– ?Ja! ?Que es lo que no tengo yo en contra de ese asqueroso cerdo? -El doctor Knight miro mas alla de Randall-. Le podriamos decir tantas cosas…, ?verdad, Valerie? -Haciendo gestos de dolor, Knight se acomodo en una posicion mas alta en la cama-. Esto es lo que tengo en contra de Jeffries, mi querido camarada. El doctor Bernard Jeffries es un bestial y maldito mentiroso que me ha usado por ultima vez. Estoy hastiado de verme colocado entre los basureros, haciendo la limpieza detras de ese cretino, mientras el asciende mas y mas alto. Me mintio, Randall. Me hizo desperdiciar dos anos de mi preciosa vida. No perdonaria a ningun hombre que me hiciera semejante cosa.

– ?Por que? -insistio Randall-. ?Que fue lo que el…?

– Hable en voz alta, por amor de Dios -dijo el doctor Knight casi gritando, mientras se ajustaba el audifono-. ?Que, no ve que estoy sordo?

– Lo siento -dijo Randall levantando la voz-. Estoy tratando de averiguar por que esta usted tan furioso contra el doctor Jeffries. ?Acaso es que apenas hasta ayer le dijo la verdad acerca de la investigacion que le habia encomendado?

– Randall, pongase usted en mis zapatos, si es que puede. Ya se que no es facil que un norteamericano prospero se ponga en el pellejo de un pobre y mal formado teologo. Sin embargo, intentelo usted. -A Knight le temblaba la voz-. Hace dos anos, Jeffries me persuadio de dejar mi confortable situacion en Oxford y venir a esta ciudad inmunda a vivir en este mugroso apartamento, para trabajar sobre un documento sensacional que el estaba preparando. A cambio de ello, me hizo ciertas promesas que jamas ha cumplido. No obstante, yo le habia tenido confianza y colabore. Me esclavice por el, y lo hice con gusto. Me apasiona mi trabajo…; siempre me ha apasionado y siempre me apasionara. Me entregue por completo, solo para enterarme ayer de que todo habia sido una farsa… para enterarme de que ese hombre en quien yo habia depositado mi fe y mi confianza no habia ni confiado ni creido en mi. Que se me haya revelado, por vez primera, que todo mi maldito esfuerzo no habia estado encaminado hacia lo que yo creia, sino hacia la traduccion de un nuevo Evangelio, una nueva y revolucionaria Biblia. El haber sido tratado con semejante falta de respeto, incluso con desprecio… me puso completamente loco de ira.

– Eso lo puedo comprender, doctor Knight. No obstante, usted ha admitido que estaba apasionado por su trabajo, y resulta evidente que realizo una magnifica labor (tal como el doctor Jeffries sinceramente lo admitio, encomiandolo); usted hizo un trabajo importante para una causa importante.

– ?Que causa? -gruno el doctor Knight-. ?Ese maldito papiro y los fragmentos del pergamino de Ostia Antica? ?La revelacion del Jesucristo humano? ?Espera usted que yo crea esa historia tan solo en base a la palabra del doctor Jeffries?

Randall fruncio el ceno.

– Ha sido completamente autentificado por los principales expertos tanto de Europa como del Medio Oriente. Yo estoy ciertamente listo para aceptar…

– Usted no sabe ni una maldita cosa acerca de eso -interrumpio el doctor Knight-. Usted es un amateur y esta en la nomina de ellos. Usted cree lo que le digan que crea.

– No es asi -dijo Randall, tratando de controlarse-; ni remotamente. Pero por la evidencia que he contemplado y escuchado, no tengo razon para dudar del trabajo de Resurreccion Dos ni para desacreditarlo. Usted seguramente no esta sugiriendo que este descubrimiento…,

– Yo no estoy sugiriendo nada -interrumpio nuevamente el doctor Knight-, excepto esto: que ningun erudito en todo el mundo sabe mas acerca del Jesucristo historico y de Su tiempo y de Su tierra que yo…,; ni Jeffries, ni Sobrier, ni Trautmann, ni Riccardi. Estoy aseverando que nadie mereceria estar al frente de ese proyecto mas que Florian Knight. Hasta que no vea su maldito descubrimiento con mis propios ojos y lo examine a mi entera satisfaccion, no lo voy a aceptar. Hasta ahora, todo es meramente un rumor.

– Entonces acompaneme a Amsterdam y pongalo a prueba, doctor Knight.

