del siglo pasado tambien Bertrand pensaba que el globo terrestre estaba hueco y que en su cavidad se encontraba un nucleo magnetico que se desplazaba de un polo a otro de la Tierra bajo la influencia de los cometas.
— En el siglo XIX prevalecio la hipotesis de Kant y Laplace acerca del nucleo terrestre en fusion. Sus adeptos discutian solo la cuestion del espesor de la corteza solida de la Tierra: unos le atribuian de 40 a 50 kilometros, otros un centenar de kilometros y algunos, en fin, incluso de 1.275 a 2.220 kilometros, o sea, de una quinta a una tercera parte del radio terrestre. Pero este espesor de la corteza se hallaba en contradiccion con los fenomenos volcanicos y geotermicos, igual que 1a hipotesis segun la cual la Tierra seria un cuerpo solido enteramente enfriado. Por eso, como correctivo, los partidarios de la corteza espesa admitian que entre ella se habian conservado algunas cuencas aisladas de masa en fusion, que constituian los focos volcanicos.
En la segunda mitad del siglo XIX una cuarta hipotesis obtuvo mayor numero de partidarios. Proclamaba que la Tierra tenia una corteza no muy espesa y un numero solido, separados por una capa intermediaria, mas o menos compacta, de rocas en fusion; la llamada franja olivina.
— Se admite la existencia de un nucleo solido porque, a proximidad del centro de la Tierra, como consecuencia de la enorme presion que alli existe, todos los cuerpos deben hallarse en estado solido, a pesar de la elevada temperatura, que sobrepasa mucho su punto de fusion a presion normal.
— La corteza terrestre se compone de rocas mas ligeras, mientras en la franja olivina se han concentrado otras mas pesadas, abundantes en olivina y hierro. En el nucleo mismo dominan las materias mas pesadas, los metales, por ejemplo. Se supone que los meteoritos ferrosos, compuestos esencialmente de hierro y niquel, son restos de nucleos planetarios, mientras los meteoritos petreos, compuestos de olivina y otros minerales ricos en hierro y niquel, nos dan una idea de la composicion de la franja olivina.
— Esta hipotesis tambien tiene ahora muchos partidarios, pero rivaliza con ella otra hipotesis, la de Zoppritz, que resucita bajo una forma nueva la teoria de Leslie y de otros sabios de fines del siglo XVIII y principios del XIX.
— Esta hipotesis parte de la ley fisica de que, dada las altas temperaturas que han de existir inevitablemente en las entranas de la Tierra, todos los cuerpos deben encontrarse en estado gaseoso a pesar de la enorme presion.
— Como ustedes saben, existe la temperatura critica de los gases, temperatura a la cual no se comprimen ni se licuan, cualquiera que sea la presion. Indudablemente, en el centro de la Tierra esta temperatura critica se halla muy sobrepasada. Por eso deben constituir ese nucleo los gases llamados monoatomicos, que han perdido sus propiedades quimicas caracteristicas, ya que sus moleculas se han desasociado en atomos bajo la influencia de la elevada temperatura. Este nucleo esta rodeado de una capa de gases con una temperatura superior a la critica y esta, a su vez, rodeada de gases ordinarios.
— Luego se suceden una capa de materia en fusion, una capa de liquido pastoso semejante a la lava o la resina, y una capa transitoria entre el estado liquido y el estado solido y que se llama estado de plasticidad latente, de consistencia parecida a la pez de zapatero.
— Y arriba encontramos, al fin, la corteza solida. Entre las capas enumeradas no existe, naturalmente, un limite rotundo, sino que pasan gradualmente de una a otra. Por eso, bajo los efectos de la rotacion de la Tierra, estas capas no se pueden desplazar las unas respecto a las otras ni influir sobre los flujos y los reflujos ni sobre el desplazamiento del eje de la Tierna. Las opiniones varian en cuanto al espesor de la corteza terrestre. El fisico sueco Arrhenius calcula que el nucleo gaseoso ocupa el 95 % del diametro del globo; las capas de liquidos igneos el 4 / y la corteza solida el 1 % solo, es decir, unos 64 kilometros de espesor.
— Otros atribuyen un espesor mas considerable a la corteza: 80, 100 e incluso 1.000 kilometros. Pero la corteza fina, de 60 a 100 kilometros, se aviene mejor con los fenomenos volcanicos y geotermicos, con la formacion de las montanas, etc.
— Como ven ustedes, esta hipotesis ha resucitado la teoria de Leslie y de los demas, aunque sin los planetas interiores y los orificios de acceso y ha confirmado incluso la idea del capitan Simmes acerca de las esferas concentricas. Pero, naturalmente, el interior de la Tierra no podia estar habitado a una temperatura que fisiona incluso los atomos de gas.
— ?Y sin embargo, esta habitado! — exclamo Kashanov-. Aunque supongo que tambien usted se lo imaginaba al organizar la expedicion.
