Al dia siguiente, la llanura nevada continuo ascendiendo aunque mas debilmente: El viento seguia soplando del Sur, las nubes bajas se arremolinaban extendiendose casi a ras de tierra y ocultando la lejania. Hacia la mitad de la jornada la subida de la llanura se hizo casi completamente imperceptible y, al terminar la tarde, se convirtio en descenso: los perros echaron a correr mas de prisa, de manera que los esquiadores casi no podian marchar a su paso. La temperatura se mantenia poco mas baja del cero y el camino era facil. Subitamente, Borovoi, que iba como siempre por delante, agito los brazos y grito:

— ?Esperen! ?Aguarden! Tengo miedo a que nos hayamos desviado del camino.

Todos corrieron a el. Tenia la brujula en la mano y estaba mirandola fijamente.

— ?Que ocurre? — pregunto Kashtanov.

No vamos camino del Norte, sino del Sur. Volvemos hacia la barrera de hielos. Miren ustedes: la aguja imantada no senala el Norte hacia adelante de nosotros, sino hacia atras.

— ?Y cuando lo ha advertido usted?

— Ahora mismo. Desde que la brujula se puso Caprichosa perdi la confianza en ella y he conducido la caravana guiandome por el viento, que ha soplado todo el tiempo del Sur. Pero me ha chocado la pendiente contraria de la llanera, porque del embudo no hemos podido salir todavia. He consultado la brujula y he visto que ha dejado sus caprichos y senala que nos dirigimos hacia el Sur y no hacia el Norte.

— ?Pero si el viento sigue soplandonos por la espalda!

— Ha podido cambiar durante la noche.

— No — declaro Maksheiev-. El viento no ha cambiado. Siempre montamos layuntacon la puerta en sentido contrario al viento, o sea, mirando al Norte, para que no entre el aire. Y esta manana, tengo la conviccion, layuntaestaba de espaldas al viento.

— O sea, que ha cambiado poco a poco durante el diga de hoy, hemos descrito un semicirculo y volvemos sobre nuestros pasos.

— O bien que la brujula ha cambiado de imantacion por alguna razon.

— Si por lo menos asomara el sol o se vieran las estrellas para comprobar hacia donde nos dirigimos… — lamentose Borovoi.

— De todas formas, conviene acampar aqui para pasar la noche y verificar con la brujula en la mano unos cuantas kilometros del camino que hemos recorrido y que se ve perfectamente por las huellas que hemos dejado en la nieve — declaro Kashtanov-. Si hemos descrito un — semicirculo, pronto se descubrira.

Montaron la tienda y Maksheiev y Gromeko volvieron sobre las huellas de la caravana mientras Borovoi colocaba el hipsometro, que senalo casi lo mismo que la vispera. La pequena ascension de la primera mitad del dia habia sido probablemente compensada por el descenso de la segunda mitad. A las dos horas regresaron los exploradores: habian verificado diez kilometros de camino, que iba siempre en linea recta, conforme a la direccion del viento. Por ello quedo decidido que se debian fiar mas de el que de la brujula y habia que continuar orientandose por el viento.

Tampoco esta vez hubo en ningun momento oscuridad por la noche. No cambio la luz difusa que flotaba bajo el manto de las nubes.

Al dia siguiente se acentuo mas la cuesta abajo. La temperatura subio un poco por encima del cero, la nieve se reblandecio y el camino, a pesar del descenso, hizose mas dificil. Despues del mediodia aparecieron charcos y algunos arroyuelos que serpeaban entre los accidentes y, al fin, desaparecian en las grietas cegadas por la nieve. Para pasar la noche hubo que elegir un sitio elevado y cavar regueros alrededor de layurtapara el agua de la nieve que se derretia.

Al colocar el hipsometro, Borovoi estaba convencido de que habia de senalar un numero de grados mayor que la vispera, ya que todo el dia habia proseguido la bajada al fondo de aquella misteriosa depresion. Pero el termometro marco 126 , y la altura negativa del lugar, pese al descenso, no habia aumentado, sino disminuido en quinientos setenta metros. El meteorologo, completamente desconcertado, estallo en una risa nerviosa.

— ?Una nueva sorpresa! ?Un nuevo enigma! Esta manana hemos decidido que no habia que hacer caso de las brujulas, y ahora nos ocurre lo mismo con el hipsometro.

