– No tengo tiempo para esto, Harry. Ya sabe que esta mal.

– Lo se -dijo- y durante veinte anos he controlado esos impulsos. Me he conformado con mirar, imaginar y fantasear.

– ?Y despues?

– Hace dos anos tuve una alumna maravillosa, inteligente y guapa. No era Aimee, no. No le dire su nombre, no tiene por que saberlo. Se sentaba en primera fila y era como un premio. Me miraba como si yo fuera un dios. Se dejaba los dos primeros botones de la blusa desabrochados…

Davis cerro los ojos.

– Se abandono a sus necesidades naturales -dijo Myron.

– No conozco a muchos hombres que se hubieran resistido.

– ?Y eso que tiene que ver con Aimee Biel?

– Nada, al menos directamente. Aquella joven y yo tuvimos una aventura. No entrare en detalles.

– Gracias.

– Pero un dia sus padres nos descubrieron. Como se puede imaginar, fue un desastre. Estaban como locos. Se lo dijeron a mi esposa. Donna todavia no me ha perdonado del todo, pero acordamos pagar para que callaran. Ellos tambien deseaban discrecion, les preocupaba la reputacion de su hija. Asi que nos pusimos de acuerdo en no decir nada. Ella fue a la universidad y yo segui ensenando. Y aprendi la leccion.

~?Y?

– Lo deje atras. Pensara que soy un monstruo, pero no lo soy. He tenido tiempo de pensar en ello. Usted cree que solo intento racionalizar, pero es mas que eso. Soy un buen profesor. Me dijo que era impresionante ser Profesor del Ano y que yo lo habia ganado mas veces que ningun otro profesor en la historia del instituto. Y es que los alumnos me preocupan. No es una contradiccion tener esas necesidades y preocuparse por los alumnos. Ya sabe lo perceptivos que son los adolescentes. Detectan a un impostor a la legua. Me votan y acuden a mi cuando tienen un problema porque saben que me preocupo sinceramente.

A Myron le entraron ganas de vomitar ante aquellos argumentos, con razon en parte, aunque perversa.

– Asi que siguio ensenando -dijo, intentando que volviera al tema-. Lo dejo atras y…

– Y entonces cometi otro error -dijo. Volvio a sonreir y mostro sangre en los dientes-. No, no es lo que cree. No tuve otra aventura.

– ?Entonces que?

– Pille a un chico vendiendo hierba. Y lo denuncie al director y a la policia.

– Randy Wolf -dijo Myron.

Davis asintio.

– ?Que paso?

– Su padre. ?Le conoce?

– Nos conocemos.

– Me investigo. Habia corrido algun rumor de aquel lio. Contrato a un detective privado y consiguio ayuda de otro profesor, Drew Van Dyne. Era el camello de Randy.

– Asi que si procesaban a Randy -dijo Myron-, Van Dyne tenia mucho que perder.

– Si.

– Dejeme adivinarlo: Jake Wolf descubrio su aventura.

Davis asintio.

– Y le chantajeo a cambio de su silencio.

– Oh, fue mas alla.

Myron miro el pie del hombre. La sangre seguia saliendo. Habia que, tenia que llevarlo a un hospital, pero no queria dejar pasar aquel momento. Lo curioso era que Davis no parecia sufrir. Queria hablar. Seguramente llevaba anos dando vueltas a aquellas locas justificaciones, el solo con su cerebro, y ahora por fin veia la oportunidad de expresarlas.

– Jake Wolf me tenia en sus manos -siguio Davis-. Cuando entras en el chantaje, ya no hay salida. Ademas se ofrecio a pagarme. Y yo acepte, si.

Myron penso en lo que Wheat Manson le habia dicho por telefono.

– Usted era, ademas de profesor, tambien asesor de estudios.

– Si.

– Tenia acceso a los expedientes de los alumnos. He visto a lo que pueden llegar los padres en esta ciudad por meter a sus hijos en la universidad que desean.

– No tiene ni idea -dijo Davis.

– Si la tengo. No era muy diferente cuando yo era joven. Asi que Jake Wolf le obligo a alterar las notas de su hijo.

– Algo asi. Solo cambie la parte academica de su expediente. Randy queria ir a Dartmouth y a Dartmouth le interesaba Randy por el futbol, pero tendria que haberse situado entre los cuarenta primeros. Hay cuatrocientos chicos en su curso. Randy era el cincuenta y tres. No estaba mal, pero no llegaba al cupo. Otro estudiante, Ray Clarke, es un chico inteligente. Es el quinto de su curso. Entro en Georgetown tal como queria…

– Por lo tanto cambio el expediente de Randy por el de ese tal Clarke.

– Si.

Entonces Myron recordo lo que habia dicho Randy, que habia hecho lo posible por que Aimee volviera con el, por compartir su objetivo.

– E hizo lo mismo por Aimee Biel. Se aseguro de que entrara en Duke tal como le pidio Randy, ?no?

– Si.

– Y cuando Randy le dijo a Aimee que la habia ayudado, en vez de agradecerselo, le recrimino. Pero no lo estuvo. Se puso a investigar. Intento acceder al ordenador del instituto para ver que habia pasado. Llamo a Roger Chang, el numero cuatro del curso, para confirmar sus notas y sus actividades extracurriculares. Queria saber que habian hecho ustedes.

– Eso no lo se -dijo Davis. Estaba perdiendo el flujo de adrenalina. Empezaba a pestanear de dolor-. Nunca hable con Aimee de eso. No se que le dijo Randy, eso era lo que le estaba preguntando cuando nos vio el otro dia en el aparcamiento del instituto. Dijo que no habia mencionado mi nombre, solo que la habia ayudado a entrar en Duke.

– Pero Aimee lo dedujo. O al menos lo intento.

– Podria ser.

El pestaneo otra vez. Myron no hizo caso.

– Bien, ya hemos llegado a aquella noche, Harry. ?Por que me pidio Aimee que la trajera aqui?

La puerta de la cocina se abrio. Erik asomo la cabeza por la puerta.

– ?Como va?

– Va bien -dijo Myron.

Esperaba que Erik discutiera, pero desaparecio otra vez en la cocina.

– Esta loco -dijo Davis.

– Usted tiene hijas, ?no?

– Si. -Y asintio como si lo comprendiera de repente.

– Se esta andando con rodeos, Harry. Esta sangrando. Necesita atencion medica.

– Eso no importa.

– Ha llegado muy lejos. Acabemos de una vez. ?Donde esta Aimee?

– No lo se.

– ?Por que vino aqui?

El cerro los ojos.

– Harry.

Su voz era baja.

– Dios me perdone, pero yo no lo se.

– ?Quiere explicarse?

– Llamo a la puerta. Era tardisimo, las dos o las tres de la madrugada, no lo se. Donna y yo dormiamos. Nos dio un susto de muerte. Nos asomamos a la ventana, la vimos, mire a mi mujer y deberia haber visto su expresion. Estaba tan dolida… Toda la desconfianza, todo lo que habia intentado enmendar, todo se vino abajo.

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