— Como no podemos salir a la orilla ni tenemos nada para achicar el agua, no nos queda mas remedio que pedir auxilio — contesto Gromeko.
Las dos se pusieron a gritar. Nadie les contestaba al principio, pero luego se escucho la voz de Kashtanov preguntando lo que habia ocurrido.
— Vengan con un cubo. Senas hunde la barca.
— ?Ahora voy! — contesto Kashtanov.
En esto, junto.a la proa hundida, emergio del agua urna enorme cabeza de color verde pardusco, hocico corto y ancho y ajillos pequenos bajo un craneo aplastado. El,animal estuvo algun tiempo contemplando a los hombres sobrecogidos por la sorpresa y luego, abriendo una boca plantada de varias hileras de dientes agudos, se puso a trepar a la embarcacion, que se hundio mas todavia bajo su peso. Aparecio un cuello corto y grueso, luego parte del cuerpo lisa. Las garras de las anchas patas delanteras se aferraron al borde de la barca. Al marcharse en busca de lena tan cerca del campamento, los cazadores no se habian llevado las escopetas y ahora se encontraban desarmados frente a un reptil de raza desconocida pero seguramente carnicero y fuerte. Las hachas se habian quedado en la proa y ahora se hallaban en el agua, bajo las patas del enemigo.
— Ate usted pronto el cuchillo al mango de un remo mientras yo trato de contener a este monstruo con el otro — grito Maksheiev.
Saco el cuchillo, que agarro entre los dientes, y luego, empunando el remo, hundio con todas sus fuerzas la pala en la boca entreabierta del animal que, sobrecogido por aquel fuerte golpe contra el paladar y la lengua, apreto las mandibulas. Luego se oyo un chasquido. Los dientes agudos desmenuzaban la madera y atacaban ya el borde de hojalata. Maksheiev continuo hundiendo el remo en las fauces, pero el pala disminuia porque el animal no dejaba de triturarlo para escupir luego las astillas tenidas de sangre.
Entretanto, Gromeko, que habia tenido tiempo de atar su cuchilla de caza con las correas de las botas al mango
del segundo remo, acercose por detras de Maksheiev y hundio aquella lanza improvisada en un ojo del monstruo.
Enloquecido de dolor, el animal dio un salto de lado, arranco el remo de manos de Maksheiev y desaparecio en el agua, mostrando por un instante su lomo ancho, de color pardo verdoso, con una doble hilera de escamas a lo largo y una cola corta y gruesa que golpeo en el agua con tanta fuerza que ambos cazadores quedaron empapados de pies a cabeza.
Apartada de la orilla por el movimiento del monstruo, la lancha se hundio definitivamente en el agua.
Kashtanov, que acudia en auxilio de sus companeros, se encontraba ya cerca del lugar del suceso. Al desembocar del recodo vio la tromba de agua levantada por el monstruo, pera sin comprender lo que ocurria. El arbol seco paso por su lado, apareciendo y sumergiendose al capricho de las olas. Creyendo que se trataba de un cocodrilo, el remero iba a golpearlo con su bichero cuando Gromeko, que no queria perder aquel botin lograda la costa de tantos esfuerzos, grito:
— ?El tronco! ?Agarre el tronco, que es nuestro combustible!
Kashtanov engancho el arbol con el bichero y, remolcandolo, llego por fin hasta donde estaban sus camiaradas metidos en el agua hasta la cintura.
Despues de algunos esfuerzos, lograron sacar la barca, achicaron el agua y volvieron con su botin hacia la tienda donde Papochkin luchaba desesperadamente contra los mosquitos. En cuanto a General, se habia refugiado metiendose en el agua hasta las orejas.
Una vez el tronco en tierra, hicieron pastillas y pronto crepitaba una alegre hoguera. Las colas de caballo que echaron encima despidieren un humo tan intenso que los mosquitos desaparecieron al instante y Maksheiev y Gromeko, que estaban secandose junto al fuego, empezaron a llorar a lagrima viva.
Despues de haber escuchado el relato acerca del ataque del monstruo acuatico, Kashtanov opino:
— Debia ser un reptil de algun grupo desaparecido de nuestro planeta al principio del terciario.
— ?Un ictiosauro? — pregunto Maksheiev, que toda via recordaba algo del curso de paleontologia — estudiado en la Facultad de Minas.
— No, por lo que ustedes cuentan no es esa. El ictiasiaurio era mucha mas grande. Tenia la cabeza de otra forma y vivia en una epoca anterior, en la jurasica. El amigo ese se parece mas bien a un cocodrilo pequeno del cretacea.
