contra mi. Ahora lo he superado. Aimee ya no forma parte de mi vida.

Myron oyo que se acercaba alguien. Fue a coger a Randy por el cuello otra vez, para alejarlo mas, pero el otro se deshizo.

– ?Estoy bien! -grito a sus amigos-. Solo estamos hablando.

Randy se volvio hacia Myron. De repente tenia los ojos claros.

– Adelante. ?Que mas quiere saber?

– Tu padre dijo que Aimee era una fresca.

– Si.

– ?Por que?

– ?Por que cree usted?

– ?Empezo a salir con otro?

Randy asintio.

– ?Era Drew Van Dyne?

– Ahora ya no importa.

– Si importa.

– No, la verdad es que no. Con el debido respeto, nada de esto importa. Mire, el instituto se acabo. Yo ire a Dartmouth y Aimee a Duke. Mi madre me argumento que el instituto no era lo importante. Los que son felices en el instituto acaban siendo los mas desgraciados luego. Yo tengo suerte, lo se. Y se que no durara a menos que de el siguiente paso. Pense… Lo hablamos. Aimee lo veia como yo. Lo importante era dar el siguiente paso. Y al final los dos tenemos lo que queriamos. A los dos nos han aceptado nuestra primera eleccion.

– Esta en peligro, Randy.

– No puedo ayudarle.

– Y esta embarazada.

El chico cerro los ojos.

– Randy.

– No se donde esta.

– Has dicho que intentaste que volviera contigo, pero que eso se volvio en tu contra. ?Que hiciste, Randy?

Meneo la cabeza. No lo diria. Pero Myron tenia una idea. Le dio su tarjeta.

– Si se te ocurre algo…

– Si.

Randy se giro y volvio a la fiesta. Todavia sonaba la musica. Los padres no paraban de reir.

Y Aimee seguia en apuros.

48

Cuando Myron volvio a su coche, Claire le estaba esperando.

– Es Erik -dijo.

– ?Que le pasa?

– Se ha marchado de casa corriendo. Con la vieja pistola de su padre.

– ?Le has llamado al movil?

– No contesta -dijo Claire.

– ?No tienes ni idea de donde ha ido?

– Hace unos anos represente a una empresa llamada Know Where -dijo Claire-. ?Te enteraste?

– No.

– Son como OnStar o Lojack. Ponen un GPS en tu coche para casos de urgencia y cosas asi. El caso es que nos hicimos instalar uno en cada coche. Llame al dueno a su casa y le suplique que le localizara.

– ?Y?

– Erik esta aparcado frente a la casa de Harry Davis.

– Dios mio.

Myron entro en el coche. Claire subio al asiento del pasajero. El queria negarse, pero no tenia tiempo.

– Llama a la casa de Harry Davis -dijo.

– Ya lo he probado -dijo Claire-. No contestan.

El coche de Erik estaba aparcado justo enfrente de la casa de Davis. Si queria disimular su llegada, no lo habia hecho muy bien.

Myron paro el coche. Saco su arma.

– ?Para que la quieres? -pregunto Claire.

– Quedate aqui.

– Te he preguntado…

– Ahora no, Claire. Quedate aqui. Te llamare si te necesito.

Su voz no dejaba lugar a discusiones y, por una vez, Claire obedecio. Myron cogio el sendero agachandose un poco. La puerta principal estaba entornada. A Myron no le gusto. Se agacho mas y escucho.

Se oian ruidos, pero no distinguia lo que era.

Utilizando el canon de la pistola, empujo la puerta y la abrio. No habia nadie en el recibidor. Los ruidos llegaban de la izquierda. Myron entro a gatas. Doblo la esquina y alli, en el suelo, habia una mujer que dedujo que era la senora Davis.

Estaba amordazada, con las manos atadas a la espalda. Tenia los ojos muy abiertos de miedo. Myron se llevo un dedo a los labios. Ella miro hacia la derecha, despues a Myron y otra vez hacia la derecha.

Oyo mas ruidos.

Habia mas gente en la habitacion. A la derecha de ella.

Myron penso en lo que haria a continuacion. No sabia si retroceder y llamar a la policia. Podian rodear la casa y convencer a Erik para que se entregara. Pero ?y si era demasiado tarde?

Oyo un bofeton. Alguien grito. La senora Davis cerro los ojos con fuerza.

No podia elegir. La verdad es que no podia. Myron tenia la pistola a mano. Estaba a punto de saltar y apuntar en la direccion que indicaba la senora Davis. Doblo las piernas y despues se detuvo.

?Era lo mas prudente abalanzarse con una pistola?

Erik estaba armado. Podia reaccionar rindiendose, por supuesto, pero tambien disparando presa del panico. La posibilidad a medias.

Myron intento otra cosa.

– Erik.

Silencio.

– Erik, soy yo, Myron -insistio.

– Entra, Myron.

La voz era tranquila, casi un canturreo. Myron fue hacia el centro de la habitacion. Erik estaba de pie con un arma en la mano. Llevaba una camisa de vestir sin corbata, con manchas de sangre en la parte delantera.

Sonrio al ver a Myron.

– El senor Davis ya esta dispuesto a hablar.

– Baja el arma, Erik.

– No creo.

– He dicho…

– ?Que? ?Vas a dispararme?

– Nadie va a disparar. Pero baja el arma.

Erik meneo la cabeza. Mantenia la sonrisa.

– Entra, entra, por favor.

Myron entro en la habitacion con el arma todavia en la mano. Harry Davis estaba dandole la espalda a Myron, sujeto a una silla con abrazaderas de plastico en las munecas. La cabeza le caia sobre el cuello, con la barbilla

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