esto para ir a almorzar. Ya nos estan llamando.

Ese habia sido el segundo dia a bordo; lo que Randall recordaba. Y aqui estaba el, en la cama, en el quinto y ultimo dia completo sobre el S. S. France.

Steven oyo la voz de Darlene que llegaba desde la sala adjunta.

– Steven, ?estas levantado? ?El desayuno esta aqui!

Randall se incorporo. Todavia le quedaban por ver tres de los programas diarios del barco.

EVENTS DU JOUR

DOMINGO, JUNIO 9

Ese habia sido el tercer dia y, por insistencia de George L. Wheeler, un dia de descanso. A las 11 A. M., Wheeler, Naomi y Darlene habian concurrido al oficio protestante en el teatro del barco. Randall habia evitado asistir a «Su Leccion de Frances» en el Salon Riviera. Luego habian tomado juntos un prolongado almuerzo en el Comedor Chambord, el gigantesco restaurante del buque. Por la tarde habia habido bridge, degustacion de vinos, cocteles en el Cabaret de l'Atlantique y, despues de la cena, en el Salon Fontainebleau, el mas importante, situado en medio del navio, baile y juegos de carreras de caballos.

EVENTS DU JOUR

LUNES, JUNIO 10

Ese habia sido el cuarto dia; ayer. Horas de preguntas y respuestas con Wheeler y Naomi Dunn, a manera de doctrina, acerca de como las anteriores nuevas Biblias, desde la Version del Rey Jaime hasta la moderna Version Comun Revisada, habian sido preparadas, para comprender como el Nuevo Testamento Internacional habia sido y estaba siendo elaborado. El torrente de charla le habia dejado fatigado, y habia bebido demasiado escoces y vino rojo en la «Cena de Gala del Capitan», esa noche.

EVENTS DU JOUR

MARTES, JUNIO 11

Hoy.

Randall conoceria, por vez primera, la organizacion de Resurreccion Dos en Amsterdam, y se le pondria al tanto de los asesores que manana le serian presentados en el Museo Britanico en Londres, de su cuerpo de colaboradores en Amsterdam y de otros asesores a quienes tendria la libertad de llamar a Paris, Frankfurt, Maguncia y Roma para su labor de relaciones publicas.

– Steven, se te van a enfriar los huevos -era la voz de Darlene nuevamente.

Randall puso a un lado el ultimo programa y salto de la cama.

– ?Ya vengo, querida! -grito.

El ultimo dia en altamar habia comenzado.

A media tarde, los tres habian salido al exterior y continuaban platicando. Darlene, cuando el la habia visto hacia un breve rato, estaba en la Cubierta Veranda jugando al ping-pong con un aceitado y lujurioso hungaro. Ahora, Randall estaba estirado sobre la colchoneta de su sillon, con Wheeler montado a horcajadas en otra silla detras de el y Naomi estremeciendose bajo un cobertor marron de lana, en la tercera silla.

Estaban en el Atlantico del Norte, acercandose a Inglaterra y, excepto por una ligera turgencia, el mar estaba tranquilo. Arriba de ellos, algunas oscuras nubes moteadas habian ocultado el sol, y el aire era mas fresco. Randall miraba fijamente el horizonte, magnetizado por la huella de blanca espuma que iba dejando el buque. Ociosamente, fijo la vista sobre el asta de la bandera que estaba entre los dos mastiles, y se pregunto por que faltaba la ensena tricolor; inmediatamente recordo que la bandera era izada solo cuando el barco estaba en puerto. Luego, ya que Wheeler habia resumido su charla orientadora, Randall se concentro en lo que el editor estaba diciendo.

