– Yo estoy bien…

– Solo queria decirte donde voy a estar -dijo Darlene, buscando en su bolso el programa del dia-. Van a exhibir esa simpatica pelicula que disfrutamos tanto el mes pasado; la que vimos en la Tercera Avenida, ?te acuerdas? Esa que trata de la muchacha joven que se involucra con un hombre casado que se ostenta como viudo.

– Ah, si -dijo Randall desanimadamente.

– Pense que me gustaria verla de nuevo -Darlene examino el programa-. Maldita sea, hace cuarenta y cinco minutos que empezo. Bueno, supongo que alcanzare el final. De todas formas esa es la mejor parte -metio el programa en su bolso, se agacho y dio a Randall un humedo beso en la boca- Nos veremos cuando vayamos a cambiarnos para la cena.

Ambos esperaron hasta que Darlene se habia ido. Randall tomo su vaso y miro a Naomi, incomodado.

– Pues si, Naomi, ?me estabas diciendo…?

– Olvidalo. Ya te he dicho suficiente -Naomi bebio lo que le restaba de escoces y estudio a Randall durante algunos segundos-. Tal vez me exceda yo con esto, pero siento curiosidad acerca de algo.

– Adelante.

– Siento curiosidad por saber lo que un hombre como… como tu… ve en una chica como Darlene -antes de que el pudiera contestar, ella prosiguio-. Yo se que no es tu secretaria. Tambien se que ella no ha usado su camarote en este barco ni una sola vez. Supongo que ha sido tu… ?cual es la palabra adecuada?… amante, tu amante durante algun tiempo.

– Si, si es. Yo he estado separado de mi esposa durante dos anos, y conoci a Darlene seis meses despues de mi separacion. Ahora ella vive conmigo.

– Ya veo -Naomi apreto los labios. Sin siquiera mirarlo, agrego-: ?Hay algo mas que el mero atractivo del sexo joven y fresco?

– Me temo que no mucho. Darlene y yo podemos resolver la brecha generacional solamente en la cama. Pero, bueno, ella es una chica decente y siempre es agradable tener a alguien que le haga a uno compania.

Naomi empujo su vaso hasta la orilla de la mesa.

– Podria aguantar otro trago -dijo.

– Yo tambien. Nos vamos a sentir muy bien esta noche.

– Yo ya me siento bien.

Randall ordeno una vez mas, y casi inmediatamente tuvieron la nueva ronda frente a ellos.

Sorbiendo su escoces, Randall miro a Naomi por encima de los anteojos.

– Yo… yo queria preguntarte algo personal. ?Como te fue con los hombres despues de que dejaste el convento?

– Miserablemente -musito ella, mas para si misma que para el.

– Lo que quiero decir es…

– No quiero hablar de eso -dijo ella con aspereza-. Estoy cansada de hablar. Bebamos.

Bebieron en silencio, y el vaso de Naomi se vacio primero.

– Uno mas, Steven, para el camino.

Randall hizo senas al camarero y apenas tuvo tiempo de terminar su trago antes de que dos nuevos vasos llenos de liquido ambar aparecieron sobre la mesa.

Ella miro fijamente a Steven a traves de sus ojos grises, cada vez mas entrecerrados, mientras continuaba bebiendo su escoces. Luego dijo:

– No debo olvidarlo. Tengo algun material acerca de como hicieron la traduccion. Debo leerlo, y tu tambien, antes de que desembarquemos. Esta en mi camarote. Voy por el.

– Me lo puedes dar manana -dijo Steven.

– Ahora -dijo ella-. Es importante.

Naomi termino su trago, trabajosamente salio del reservado y se detuvo ahi, tambaleante.

El se paro junto a ella y trato de tomarla de un brazo, pero ella lo rechazo presionando el codo sobre su vestido estampado y comenzo a caminar derecha, elegantemente hacia la puerta del cabaret. El la siguio, sintiendose galante y estupendamente bien.

Ambos tomaron el pequeno ascensor cercano al Cabaret l'Atlantique, sobre la Cubierta Veranda, para bajar dos pisos hasta la Cubierta Superior. Naomi Dunn se apoyo en la barandilla de madera mientras se dirigia, delante de el, hacia la lujosa Suite Normandie.