– Demasiado tarde -dijo el doctor Knight-. Demasiado poco, demasiado tarde. -Se recosto sobre las almohadas, fatigado y palido-. Lo siento, Randall. No tengo nada en contra de usted; sin embargo, yo no me prestare a fungir como asesor de Resurreccion Dos. No soy tan autodestructivo ni tan masoquista -Knight se paso la mano sobre la frente-. Valerie, estoy transpirando nuevamente. Me siento muy mal.

Valerie habia venido al lado de la cama.

– Ya te has agotado demasiado, Florian. Debes tomar otro sedante y descansar. Acompanare al senor Randall a la puerta. En seguida vuelvo.

Ofreciendo a Florian Knight su agradecimiento por haberle concedido ese tiempo, pero sintiendose renuente a marcharse sin haber logrado su objetivo, Randall salio de la recamara siguiendo a Valerie hacia la sala.

Desconsolado, Randall habia salido al pasillo y se disponia a subir la escalera, cuando se percato de que Valerie venia detras de el.

– Espereme en el «Roebuck» -musito ella apresuradamente-. Es nuestra taberna local, a la vuelta de la esquina sobre la calle Pond. No lo hare esperar mas de veinte minutos. Yo… yo creo que hay algo que mas vale que le diga.

Todavia estaba esperando a Valerie a las nueve cuarenta y cinco.

Se sento en el banco de madera que estaba pegado a la pared, cerca de las puertas de vidrio de la entrada. A pesar de no tener hambre, Steven habia ordenado una empanada de ternera y jamon para llenar mas el tiempo que su estomago. Habia comido el huevo duro, un poco de ternera y jamon, y todo el centro del pan.

Perezosamente, Randall observo a la mas joven de las dos mujeres que estaban tras la barra del «Roebuck» servir del grifo un vaso de cerveza de barril Double Diamond, esperar a que se disolviera la espuma y despues llenar el vaso hasta el borde. Se lo dio a un parroquiano sentado a la barra; un hombre con ropa de obrero que mordisqueaba una salchicha caliente.

Randall especulo de nuevo acerca de lo que Valerie habria querido decir cuando salia del apartamento de Florian: Hay algo que mas vale que le diga.

?Que cosa seria lo que el no sabia?

Tambien se preguntaba que era lo que la demoraba tanto.

En ese momento oyo que la puerta de entrada al «Roebuck» se abria y se cerraba. Valerie se detuvo ante el y Randall se puso de pie de un salto, la tomo del brazo y la condujo hacia el banco tras la mesa, sentandose enfrente de ella.

– Lo lamento -se disculpo ella-. Tuve que esperar hasta que Florian se durmiera.

– ?Desea comer o beber algo?

– No me molestaria un poco de cerveza oscura, si usted me acompana.

– Por supuesto. Yo tambien tomare una.

Valerie llamo a la camarera que tenia aspecto de matrona.

– Dos cervezas Charrington. Que sea un tarro grande y uno chico.

– Siento mucho haber perturbado al doctor Knight -dijo Randall.

– Oh, estaba peor anoche y lo estuvo tambien la mayor parte del dia de hoy, antes de que usted llegara. Me dio mucho gusto que usted le haya hablado con franqueza. Lo escuche absolutamente todo. Por eso queria hablarle en privado.

– Usted dijo, Valerie, que tenia algo que decirme.

– Asi es -dijo ella.

Esperaron hasta que la camarera les hubo servido. El tarro grande con cerveza de barril fue colocado frente a Randall, y Valerie ya estaba bebiendo del suyo, mas pequeno. Finalmente, ella dijo, bajando su bebida:

– ?Noto usted algo extrano acerca de lo que Florian le dijo?

– Si -dijo Randall- He estado pensando en eso mientras la esperaba. El hablo de ciertas promesas que le hizo el doctor Jeffries y que no cumplio. Hablo de que no se uniria a Resurreccion Dos porque no era tan autodestructivo o masoquista… y quien sabe que quiso decir con eso. Hablo tambien de haber sido utilizado por razones enfermizas y de que no se habia confiado en el; sin embargo, yo no puedo creer que se haya enfurecido tanto como para retirarse de todo, tan solo por una mera cuestion de vanidad ultrajada. Entonces senti (y aun siento) que debe haber mucho mas que eso.

– Tiene usted toda la razon -dijo Valerie simplemente-. Hay mucho mas que eso y creo que debo decirselo, si usted se lo reserva confidencialmente.

– Le prometo que asi lo hare.

– Muy bien. No tengo mucho tiempo. Tengo que regresar de nuevo y dormir un poco. Lo que le voy a decir se lo

Вы читаете La palabra
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×