exploradores volvieron hacia el lago eligiendo el camino mas recto desde el cono principal a fin de Seguirlo al otro dia, cuando fueran los cuatro en busca de azufre.

Capitulo XXXVII

DESCENSO AL CRATER DE SATAN

Al dia siguiente, los cuatro se dirigieron hacia el volcan principal, llevandose por si acaso una escopeta, algo de carne asada y juncos azucareros. El resto quedo cerca del lago, bajo la guardia de General, ya que la ausencia absoluta de animales en aquel desierto suponia una seguridad.

El camino atravesaba primero unos monticulos negros y unas cadenas de lava endurecida, luego trepaba por la vertiente del volcan principal a lo largo del enorme torrente de lava que comenzaba en la brecha del crater. Llegaron a ella al cabo de media hora y comenzaron el descenso por unos bloques de lava condensada que formaban una especie de escalera de gigantes.

El descenso duro media hora y les condujo al fondo del crater, la una plataforma de barro seco, negro y resquebrajado, que antes debia estar recubierto por el agua de un lago desaparecido. Al otro lado de la plataforma se alzaba un muro perpendicular, profusamente veteado de blanco, amarillo y rojo. Facil era reconocer en los depositos amarillos azufre natural, cuyos cristales grandes y pequenos estaban incrustados en los intersticios de la lava o se extendian en fina capa sobre su superficie.

Con sus cuchillos de caza, los viajeros empezaron a raspar los depositos y a desprender los cristales mas grandes, guardando su botin en las mochilas. Cuando estuvieron llenas, habria en cada una alrededor de dieciseis kilos de azufre.

— Dieciseis kilos de azufre dan mas de once mil litros de gas sulfuroso — declaro Kashtanov-. Por lo tanto, sesenta y cuatro kilos dan casi cuarenta y cinco mil litros. Creo que sera bastante para el hormiguero.

— No podriamos llevar mas — dijo Papochkin-. Aun tenemos las escopetas y los viveres, y habremos de acarrearlo todo durante dos dias.

— Algo se podria cargar sobre General — propuso Maksheiev-. Ahora esta curado, lleva descansando hoy todo el dia y es muy capaz de cargar con unos treinta kilos. De aqui al lago, cuesta abajo, ya nos arreglaremos para llevar esos treinta kilos. Conque, vamos a recoger mas para tener bastante.

Despues de tomar un bocado y de descansar un poco, los viajeros recogieron todavia treinta kilos de azufre, que Maksheiev metio en su camisa, anudada en forma de saco. En una de las grietas rasparon un punado de sal comun.

Mientras descansaban, Kashtanov se habia recostado contra la pared del crater y noto de pronto unos golpes recios que llegaban de la profundidad de la montana.

«?Sera posible que no este apagado el volcan?», penso.

Pero, como no habia hecho estudios acerca de los volcanes en actividad, no dio gran importancia al fenomeno y ni siquiera hablo de el a sus companeros.

Terminada de recoger la segunda porcion de azufre, los cuatro hombres volvieron a sentarse para reposar un poco antes de trepar fuera del crater y descender luego la pendiente del volcan con su fardo a cuestas. Kashtanov se acordo de los ruidos que habia escuchado y pego el oido a la roca. Los golpes eran ahora mas netos y se notaba incluso un ligero temblor de las rocas.

— Quiza me equivoque — exclamo levantandose de un salto —, pero me parece que cuanto menos tiempo estemos aqui, mejor. Algun trabajo esta efectuandose en el seno del volcan. ?No preparara una erupcion? Escuchen ustedes.

Los exploradores pegaron el oido a la pared del crater y pudieron convencerse de la justeza de sus palabras.

— Es posible que la erupcion no tenga lugar, o que se produzca dentro de un mes o de una semana, pero no respondo de que no ocurra hoy — declaro el profesor.

— Es cierto — aprobo Gromeko-. Conque no tenemos por que estarnos en el fondo del crater, sobre todo considerando que nos espera una subida bastante dificil.