– Asi que ahora tiene usted cuando menos una idea de la situacion en nuestras oficinas principales en Amsterdam -Wheeler prosiguio-. A estas alturas, el problema que mas nos concierne, y el que yo quiero enfatizar, es el de la seguridad. Imaginese nuestras instalaciones de nuevo. Ahi esta el «Gran Hotel Krasnapolsky», junto a la plaza mas concurrida de Amsterdam, justo sobre el Dam, frente al Palacio Real. Resurreccion Dos ocupa y controla dos pisos completos de los cinco que tiene el «Krasnapolsky». Despues de que habiamos renovado esos dos pisos y nos habiamos instalado, los cinco editores que dirigimos el proyecto (el doctor Emil Deichhardt, de Alemania, presidente de nuestro consejo; Sir Trevor Young, de Gran Bretana; Monsieur Charles Fontaine, de Francia; Signore Luigi Gayda, de Italia; y su servidor, George L. Wheeler, de los Estados Unidos) tuvimos que convertir nuestras dos quintas partes del hotel en zonas hermeticas contra toda fuga. Despues de todo, a pesar de nuestros dos pisos, el «Krasnapolsky» es un hotel publico, Steven. Creame, una vez que estuvimos en plena preparacion, y luego en produccion de nuestro Nuevo Testamento revisado, otorgamos a ese problema de seguridad una extraordinaria cantidad de tiempo. El descubrir como tapar los hoyos, apuntalar las debilidades, anticipar todos los peligros concebibles fue una tarea formidable.

– ?Que tan bien se las arreglaron? -pregunto Randall-. El «Hotel Krasnapolsky», ?es absolutamente seguro?

Wheeler se encogio de hombros.

– Eso creo. Eso espero.

Naomi se irguio levemente sobre su silla.

– Steven, va usted a descubrir que el senor Wheeler es extremadamente precavido y pesimista acerca de estas cuestiones. Yo puedo decirselo, puesto que he observado el funcionamiento en el «Krasnapolsky». Es un lugar a prueba de curiosos. Esa una absoluta fortaleza de seguridad. El hecho es que nuestras operaciones se han estado realizando en ese hotel durante veinte meses sin que nadie de afuera haya tenido la mas remota nocion de la magnitud de lo que estaba ocurriendo adentro… Senor Wheeler, debe usted hablarle a Steven acerca de su record de seguridad…; ni una sola palabra se ha filtrado a la Prensa ni a los medios de radio y television; ni siquiera un chisme acerca del clero disidente en este tiempo.

– Eso es verdad -convino Wheeler, rascandose el cuello-. Sin embargo, conforme nos acercamos a estos ultimos dos meses cruciales, me preocupo. El secreto se vuelve mas importante que nunca. A pesar del hecho de que contamos con la proteccion de los guardias privados mas experimentados que jamas se hayan agrupado (policias y hombres vestidos de civiles, reclutados de entre quienes anteriormente han estado al servicio del FBI, del Scotland Yard, de la Surete; este grupo encabezado por un holandes, el inspector Heldering, un ex oficial de la Interpol), yo sigo preocupandome. Quiero decir que han circulado rumores acerca de nosotros, y se ha estado creando una enorme presion desde el exterior, tanto en la Prensa como entre el clero disidente, para tratar de averiguar por todos los medios que es lo que nos traemos entre manos.

Randall escucho por segunda vez algo que lo hizo reflexionar.

– El clero disidente -repitio Randall-. Yo pensaria que todo el clero, sin excepcion, querria cooperar con ustedes en mantener esto en secreto hasta el ultimo minuto. Los clerigos, como gremio, se beneficiaran tanto como el publico cuando salga a la luz su Nuevo Testamento.

Wheeler se asomo al mar y medito unos instantes.

– ?Ha oido hablar alguna vez del reverendo Maertin de Vroome, pastor de la Westerkerk, la iglesia mas importante de Amsterdam?

– He leido acerca de el -Randall recordo su conversacion con Tom Carey en Oak City-, y un amigo mio, que es ministro en mi pueblo natal, es un gran admirador de De Vroome.

– Bueno, yo no soy admirador de De Vroome; todo lo contrario. Pero esos jovenes clerigos turcos que quieren derrocar a la Iglesia ortodoxa, convertirla en una comuna para realizar labores sociales y mandar al diablo a la fe y a Cristo… ellos son los que estan apoyando a De Vroome. El representa el gran poder en la Nederlands Hervormd Kerk (la Iglesia Reformista Holandesa). Y nuestro domine De Vroome (domine es su rango) esta esparciendo sus tentaculos por todas partes, subvirtiendo y debilitando el protestantismo a traves del mundo occidental. El es nuestra mayor amenaza.

Randall estaba perplejo.

– ?Por que habria el de ser una amenaza para ustedes… un grupo de editores de Biblias que van a publicar un Nuevo Testamento Reformado?

– ?Por que? Porque De Vroome es un hereje, un estudioso de la critica del estilo de la Iglesia, influido por el teologo aleman Rudolf Bultmann, otro hereje. De Vroome es un esceptico de los sucesos narrados por los

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