Cerca ya de la tienda, los cazadores oyeron los ladridos freneticos de General y corrieron en su auxilio. Al desembocaren una pradera banada por el rio vieron que el perro ladraba desde detras de la tienda contra un hipopotamo metido hasta medio cuerpo en el agua. El monstruo tenia probablemente el proposito de pacer o de estarse un rato tendido en el prado, pero le habia desconcertado el escandalo del perro: clavaba unos ojillos estupidos en Raquel inquieto animal desconocido y, de vez en cuando, abria unas fauces horribles de dientes largos y escasos y enorme lengua rosa. Aquellas fauces hacian aullar de espanto a General.

Al ver llegar a los hombres corriendo, el monstruo dio pesadamente media vuelta, se sumergio en el agua y descendio la corriente, dejando sobresalir el lomo ancho y grasiento, salpicado de pequenas verrugas.

— Menos mal que hemos llegado a tiempo — afirmo Gromeko mientras desataba a General-. Ese monstruo hubiera podido causarnos un monton de trastornos: desgarrar la tienda, pisotear las cosas, agujerear o hundir las barcas…

— Ahora que habla usted de las barcas, adonde estan? — exclamo Maksheiev corriendo hacia la orilla, donde se le oyo gritar: ?Una sigue aqui, pero la otra ha desaparecido! ?No habra roto la amarra el hipopotamo?

— Hay que alcanzarla antes de que se haya alejado demasiado — dijo Kashtanov, que habia llegado tambien a la orilla.

Ambos subieron a la embarcacion que quedaba, llevandose a todo azar las escopetas, y descendieron el rio en persecucion de la otra barca. Pronto la vieron, balanceandose en el centro del rio en lugar de seguir la corriente. Se acercaron a toda prisa y Kashtanov se disponia ya a engancharla con un bichero cuando parecio animarse de pronto, dio una espantada y se deslizo mucho mas de prisa que la corriente. Hubo que reanudar la persecucion: Maksheiev remaba con todas sus fuerzas y Kashtanov iba de pie, empunando el bichero.

— ?Pero si va a remolque! — grito cuando, en el momento en que iban a dar alcance a la embarcacion, la vieron alejarse de nuevo a sacudidas.

— ?No sera el hipopotamo? Ha podido enredarsele una pata en la amarra, o quiza la lleve en la boca.

— ?Pues claro que es el! — confirmo Kashtanov, al ver delante de la barca la ancha espalda y la cabeza del animal, que habia emergido para respirar.

— Si disparamos contra ese monstruo huira mas velozmente o arrastrara la embarcacion al fondo.

— No nos queda mas remedio que darle alcance y cortar la cuerda si queremos salvar la barca.

Maksheiev Volvio a remar con todas sus fuerzas. Pronto lograron enganchar la embarcacion con el bichero y deslizarse hasta la proa, remolcados por el hipopotamo. Kashtanov corto la cuerda tirante, cuyo extremo desaparecio en seguida bajo el agua.

— Me iba quedando sin fuerzas — confeso Maksheiev jadeante-. Si no fuera porque hay necesidad de economizar las municiones, ese monstruo merecia que le metiesemos un balazo para que aprenda.

— Nos hemos alejado mucho de la tienda — observo Kashtanov-. Ahora habra que remontar la corriente. Dejeme los remos y descanse usted un poco.

Cambiaron de sitio y volvieron rio arriba, remolcando la barca.

— Nuestro rio va haciendose mas profundo — dijo Maksheiev despues de haber intentado empujar la barca con, — el bichero, pero sin llegar al fondo, que debia estar a unos dos metros de profundidad-. No me extrana que anden en el animales de ese tamano. Ahora, para mayor seguridad, nos convendria sacar las barcas a la orilla por las noches y durante las excursiones.

Las embarcaciones remontaban lentamente el agua oscura, entre dos murallas verdes de arbustos y arboles que formaban una espesura impenetrable. Algunos arbustos, con las raices batidas por el agua, se inclinaban mojando sus ramas en el rio. Sobre las flores escarlata de una planta trepadora desconocida se mecian unas grandes y bellas mariposas y bordoneaban las abejas.

El agua susurraba bajo la proa, los remos se movian cadenciosos y de la espesura llegaban el gorjeo y el canto de las aves. Inclinado por encima de la borda, Maksheiev contemplaba el agua, donde los peces surgian en algunos sitios para desaparecer en la profundidad.

