— Calle. Mire usted alli, hacia aquella roca — murmuro el zoologo indicando el acantilado que dominaba la entrada a la depresion.

En un pequeno rellano, de pie sobre las patas traseras y apoyandose en el rabo largo y grueso, habia un reptil de tamano mediano muy semejante a un canguro, aunque de color verde oscuro con manchas parduscas. Su cabeza recordaba la cabeza de un tapir con el labio superior colgante en forma de trompa.

— ?Debe ser un iguanodon! — murmuro Papochkin.

— Lastima que no sea un canguro — lamento el botanico-. Al canguro lo hubieramos guisado para la cena y en cambio no creo que nos decidamos a probar la carne de reptil.

— Amigo mio, no olvide usted que nos encontramos en el periodo jurasico y no vamos a tener mamiferos ni aves para alimentarnos. De manera que, si no queremos morirnos de hambre, habremos de pasar a la carne de reptil. Con todo su entusiasmo botanico, por ahora no ha encontrado usted raices, frutos o hierbas comestibles. Y no querra usted que comamos colas de caballo o esta hierba de Chekanovski tan odiosa.

— ?Y el pescado? Porque en los mares hay peces.

— ?Por que razon no le importa comer pescado y en cambio tiene miedo a alimentarse con la carne de un reptil herbivoro? Todos esos son prejuicios que se deben olvidar en este reino subterraneo.

Restallo un disparo. El animal dio un salto y desplomose pesadamente en el prado. Cuando se inmovilizo, los cazadores abandonaron su refugio y se acercaron a el.

La talla del joven reptil era mayor que la de un hombre. Su cuerpo sin armonia se apoyaba sobre las patas traseras, gruesas y largas, y sobre el rabo abultado que en seguida se afilaba en la punta. Las patas delanteras, cortas y finas, terminaban en cinco dedos de unas cortas y aceradas, mientras las patas traseras tenian tres dedos con unas grandes pero romas. Toda la estructura del cuerpo demostraba que el animal preferia la posicion vertical a la horizontal, ya que en esta ultima la grupa se encontraba mucho mas alta que la parte delantera. La cabeza era grande, de aspecto bastante repulsivo, con labios abultados y ojillos pequenos. La piel, absolutamente lisa como la de las ranas, tenia el mismo tacto viscoso y frio.

- ?No es muy apetitoso, que digamos! — exclamo Gromeko empujando con la punta del pie uno de los gruesos muslos del reptil-. Parece algo asi como una rana enorme.

— Si los franceses comen de buen grado ancas de rana, ?por que no han de probar unos viajeros rusos los filetes de iguanodon? Pero vamos a hacer su descripcion primero, y luego lo desollaremos.

Una vez medido, descrito y fotografiado el reptil, los cazadores le cortaron las carnosas patas traseras, que pesaban cada una casi dieciseis kilos, y volvieron hacia el campamento, cargados con la carne y el agua.

La carne de iguanodon, frita en lonchas delgadas, resulto tan sabrosa y tierna, que incluso Gromeko, gran enemigo de todos los reptiles y los anfibios, la comio con placer.

Mientras cenaban, los viajeros hablaron de como continuar el viaje. La navegacion, que hasta entonces habia sido tan ventajosa, resultaba ahora imposible si es que no desembocaba en el mar algun rio que llegase del Sur y que pudiera ser remontado. Lo que se debia hacer, ante todo, era buscar una desembocadura.

Durante estas busquedas se podria igualmente explorar aquella costa y, en caso de no dar con ningun rio, trazar, segun su caracter, el futuro itinerario. Pero entonces habria que proseguir el viaje a pie, cosa que lo limitaria sensiblemente.

Capitulo XXX

REPTILES CARNICEROS Y HERBIVOROS

Al otro dia un viento bastante fuerte agito el mar, arrojando incluso hasta la tienda salpicaduras de la resaca. Navegar con aquel tiempo en las fragiles embarcaciones resultaba imposible, y los viajeros optaron por hacer juntos una excursion al interior de la region desconocida, remontando la vaguada que atravesaba el bosque.

Como era poco probable que los monstruos marinos atacasen la tienda de campana vacia, solo quedo junto a ella General, aunque sin atar para que, en caso de peligro, pudiese refugiarse en la espesura.

