Myron no dijo nada.
– Todos ellos tenian razones para hacerla callar. Pero piensalo bien. Has dicho que podian ser Van Dyne o Wolf. Yo apuesto por Wolf. Pero en cualquier caso, todos temian que hablara.
– Si.
– No te limitas a secuestrar a alguien si es eso lo que temes, sino que le matas.
Lo dijo bajo una calma absoluta, con las manos colocadas sobre el volante. Myron no supo que decir. Erik lo habia expresado de forma mas que convincente. No secuestras si el objetivo es silenciar. Eso no funcionaria. Ese miedo tambien habia mortificado a Myron. Habia intentado esquivarlo, no dejarlo libre, pero ahi estaba, aireado por el unico hombre que querria imaginar el panorama mas optimista sobre lo que habia sucedido.
– Y ahora -dijo Erik- estoy bien. ?Ves? Lucho, me esfuerzo por descubrir que ha sucedido. Cuando la encontremos, si esta muerta, se acabo para mi. Me pondre una mascara. Seguire adelante por mis otros hijos. Sera el unico motivo para no dejarme caer y morir, por mis otros hijos. Pero creeme, mi vida estara acabada. Podrian enterrarme perfectamente con Aimee. De eso se trata. Estoy muerto, Myron. Pero no me ire como un cobarde.
– Frena -dijo Myron-. Todavia no sabemos nada.
Entonces Myron se acordo. Aimee se habia conectado esa noche. Iba a recordarselo a Erik, para darle un poco de esperanza, pero primero queria pensarlo un poco. No tenia sentido. Erik habia planteado algo interesante. Por lo que sabian, no habia razon para secuestrar a Aimee, sino para matarla.
?Era realmente Aimee la que se habia conectado? ?Habia mandado una advertencia a Erin?
Algo no encajaba.
Salieron de la Ruta 280 a una velocidad que puso el coche sobre dos ruedas. Erik freno al llegar a la calle de Wolf. El coche subio la colina y se paro a dos casas de distancia de la de Wolf.
– ?Que hacemos ahora? -pregunto Erik.
– Llamar a la puerta, a ver si esta en casa.
Los dos bajaron del coche y entraron en el paseo. Myron iba delante. Erik le dejo. Llamo al timbre. El sonido era estridente y pretencioso y duraba demasiado. Erik se quedo unos pasos atras, en la oscuridad. Myron penso que llevaba la pistola. No sabia como enfocarlo. Erik ya habia disparado contra un hombre esa noche. No parecia tener ningun reparo en volver a hacerlo.
La voz de Lorraine Wolf se oyo por el interfono.
– ?Quien es?
– Soy Myron Bolitar, senora Wolf.
– Es muy tarde. ?Que desea?
Myron recordo el corto traje blanco de tenis y el tono malicioso. No habia nada de malicioso en su tono ahora. La voz era tensa.
– Necesito hablar con su marido.
– No esta en casa.
– Senora Wolf, ?podria abrir la puerta, por favor?
– Quiero que se vaya.
Myron penso en como enfocarlo.
– Esta noche he hablado con Randy.
Silencio.
– Estaba en una fiesta. Hemos hablado de Aimee. Despues he hablado con Harry Davis. Lo se todo, senora Wolf.
– No se de que me habla.
– O abre la puerta o llamo a la policia.
Mas silencio. Myron se volvio y miro a Erik. Seguia muy tranquilo. A Myron no le gusto.
– ?Senora Wolf?
– Mi marido llegara en una hora. Vuelva entonces.
Erik Biel contesto:
– Ni hablar.
Saco la pistola, apunto a la cerradura y disparo. La puerta se abrio de golpe. Erik entro corriendo con el arma levantada. Myron tambien.
Lorraine Wolf grito.
Erik y Myron se desviaron hacia el sonido. Cuando llegaron al salon, los dos frenaron.
Lorraine Wolf estaba sola.
Por un momento, nadie se movio. Myron estudio la situacion. Lorraine Wolf estaba de pie en el centro de la habitacion. Llevaba guantes de goma. Eso fue lo primero que Myron noto. Guantes de goma amarillo brillante. Despues le miro con mas atencion. En la mano derecha llevaba una esponja. En la izquierda, un cubo amarillo a juego con los guantes.
Habia estado limpiando una mancha humeda que habia en la alfombra.
Erik y Myron dieron un paso adelante. Vieron que el cubo estaba lleno de un agua de feo tono rosado.
– Oh, no -dijo Erik.
Myron se volvio para detenerlo pero era demasiado tarde. Detras de Erik exploto algo. Solto un aullido y salto hacia la mujer. Lorraine Wolf grito. El cubo cayo sobre la alfombra. El liquido se vertio.
Erik asio a la mujer y fueron a parar los dos atras del sofa. Myron estaba mas alla, sin saber que hacer. Si hacia un movimiento demasiado agresivo, Erik reaccionaria. Y si no hacia nada…
Erik apreto la pistola contra la sien de Lorraine Wolf. Ella grito y le agarro la mano. Erik no se movio.
– ?Que le habeis hecho a mi hija?
– ?Nada!
– Erik, no -dijo Myron.
Pero Erik no le escuchaba. Myron levanto su pistola, le apunto. Erik lo vio pero era evidente que no le importaba.
– Si la matas… -empezo Myron.
– ?Que? -pregunto Erik-. ?Que perderiamos, Myron? Mira esto. Aimee ya esta muerta.
Lorraine Wolf grito:
– ?No!
– Entonces, ?donde esta, Lorraine? -pregunto Myron.
Ella apreto los labios.
– Lorraine, ?donde esta Aimee?
– No lo se.
Erik levanto el arma. Iba a golpearla con la culata.
– Erik, no.
El dudo. Lorraine miro a Erik a los ojos. Estaba asustada, pero se preparaba para recibir el golpe.
– No -dijo Myron otra vez. Se acerco un paso mas.
– Sabe algo.
– Y lo descubriremos, ?de acuerdo?
Erik le miro.
– ?Que harias tu si fuera alguien que quisieras?
Myron se acerco un poco mas.
– Quiero a Aimee.
– No como un padre.
– No, asi no, pero se lo que es. He presionado demasiado y no funciona.
– Ha funcionado con Harry Davis.
– Lo se, pero…
– Es una mujer. Es la unica diferencia. A Davis le he disparado en el pie y tu les has interrogado dejandole desangrarse. Ahora estamos cara a cara con alguien que esta limpiando sangre y, de repente, ?te acobardas?
Incluso en aquel caos, en aquella locura, Myron le entendia. Era otra vez el tema chico-chica. Si Aimee fuera