Una voz cascada, como la de la bruja de una vieja pelicula de Disney, pregunto:

– ?Quien es?

– ?Senora Alworth?

– ?Quien es? -repitio la voz cascada.

– Senora Alworth, soy Scott Duncan.

– ?Quien?

– Scott Duncan. Hablamos hace unas semanas. De su hijo, Shane.

– Vayase. No tengo nada que decirle.

Grace localizo su acento. De la zona de Boston.

– Nos podria ser de gran ayuda.

– No se nada. Vayase.

– Por favor, senora Alworth, necesito hablar con usted de su hijo.

– Ya se lo dije. Vive en Mexico. Es un buen chico. Ayuda a los pobres.

– Tenemos que hacerle unas preguntas acerca de sus antiguos amigos. -Scott Duncan miro a Grace y le hizo una sena con la cabeza para que dijera algo.

– Senora Alworth -dijo Grace.

La voz cascada adopto un tono alerta.

– ?Quien es?

– Me llamo Grace Lawson. Creo que mi marido conocia a su hijo.

Se produjo un silencio. Grace se dio la vuelta para mirar a Max y Emma. Max estaba en el tobogan en forma de tirabuzon. Emma, sentada con las piernas cruzadas, jugaba con la Game Boy.

Por la puerta, la voz cascada pregunto:

– ?Quien es su marido?

– Jack Lawson.

Silencio.

– ?Senora Alworth?

– No lo conozco.

– Tenemos una foto -dijo Scott Duncan-. Nos gustaria mostrarsela.

La puerta se abrio. La senora Alworth vestia una bata que, como minimo, debio de confeccionarse antes del conflicto de Bahia de Cochinos. Rondaba los setenta y cinco anos y era corpulenta, el tipo de mujer descomunal entre cuyos pliegues desapareceria un sobrino al abrazarlo. De nino, uno detesta esos abrazos; de mayor, los anora. Tenia unas varices que parecian la piel de un embutido. Las gafas de lectura le colgaban de una cadena sobre el enorme pecho. Olia ligeramente a tabaco.

– No dispongo de todo el dia -dijo-. A ver esa foto.

Scott Duncan se la dio.

La mujer permanecio un rato callada.

– ?Senora Alworth?

– ?Por que le tacharon la cara? -pregunto ella.

– Era mi hermana -contesto Duncan.

Ella lo miro.

– Creia haberle oido decir que era investigador.

– Lo soy. Mi hermana fue asesinada. Se llamaba Geri Duncan.

La senora Alworth palidecio. Empezo a temblarle un labio.

– ?Esta muerta?

– Fue asesinada. Hace quince anos. ?Se acuerda de ella?

La mujer parecia desorientada. Se volvio hacia Grace y espeto:

– ?Que mira?

Grace vigilaba a Max y Emma.

– A mis hijos.

Senalo la zona de juegos. La senora Alworth los miro. Se puso tensa. Parecia perdida, confusa.

– ?Conocia usted a mi hermana? -pregunto Duncan.

– ?Eso que tiene que ver conmigo?

La voz de Duncan se volvio severa.

– ?Conocia a mi hermana, si o no?

– No me acuerdo. De eso hace mucho tiempo.

– Su hijo salia con ella.

– Salia con muchas chicas. Shane era un chico guapo. Tambien su hermano, Paul. Es psicologo en Missouri. ?Por que no me dejan en paz y hablan con el?

– Haga memoria. -Scott levanto un poco la voz-. Mi hermana fue asesinada. -Senalo a Shane Alworth-. Este es su hijo, ?no es asi, senora Alworth?

Ella se quedo mirando la extrana fotografia largo rato antes de asentir.

– ?Donde esta?

– Ya se lo he dicho. Shane vive en Mexico. Ayuda a los pobres.

– ?Cuando hablo con el por ultima vez?

– La semana pasada.

– ?La llamo el?

– Si.

– ?Adonde?

– ?Como que adonde?

– ?Shane la llamo aqui?

– Claro. Si no, ?adonde iba a llamar?

Scott Duncan se acerco a ella.

– He comprobado el registro de llamadas de su compania telefonica, senora Alworth. No ha hecho ni recibido ninguna internacional en el ultimo ano.

– Shane usa una de esas tarjetas para llamar -explico ella, tal vez con demasiada premura-. Es posible que las companias telefonicas no registren esas llamadas, ?como quiere que lo sepa?

Duncan se acerco un poco mas.

– Escucheme, senora Alworth. Y por favor, escucheme bien. Mi hermana esta muerta. No hay el menor rastro de su hijo. Este hombre de aqui -senalo la imagen de Jack-, su marido, Jack Lawson, tambien ha desaparecido. Y esta mujer -senalo a la pelirroja de los ojos muy separados- se llama Sheila Lambert. No se sabe nada de ella desde hace diez anos.

– Esto no tiene nada que ver conmigo -insistio la senora Alworth.

– Hay cinco personas en la foto. Hemos identificado a cuatro. Las cuatro han desaparecido. Nos consta que una esta muerta. Por lo que sabemos, podrian estarlo todas.

– Ya se lo he dicho. Shane esta…

– Miente, senora Alworth. Su hijo estudio en la Universidad de Vermont. Tambien Jack Lawson y Sheila Lambert. Seguro que eran amigos. El salio con mi hermana; eso lo sabemos los dos. Asi que, digame, ?que les paso? ?Donde esta su hijo?

Grace apoyo una mano en el brazo de Scott. La senora Alworth miraba fijamente a los ninos en la zona de juegos. Le temblaba el labio inferior. Estaba livida. Le resbalaban las lagrimas por las mejillas. Parecia en trance. Grace intento situarse en su campo visual.

– Senora Alworth -dijo Grace con delicadeza.

– Soy una vieja.

Grace espero.

– No tengo nada que decirles.

– Estoy buscando a mi marido -prosiguio Grace. La senora Alworth mantuvo la mirada fija en la zona infantil-. Estoy buscando al padre de esos ninos.

– Shane es un buen chico. Ayuda a la gente.

– ?Que le paso? -pregunto Grace.

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