Los viajeros volvieron a juntarse en torno al caprichoso aparato, comprobaron sus indicaciones, hirvieron el agua una y otra vez, pero el resultado era siempre el mismo. A pesar del evidente descenso, del que no cabia la menor duda porque los arroyuelos corrian en el mismo sentido, la presion del Zaire no habia aumentado, sino disminuido. Y en los dias anteriores, al contrario, la presion no habia disminuido, sino aumentado en la subida.

Al parecer, todas las leyes de los fenomenos fisicos elaboradas por generaciones de sabios sobre la base de observaciones hechas en la superficie terrestre eran inaplicables o adquirian un sentido absolutamente distinto en aquella depresion del continente polar. Los fenomenos inexplicables se multiplicaban.

Todos sentian gran interes y agitacion, pero sin que nadie pudiese comprender ni explicar nada. Solo quedaba la esperanza de que el porvenir inmediato diese la clave del enigma.

— ?Que desierto nevado es este? — preguntaba Papochkin-. Despues de habernos encontrado con los toros almizcleros en el puerto de la cordillera era de suponer que los dias siguientes nos darian a Mijail Ignatievich y a mi algun botin cientifico. Pero desde entonces llevamos doce jornadas de marcha, hemos recorrido casi doscientos cincuenta kilometros… y nada, absolutamente nada mas que la nieve y el hielo.

— Ni siquiera Piotr Ivanovich, que hasta ahora ha tenido mas suerte que nadie en las colecciones, ha recogido nada — anadio Gromeko.

— El unico que sale ganando es Ivan Andreievich — observo riendo Maksheiev.

— ?Yo? ?Que he encontrado yo en este tiempo? — sorprendiose Borovoi.

— Una coleccion de fenomenos fisicos incomprensibles — contesto Kashtanov, adivinando lo que Maksheiev habia querido decir.

— Es una coleccion muy extrana, pero en cambio ligera, no como las piedras suyas — replico riendo Borovoi-. La mia no va a desfondar las trineos.

— Sin embargo, puede resultar de mucho peso en cuanto al balance de nuestra expedicion. El sueno de cada explorador es descubrir algo extraordinario. En ese sentido, ha tenido usted hasta ahora mas suerte que nosotros.

Al dia siguiente continuo el descenso, incluso mas acentuado. La llanura nevada empezo a dividirse en monticulos achatados que separaban barrancos en cuyo fondo corrian arroyuelos. La nieve reblandecida dificultaba la marcha: los esquis se escapaban hacia los lados. Por eso hubo que cambiar de modo de transporte. Los hombres se subieron de dos en dos en los trineos que los perros arrastraban rapidamente cuesta abajo mientras ellos utilizaban los palos de los esquis paro dirigirlos o frenarlos sobre el hielo desigual.

Les llamo la atencion que las nubes, arremolinadas siempre a escasa altura del suelo, no tuvieran ya su color gris, sino otro rojizo, igual que si las iluminase un sol poniente invisible.

El desierto de hielo se extendia alrededor hasta el horizonte, bastante proximo, y tambien parecia rojizo. Este extrano alumbrado en el fondo de una depresion tan honda, donde el sol polar no podia penetrar, formaba

parte igualmente de lo coleccion de hechos inexplicables que iba reuniendo Borovoi.

Aquel dia, la expedicion hizo alto sobre un monticulo, cerca le un gran arroyo impetuoso de agua clara que les evito la necesidad de derretir nieve para la sopa y el te.

Capitulo X

UNA INEXPLICABLE POSICION DEL SOL

Despues de la cena, el meteorologo instalo el hipsometro con la firme conviccion de que, dado el largo y peligroso descenso que habian hecho a lo largo de cuarenta y cinco kilometros, el mercurio subiria por lo menos a los 130 , indicando una profundidad de diez mil metros aproximadamente, o sea, la maxima durante aquel tiempo. Incluso calculo de antemano la altura de los puntos de ebullicion comprendidos entre 130 y 135? para dejar pasmados a sus companeros. ?Cual no seria su asombro al ver que el termometro marcaba solo 120 !..

— Aumenta mi coleccion — declaro en tono solemne—

Вы читаете Plutonia
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×