Los cazadores tiraron por el brazo izquierdo de la vaguada, que flanqueaba a un lado y otro la misma pared de colas de caballo y helechos. Solo aqui y alla serpeaban entre la espesura estrechas sendas abiertas por animales pequenos. En el aire, sobre las cumbres de los arboles, volaban enormes libelulas y otros insectos de gran tamano. A veces pasaban pterodactilos de talla regular que perseguian a los insectos. Pero la selva parecia muerta, deshabitada: no se escuchaban en ella ni el canto de aves ni los susurros tan frecuentes en los bosques de las orillas del rio Maksheiev. Solo una vez distinguio Gromeko, que abria marcha, un animal oscuro, del tamano de un perro, atravesando una trocha; pero desaparecio a tal velocidad que el cazador no tuvo siquiera tiempo de apuntarle. Hubo que conformarse con cazar insectos. Papochkin capturo a una mariposa de treinta y cinco centimetros de envergadura, que se habia posado sobre una flor de palmera, y unos cuantos escarabajos, gruesos como un puno grande, que mordian y aranaban muy dolorosamente.

Al fin termino el bosque, y los cazadores salieron a un espacioso calvero tapizado de la misma hierba aspera y, en algunos sitios, donde el suelo era humedo, de licopodios, musgos y pequenas matas de helechos rastreros. Al Sur terminaba el calvero en el muro desnudo y abrupto de una cadena de montanas de color granate que tendria unos doscientos metros de altura y estaba partida por una garganta bastante profunda. De ella fluia, probablemente, el agua que empantanaba el calvero y, durante las lluvias, desembocaba en el mar siguiendo la vaguada. El calvero media mas de un kilometro de largo por unos cien o doscientos de ancho.

Los exploradores se sentian atraidos por la garganta que penetraba en las montanas. Pero, al apartarse un poco, vieron que en el extremo septentrional del calvero, detras de unos salientes del bosque, pacia un pequeno grupo de reptiles.

Unos, erguidos sobre las patas traseras, arrancaban con sus gruesos labios las hojas de palmera, y otros, mas jovenes, los brotes tiernos de las colas de caballo y los helechos. Y, en fin, los menores se alimentaban de hierba, con la abultada grupa risiblemente levantada mas alta que la cabeza y agitando el rabo. A veces se ponian a juguetear y a perseguirse tan pronto sobre las cuatro patas como sobre dos, dando unos pesados brincos.

?Quien dejaba escapar aquella ocasion tan interesante de fotografiar a unos iguanodones paciendo y jugando! Los viajeros regresaron precipitadamente al lindero del bosque y luego lo siguieron con mucha precaucion para acercarse a los animales. Lo consiguieron, y habian hecho ya una primera fotografia, cuando los iguanodones manifestaron de pronto inquietud. Los mayores, alerta, dejaron de comer y lanzaron un silbido estridente. Al oirlo, los pequenos se irguieron sobre las patas de atras y, torpotes, balanceandose, corrieron hacia sus padres, que formaron un circulo alrededor de ellos con las grupas para afuera.

Las dos fotos siguientes perpetuaron esta alarma de los iguanodones, que no,era vana como pronto pudo verse. Del extremo opuesto del calvero llegaba a grandes saltos de varios metros de largo, bordeando el lindero del bosque, un monstruo que al principio les parecio a los cazadores un iguanodon.

Era tan grande como los reptiles herbivoros y utilizaba tambien unicamente las patas de atras para moverse; sin embargo, cuando estuvo cerca pudo verse que se distinguia de los otros animales por tener el cuerpo mas esbelto y los movimientos incomparablemente mas rapidos. Una vez al lado del circulo de los iguanodones, el monstruo lanzo un resoplido amenazador al que sus adversarios respondieron con un largo silbido quejumbroso. Luego empezo a saltar en torno a los iguanodones, pero no encontro por todas partes mas que grupas levantadas y pesadas colas batiendo el aire. Y los coletazos o las coces con las macizas patas de atras debian ser terribles.

Convencido de que era imposible penetraren el circulo y apoderarse de uno de los animales jovenes, la fiera pego de pronto un salto prodigioso por encima de la cabeza de los defensores y cayo en medio de los

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