Habiendose echado los pesados macutos a la espalda, los viajeros emprendieron la subida de la escalera gigante. Con el fardo, no fue tan rapida como la bajada y solo al cabo de una hora se encontraron arriba. Al volver la cabeza se convencieron de que su apresuramiento habia sido muy oportuno: del fondo del crater ascendia una fina columna de humo al mismo tiempo que un olor a azufre y a cloro se extendia en el aire.

El estremecimiento de los muros del crater se habia acentuado tanto que se notaba bajo los pies. Habia que apresurarse porque de un momento a otro podia comenzar la erupcion haciendo volar el tapon de lava que obstruia la boca del crater. Sin perdida de tiempo, los exploradores emprendieron el descenso por el mismo camino que habian seguido en la ascension y, a las dos horas, se encontraban ya al borde del lago, donde General, despues de haber pasado tanto tiempo solo, les acogio con ladridos y gritos de alegria.

Lo cierto es que el volcan no parecia tener prisa por iniciar su actividad. Sobre su cumbre se veia solo una fina columna de humo pardusco que se alzaba verticalmente a enorme altura para dispersarse alli. Junto al lago no se escuchaban las sacudidas subterraneas y todo estaba en calma.

Cuando amontonaron los macutos de azufre con el resto de la impedimenta, Papochkin descubrio que se habia olvidado la escopeta en el crater o en la cumbre del volcan, donde se habian detenido dos veces a descansar. Se lo comunico a sus companeros diciendo que iba a volver en seguida a buscarla.

— Aun tenemos tres escopetas y otra de repuesto en el hormiguero, de manera que podemos pasarnos sin la que se ha quedado alli y no hay por que exponerse de nuevo a un peligro que hemos evitado — observo Kashtanov.

— Si el volcan no hace mas que humear — insistio el zoologo, que estaba encarinado con su escopeta, arma de dos canones y tiro muy preciso, y al mismo tiempo se sentia molesto por su falta de memoria-. Mientras ustedes descansan, voy en una carrera.

— Ahora es imposible bajar al crater del volcan humeante porque le asfixiarian los gases. Y como lo mas probable es que se haya dejado usted la escopeta precisamente en el fondo del crater, la empresa es de todas formas irrealizable — aseguraba Kashtanov.

— No. Segun recuerdo, pienso que la deje al borde del crater antes de emprender la bajada a fin de no andar para arriba y para abajo con un peso inutil. Y, total, no es tan largo ni tan peligroso llegar de una carrera hasta el borde del crater — repetia el zoologo.

— La erupcion puede comenzar de un momento a otro. Incluso no se si es razonable que nos quedemos al borde de este lago hasta manana, Quiza fuese mejor alejarse lo mas posible del volcan.

Pero todos estaban rendidos de la subida y la bajada con aquel pesado fardo a la espalda. El aspecto del volcan no inspiraba grandes temores y el lago se encontraba a unos dos kilometros del crater en linea recta, o sea, a una distancia relativamente grande, de manera que se podia considerar sus orillas fuera de un peligro directo. Por lo tanto, quedo decidido dormir al borde del lago con la esperanza de asistir por lo menos al comienzo de un fenomeno tan grandioso como la erupcion de un volcan.

Sin embargo, la calma no duro mas que cuatro horas. Los exploradores fueron despertados por un horrible estrepito y sacudidas del suelo. Tenian la impresion de que habian sido arrojados al aire y volvian a caer en el lago.

Se pusieron en pie de un salto, lanzando a su alrededor miradas de espanto: el suelo temblaba bajo los pies y, al borde del lago, los arboles se doblegaban en todas direcciones.

La cumbre del volcan estaba envuelta en una tupida cortina de humo negro surcada, como si fueran relampagos, por las piedras incandescentes que vomitaba el crater.

Habia comenzado la erupcion.

— ?Donde esta Papochkin? — exclamo Maksheiev al advertir que no eran mas que tres.

— ?No le habra arrojado al lago la sacudida? Es el que mas cerca estaba de la orilla — dijo Gromeko.

Pero la superficie del agua estaba cubierta solo de pequenas arrugas, debidas sin duda al temblor del suelo. No se veian olas concentricas que denunciaran la reciente caida de un cuerpo pesado al agua,

— ?No habra echado a correr, del susto, valle abajo?

Вы читаете Plutonia
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату