– Hola, ?como va la luna de miel?
– ?Tom no cumple?
– Lo siento.
– Le dire a Big Cyndi que derive las llamadas directamente a mi movil. Ire a la oficina en cuanto pueda.
Myron no queria estropearle la luna de miel mas de lo que ya la habia estropeado, asi que dijo:
– Nada.
– Te lo juro. No es nada.
– Vale, espera.
La puso al dia rapidamente.
– Fui el ultimo en verla. La acompane y la deje ir.
– No esta.
– Buena analogia.
Esperanza se rio.
– No, ni hablar.
– Pero estas de luna de miel. ?Que dira Tom?
– ?Que quieres decir?
– Que estereotipo tan cruel.
– Te lo compensare.
Hubo un momento de silencio.
– Esperanza…
– ?Por que lo dices?
– No tengo ni idea. Caramba, tengo cosas mas importantes en que pensar. Como las estrias cuando me pongo el bikini. No me puedo creer lo de las estrias. Culpa del nino, ya sabes.
Al cabo colgaron. Myron condujo sintiendose vulnerable por el coche. Si la policia decidia seguir vigilandole o Rochester le ponia otro sabueso, el coche era un inconveniente. Pensando en esto, llamo a Claire. Ella contesto al primer timbre.
– La verdad es que no, pero ?te importa que te cambie el coche?
– ?Y?
– En un par de minutos estare en tu casa.
En cuanto Myron bajo del coche, Claire le lanzo las llaves del otro.
– Creo que Katie Rochester huyo de casa.
– ?Por que lo dices?
– ?Has conocido a su padre?
– Si.
– Eso lo dice todo, ?no?
– Tal vez.
– Pero, mas que nada, ?has conocido a la madre?
– No.
– Se llama Joan. Tiene un gesto… como si esperara que le dieran un bofeton.
– ?Habeis descubierto alguna relacion entre las chicas?
– A las dos les gustaba pasar el rato en el centro comercial.
– ?Eso es todo?
Claire se encogio de hombros. Estaba horrible. La piel le tiraba todavia mas. Parecia que hubiera perdido cinco kilos en un dia. Su cuerpo se balanceaba al caminar, como si una fuerte rafaga fuera a derribarla.
– Almorzaban a la misma hora. Fueron a una clase juntas en los ultimos cuatro anos, la de pe con el senor Valentine. Nada mas.
Myron meneo la cabeza.
– Has dicho que habia surgido algo.
– La madre. Joan Rochester.
– ?Que le pasa?
– Puede pasar desapercibido porque, como he dicho, se encoge y parece asustada todo el rato.
– ?Que pasa desapercibido?
– Le tiene miedo al marido.
– ?Y que? A mi tambien me da miedo.
– Si, vale, pero hay otra cosa. Le tiene miedo, si, pero no esta asustada por su hija. No tengo pruebas, pero esa es la sensacion que he tenido. Mira, ?recuerdas cuando mi madre tuvo el cancer?
En el ultimo ano de instituto. La pobre mujer habia muerto al cabo de seis meses.
– Por supuesto.
– Conocia a gente que pasaba por lo mismo, un grupo de apoyo de familiares. Un dia hicimos un picnic, adonde podias llevar amigos. Pero era raro, sabias exactamente quien estaba pasando por aquel tormento y quien era solo amigo. Conocias a un companero de sufrimientos y lo sabias. Era una vibracion.
– ?Y Joan Rochester no capta esa vibracion?
– Tiene otras, pero no la de «mi hija ha desaparecido». He intentado verla a solas. Le he pedido que me ayudara con el cafe. Pero no he averiguado nada. Te juro que pasa algo. Esta asustada, pero no como yo.
Myron se lo penso. Habia un millon de explicaciones, sobre todo la mas obvia -las personas reaccionan de forma diferente al estres-, pero confiaba en la intuicion de Claire. La cuestion era: ?que significaba? ?Y que podia hacer al respecto?
– Deja que lo piense -dijo por fin.