— Tiene usted razon — replico Trujanov-. Y ahora voy a exponer a ustedes mi propia hipotesis. Desde hace mucho tiempo soy partidario de la hipotesis de Zoppritz, y he hecho observaciones y calculos para desarrollarla y confirmarla. Las observaciones trataban de la determinacion de la fuerza de la gravedad, de los fenomenos geomagneticos y de la difusion de los terremotos.
— Sabido es que las ondas sismicas no se propagan solo por la superficie de la corteza terrestre, sino tambien en linea recta, a traves del subsuelo. Por eso, si ocurre un terremoto en nuestros antipodas, los instrumentos sensibles captan dos series de sacudidas: primero las que siguen el camino mas corto por el diametro del globo y luego las que se difunden por la superficie terrestre, o sea, por la periferia del globo. La rapidez de la transmision de las sacudidas depende de la densidad y la homogeneidad del medio, y esa rapidez permite juzgar del estado del medio.
— Conque una serie de observaciones, hechas en distintas estaciones sismicas y en mi observatorio de Munku-Sardik, donde instale instrumentos nuevos, de precision y sensibilidad extraordinarias, en un pozo profundo al pie de una cadena montanosa, descubrieron hechos en contradiccion con la hipotesis de Zoppritz. Se vio que el nucleo terrestre no se debia componer de gases muy comprimidos por la presion, sino al contrario, de gases enrarecidos, poco mas densos que el aire que nos rodea, y que ocuparian unas tres cuartas partes del diametro del globo. En una palabra, ese nucleo gaseoso debia tener alrededor de ocho mil kilometros de diametro; de manera que no quedaria para las capas liquidas y solidas mas de dos mil cuatrocientos kilometros de espesor a cada lado. Y entre el nucleo gaseoso habia que admitir la existencia de un cuerpo solido o casi solido, es decir, de un planeta interior de quinientos kilometros de diametro como maximo.
— ?Como ha logrado usted determinar el diametro de ese cuerpo invisible? — pregunto Borovoi interesado.
— De una manera muy sencilla. Ese cuerpo se hallaba solo en el camino de las sacudidas sismicas que se producian en los antipodas de mi observatorio, o sea, en el Pacifico, al Este de Nueva Zelanda. Si el terremoto tenia lugar en la propia Nueva Zelandia o en Patagonia, no habia ningun cuerpo solido en el camino recto de su propagacion. Una serie de observaciones permitio determinar las dimensiones maximas de este cuerpo, con una exactitud aproximada, naturalmente.
— O sea, que las observaciones han demostrado que dentro de la Tierra existe una vasta extension llena de gases poco distintos al aire por su densidad y que en medio de ellos se encuentra un planeta interior de 500 kilometros de diametro como maximo. En terminos generales, estas observaciones coincidian iras con las hipotesis de los sabios antiguos que con las de Zoppritz. En este caso, surgia una duda en cuanto a la exactitud de los calculos relativos a la distribucion de las materias pesadas en la corteza terrestre. La densidad media de la Tierra, como se sabe, es de 5,5; la densidad de las rocas de la capa superficial de la corteza terrestre es solo de 2,5 a 3,5 e incluso menos si se tiene en cuenta las grandes masas de agua de los oceanos. Por eso consideran los sabios que mas cerca del centro de la Tierra deben encontrarse substancias de densidad creciente, que llegaria a cifrarse en 10 u 11 en el centro del nucleo. Pero si en el interior de la Tierra hay una vasta extension de gases de la misma densidad que el aire con un pequeno planeta en el centro, debe admitirse una distribucion completamente distinta de las densidades en la corteza terrestre que rodea la cavidad gaseosa interna. Admitamos que la parte superficial ligera de la corteza tenga unos 77 kilometros de espesor; la parte interior pesada, con muchos metales pesados, 2.300 kilometros y la cavidad interna gaseosa 4.000 kilometros, incluido el planeta. El total arroja 6.377 kilometros, o sea, el radio de la Tierra. Admitiendo que la densidad media de la parte pesada de la Tierra es de 7,8, la densidad de la Tierra en su conjunto sera de 5,5 como dicen los datos de los geofisicos.
En el encerado de la sala de oficiales, Trujanov hizo delante de sus oyentes todos los calculos del volumen y el peso de 1as capas integrantes de la Tierra para demostrar como se imaginaba la distribucion de las masas. Habiendo adoptado la hipotesis de Zoppritz, bajo esta forma modificada, Trujanov paso a examinar la cuestion de como se habia constituido el orificio que unia la superficie terrestre a la cavidad interna, por donde debian escapar los gases condensados y ardientes de la cavidad. Despues de mencionar la frecuente caida sobre el globo de cuerpos celestes llamados meteoritos, procedentes del espacio cosmico, Truianov emitio la suposicion de un inmenso meteorito que, habiendo caido en tiempos sobre la Tierra, hubiera atravesado la corteza de 2.377