— ?Que hermosa es esta naturaleza vista desde la lancha! — murmuro-. Pero,en cuanto se sale a la orilla, no hay manera de abrirse camino por la espesura, no se puede dar un paso sin encontrarse con algun animal venenoso o con alguna fiera. Cuesta trabajo pensar que, despues de tantos dias de lucha contra los hielos, la niebla y las nevascas, vamos ahora por un rio de la superficie interior de nuestra tierra. A tan escasa distancia de esos hielos se encuentra una naturaleza que recuerda las selvas virgenes de Africa o de America del Sur. Me gustaria saber a que latitud de America del Norte corresponde el sitio donde nos encontramos ahora.

— La cosa es facil: basta con marcar en el mapa el itinerario que hemos seguido desde la barrera de hielo. Debemos encontrarnos todavia bajo el mar de Beaufort, bajo latitudes muy altas o, por lo menos, bajo la tundra de la orilla septentrional de Alaska. Arriba hace un frio endemoniado, hay bloques de hielo y osos blancos mientras aqui nos encontramos con una vegetacion exuberante y habitan tigres, hipopotamos y serpientes.

Maksheiev advirtio en ese. momento el reflejo neto

del sol en el agua y levanto rapidamente la cabeza exclamando:

— ?Hombre! El sol rojizo se deja ver al fin en un cielo sereno. ?Mirelo!

Los exploradores, acostumbrados a contemplar a Pluton a traves de un cendal mas o menos denso de niebla o de nubes, no tenian aun idea del color del cielo y del verdadero aspecto de ese nucleo incandescendente de la tierra. Ahora, el velo se habia desgarrado, formando cumulos entre los cuales se veia un cielo limpido, aunque azul oscuro y no celeste como en la superficie exterior de la tierra.

Pluton, cuyo diametro parecia algo mas grande que el diametro visible del sol, estaba en el cenit.

Aquel astro subterraneo o, mejor dicho, «intraterrestre» se asemejaba al sol que brilla a la hora del poniente o del amanecer detras de una gruesa capa de la atmosfera. En su disco podian verse manchas oscuras bastante numerosas de tamano distinto.

— Este astro central, o sea, el verdadero nucleo de nuestra tierra, se encuentra en su ultima fase de combustion y constituye hoy una estrella roja en vias de extincion. Dentro de poco se apagara. La oscuridad y — el frio reinaran sobre la superficie interna y toda esta vida exuberante desaparecera,gradualmente — dijo Kashtanov.

— ?Menos vial que hemos llegado a tiempo de estudiarla! — exclamo Maksheiev-. Un poco mas tarde, nos habriamos tenido que volver sin encontrar nada mas que tinieblas.

— Bueno, he dicho «dentro de poco» en el sentido geologico. Estas palabras, traducidas a anos terrestres, pueden significar milenios. De manera que nuestros lejanos descendientes podran todavia estudiar esta superficie terrestre e incluso colonizarla.

— ?Muchas gracias! ?Si que tiene gracia venirse a un pais condenado a perecer en las tinieblas eternas!

Capitulo XXI

UNA TORMENTA TROPICAL

Charlando asi animadamente, llegaron al fin al campamento, donde Papochkin y Gromeko esperaban a sus companeros para cenar. La sopa y el asado de jabato, condimentado con las cebollas silvestres que el botanico habia recogido en la colina, resultaron deliciosos. De comun acuerdo, los exploradores decidieron que, en adelante, se prestaria mas atencion a los frutos, las raices y las plantas comestibles para variar la comida. Habian dejado en layurtatodas las conservas de carne y de legumbres, llevando solo para la expedicion te, azucar, cafe, galletas, especias, sal y extractos diversos. La caza y la pesca debian suministrar el alimento esencial, que podia ser sensiblemente mejorado con los productos de la flora local.

A la hora de dormir, encendieron una gran hoguera junto a la tienda y los cuatro se turnaron en la guardia porque el encuentro con el tigre hacia temer algun ataque de animales carniceros. En efecto, cada cual oyo en el bosque proximo, durante las horas que estuvo de guardia, susurros, crujidos, aleteos y gritos de aves espantadas mientras General levantaba las orejas y grunia con frecuencia.

Al dia siguiente, el paisaje ofrecio el mismo caracter durante las primeras horas de viaje: colinas boscosas

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