Naomi saco su llave y luego entraron a la primera recamara. Era espaciosa y atractiva, tenuemente iluminada por una lampara de pie. Bajo la colcha gris se encontraba una enorme cama que descansaba sobre una gruesa alfombra. Parecia haber espejos por todas partes.

– Bonita habitacion -dijo el-. ?Donde esta el cuarto de George?

Naomi se dio la vuelta.

– ?A que te refieres?

– Quiero decir que el tambien esta en esta suite, ?o no?

– Mi cuarto es privado y esta cerrado con llave. La habitacion contigua es la gran sala, y la recamara de George esta del otro lado, a mas de una milla de distancia. Usamos la sala para trabajar. Te traere los papeles -dijo Naomi volviendole la espalda y dirigiendose hacia una maleta que estaba acomodada sobre un pequeno soporte metalico. Abrio la maleta, escudrino dentro de ella y regreso con una carpeta-. Aqui tienes -Naomi le ofrecio el expediente con mucha formalidad-. Sientate y miralo un minuto mientras yo voy al bano. Excusame.

Randall echo un vistazo alrededor de la habitacion y finalmente se sento en la orilla de la cama. Abrio la carpeta y encontro en ella tres juegos de documentos. Los encabezados, en letra de imprenta, se referian a los metodos de traduccion de las tres diferente Biblias… La Version del Rey Jaime, la Version Comun Revisada y la Nueva Biblia Inglesa. Las letras aparecian borrosas ante sus ojos. Escucho los sonidos de Naomi Dunn moviendose detras de la puerta del bano; tambien oyo correr el agua del retrete, y luego la de la llave del lavabo. Trato de evocar una imagen de Naomi vistiendo el pesado habito de monja, con la suave figura siempre juvenil y de plastico de todas las monjas, y con su omnipresente rosario pendiendole de la cintura.

La puerta del bano se abrio y aparecio Naomi luciendo exactamente igual que antes, excepto por una pequena diferencia: la dulzura habia desaparecido de sus rasgos, y su rostro relamido habia vuelto a convertirse en una proteccion prohibitiva.

Se habia detenido ante el, preguntando:

– Bien, ?que piensas?

Randall levanto la carpeta y luego la dejo sobre la mesilla de noche.

– El material…

– No del material. De mi.

Conforme ella se acercaba hasta sentarse en la cama junto a el, Randall levanto las cejas involuntariamente.

– ?De ti? -acerto a decir.

Ella le giro la espalda.

– Hazme un favor. Bajame el cierre -le dijo tensamente.

Randall localizo el cierre bajo la marana de cabello y se lo bajo hasta la cintura. El vestido de nylon estampado se abrio revelando la prominente columna vertebral de Naomi y su piel ligeramente cobriza. No llevaba sosten, y Steven tampoco alcanzo a ver el elastico de las pantaletas.

Naomi se quedo quieta, dandole la espalda.

– ?Te emociona esto? -dijo ella con voz tremula-. No llevo nada bajo el vestido. -Se dio la vuelta para quedar frente a el, mientras el vestido se le deslizaba por los hombros-. ?Te excita esto?

Randall estaba demasiado asombrado para sentir excitacion; parpadeaba confuso. Naomi saco los brazos de las mangas, liberandolos, para luego dejarlos caer hacia los lados. La parte superior del vestido le cayo hasta la cintura. Echo hacia atras sus desnudos hombros, y sus dos pequenos y expuestos senos se hicieron mas firmes; los grandes circulos de sus pezones cafe parecian abarcarle la mayor parte de la superficie de cada glandula mamaria.

Randall sintio como el calor le subia por el pecho y llenaba su cuerpo con una sensacion placentera.

– ?Te gusta? -pregunto ella sofocadamente.

Naomi comenzo su juego de caricias dejando libre aquella mano que habria podido enloquecerle. Steven sintio crecer la hoguera dentro de si, aquella hoguera estimulante. En seguida supo que aquel encuentro habia valido la

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