Papochkin hizo observar:
— Ademas, no se habrian desembarazado tan facilmente de un ictiosaurio. En cuanto al plesiosaurio, tenia el cuello mas largo que un remo y no le habria costado ningun trabajo agarrarles a ustedes desde el agua sin, subir a la lancha.
— Es de suponer que. con el tiempo, tambien encontraremos a esos reptiles enormes — dijo Kashtanov —, ya que, ?a medida que descendemos el rio,aparecen representantes de una fauna mas antigua. Ahora nos encontramos en el cretaceo medio o incluso inferior.
— En efecto, tanta la flora como la fauna son cada dia mas distintas a lo que estamos acostumbrados a ver en la superficie de la tierra — anadio Gromeko-. Coma el cambio es gradual, no nos damos siempre cuenta. Pero fijandose bien, puede verse que todo lo que nos rodeo es nuevo: ha desaparecido una multitud de arboles de hoja, de flores, de cereales; ahora dominan las palmeras, las ciperaceas y las fanerogamas y tambien hay numerosas criptogramas.
— Este reina subterraneo nos reserva todavia muchas sorpresas, y debemos ser mas precavidos. ?Ni un paso sin escopetas y balas explosivas!
— Ya opino — declaro Gromeko— que solo debemos descansar un poco mientras se hace la cena y continuar luego el camino hasta encontrar un sitio mejor. Para alimentar una hoguera que nos proteja de las fieras no tenemos lena bastante.
A todos les parecio bien la propuesta. Sacaron a la orilla la barca de la aventura para ponerla a secar y repararla, cenaron, durmieron un par de horas en torno al fuego y reanudaron la navegacion llevandose el resto de la lena. Durante dos horas continuaron las mismas malezas impenetrables, bordeadas de juncos y colas de caballo. En los remansos, los peces se agitaban o saltaban fuera del agua como perseguidos y a veces se veia surgir por un instante tras ellos el repulsivo hocico de un reptil con la boca abierta, despues de lo cual los remolinos y los circulos que se formaban en la superficie decian que un cuerpo voluminosa se habia sumergida rapidamente. Las libelulas interrumpian por momentos sus despreocupados aleteos y se dispersaban en todas direcciones, ocultandose entre las hojas y los juncos, para huir de un gran pajaro azul de pico enorme que irrumpia de pronto ruidosamente y cazaba al vuelo los insectos menos agiles.
Las murallas verdes empezaran por fin a apartarse, el curso del ria se hizo mas lento y la capa de agua se extendio en anchura: el rio se convertia en lago salpicado de islas, una de las cuales llamo la atencion de los viajeros. La mitad estaba ocupada por un alto y tupido bosque y el resto era un claro bastante amplio con arboles aislados, algunos de los cuales estaban secos. Los exploradores desembarcaron en seguida alli.
Tapizaba el prado una hierba baja y aspera que, una vez observada, resulto ser una especie de licopodio. Encontrabase el prado en la parte alta de la isla y el viento soplaba rio abajo. Por ello, y porque el combustible abundaba, los cuatro hombres decidieron encender unas cuantas grandes hogueras en el lindero a fin de ahuyentar a todas las fieras y poder dormir tranquilos.
Cuando los fuegos empezaron a crepitar, los remolinos de humo penetraron en 1a espesura, expulsando de ella a avecillas e insectos, algunos de los cuales caian sofocados y proporcionaron al zoologo una interesante coleccion de especies desconocidas. Luego desemboco en la pradera un extrano y horrible animal muy parecida a un puerco espin, pero tenia el tamano de un buey grande y puas de alrededor de un metro de largo.
Erizado y convertido en una especie de enorme bola punzante, el animal paso cerca de las hombres pasmadas y desaparecio entre los juncos.
Tras el surgio a saltas de la espesura un animal con aspecto de carnicero. Tenia el pelaje cobrizo, cabeza de gato, una cola bastante larga y gruesa, patas cortas y el hocico romo que dejaba ver unos dientes agudas. Su aspecto le hacia parecerse a una nutria grande — de casi dos metros de largo —, diferenciandose de ella tan solo por las orejas mas prominentes y una melena corta. Aunque no parecia tener la intencion de atacar a los exploradores y se deslizaba hacia el agua a lo largo del lindero, su aspecto intereso tanto a Kashtanov que abatio al animal de un tiro certero.
El animal era efectivamente curioso. No tenia incisivos aplastados ni muelas erizadas de tuberculos como las fieras de epocas mas recientes. Todos los dientes eran mas o menos conicos, como los de las reptiles. Solo