jesus ubicada frente a Su ambiente real, se metera en problemas. Ernesto Renan mordazmente nos recuerda que los hechos conocidos acerca de Jesus llenarian menos de una pagina. Muchos sabios creen que esos hechos verdaderos dificilmente integrarian siquiera una frase. Otros eruditos (Reimarus y Bauer en Alemania, Pierson y Naber en los Paises Bajos) pensaron que ni siquiera una palabra se podia establecer como hecho contundente acerca de Jesus, porque insistian en que El fue un mito. No obstante, en los ultimos cien anos se han escrito y publicado cuando menos setenta mil supuestas biografias de Jesus.

– Pero, ?como puede ser? -pregunto Randall-. ?En que se basaron para escribir esas biografias? ?En los cuatro evangelios?

– Exactamente -dijo Wheeler-. En los escritos de los cuatro discipulos… Mateo, Marcos, Lucas y Juan… Y en algunas cosas mas. Ninguno de los cuatro evangelistas habia vivido con Jesus, ni observado Su ministerio; ni siquiera lo habian visto en persona. Simplemente habian recopilado algunas tradiciones orales, asi como escritos de la primera comunidad cristiana, y los habian transcrito sobre papiros, decadas despues de la supuesta muerte de Cristo. Todo eso se asento en el canon inmutable en el que habria de convertirse el Nuevo Testamento, entre los siglos iii y iv.

George L. Wheeler dio una fumada a su habano, levanto papeles que Naomi habia depositado frente a el y resumio:

– Si nosotros basaramos nuestros conocimientos acerca de la existencia de Jesucristo y de Su vida solamente en la evidencia cristiana, en la evidencia evangelica, ?que tendriamos? La historia del Nuevo Testamento cubre un lapso no mayor de cien anos. De los veintisiete libros del Nuevo Testamento, solo cuatro realmente consideran la vida de Jesus; y esos cuatro representan menos del cuarenta y cinco por ciento de todo el Nuevo Testamento. Pero, ?que tanto nos dicen de esa vida real? Bosquejan el primero y el doceavo anos de la existencia de Jesus, y luego saltan a los ultimos dos, y hasta ahi llegan. De hecho, no hay informes de nueve decimas partes de Su vida. Poco se nos dice de Su infancia o de Su adolescencia. No se nos dice con precision cuando nacio, donde estudio o cual fue Su actividad. No se nos da una descripcion fisica de El. Fundamentados solamente en las fuentes cristianas, lo que sabemos de Jesus podria comprimirse en un solo parrafo… Naomi, leale a Steven lo que usted tiene.

Randall se giro hacia Naomi Dunn, cuyos rasgos no reflejaban emocion alguna. Sus ojos estaban concentrados en la hoja de papel que sostenia con ambas manos.

Sin afrontar la mirada de Randall, dijo:

– De los evangelistas, esto es lo que tenemos en una ficha -Naomi comenzo a leer monotonamente en voz alta-: «Jesus nacio, poco antes de terminar el reinado de Herodes el Grande, en Nazaret o en Belen. Posiblemente

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