La enfermera miro alrededor y luego otra vez a Grace.
– Dos minutos.
Grace solto a Charlaine, y esta le abrio la puerta. Grace entro sola. Se oian pitidos y campanillas y un sonido infernal, como gotas de agua succionadas con una pajita. Grace se sento al lado de la cama. No le cogio la mano a Jack. No le dio un beso en la mejilla.
– Te encantara el ultimo verso -dijo Grace.
Grace se rio y paso la pagina, pero la siguiente -de hecho, el resto del diario- estaba en blanco.
50
Pocos minutos antes de morir, Wade Larue penso que por fin habia encontrado la paz.
Habia renunciado a la venganza. Ya no necesitaba saber toda la verdad. Le bastaba con lo que sabia. Sabia en que tenia la culpa y en que no. Habia llegado el momento de dejarla atras.
Carl Vespa no tenia mas opcion. Nunca se recuperaria. Lo mismo le sucedia a ese espantoso remolino de rostros -esa imagen borrosa del dolor- que se habia visto obligado a contemplar en la sala del juzgado y de nuevo en la rueda de prensa. Wade habia perdido el tiempo. Pero el tiempo es relativo. La muerte no.
Le habia dicho a Vespa todo lo que sabia. Vespa era un hombre malo, de eso no cabia duda. Ese hombre era capaz de una crueldad indescriptible. En los ultimos quince anos, Wade Larue habia conocido a muchas personas asi, pero pocas eran tan simples. Con la excepcion de los psicopatas de manual, la mayoria, incluso los mas malvados, tenian la capacidad de amar a alguien, de preocuparse por alguien, de establecer lazos. Eso no era contradictorio. Era sencillamente humano.
Larue hablo. Vespa escucho. En un momento dado en medio de la explicacion, aparecio Cram con una toalla y hielo. Se los paso a Larue. Larue le dio las gracias. Cogio la toalla -el hielo era demasiado voluminoso- y se limpio la sangre de la cara. Los golpes de Vespa ya no le dolian. Larue habia soportado mucho mas a lo largo de los anos. Cuando uno ha recibido muchas palizas, sigue uno de dos caminos: o bien las teme tanto que hara cualquier cosa por evitarlas, o simplemente las soporta y se da cuenta de que tambien eso pasara. En algun momento durante el encarcelamiento, Larue se habia unido al segundo grupo.
Carl Vespa no pronuncio palabra. No lo interrumpio ni pidio aclaraciones. Cuando Larue acabo, Vespa se quedo inmovil, sin inmutarse, esperando mas. No hubo mas. Sin decir nada, Vespa se volvio y se marcho. Hizo una senal con la cabeza a Cram. Este se dirigio hacia el. Larue levanto la cabeza. No correria. Ya no correria mas.
– Venga, vamonos -dijo Cram.
Cram lo dejo en el centro de Manhattan. Larue se planteo llamar a Eric Wu, pero sabia que a esas alturas ya no tenia sentido. Enfilo hacia la terminal de autobuses de Port Authority. Estaba preparado para iniciar el resto de su vida. Se iba a Portland, en Oregon. No sabia muy bien por que. Habia leido algo sobre Portland en la carcel y le parecio que se ajustaba a sus necesidades. Queria una ciudad grande de ambiente liberal. Por lo que habia leido, Portland parecia una comunidad hippy convertida en una importante metropoli. Alli podian tratarlo bien.
Tendria que cambiarse de nombre. Dejarse barba. Tenirse el pelo. No creia que le costara mucho cambiar, huir de los ultimos quince anos. Aunque fuera una ingenuidad por su parte, Wade Larue aun se creia con posibilidades de empezar una carrera de actor. Todavia tenia talento. Todavia tenia el carisma sobrenatural. Asi que, ?por que no intentarlo? Y si no, se buscaria un empleo normal. No le daba miedo un poco de trabajo duro. Volveria a estar en una gran ciudad. Seria libre.
Pero Wade Larue no fue a la terminal de autobuses de Port Authority.
El pasado todavia tiraba de el. Aun no podia irse. Se detuvo a una manzana. Vio los autobuses que salian uno tras otro hacia el viaducto. Los miro un momento y luego se volvio hacia una fila de telefonos publicos.
Tenia que hacer una ultima llamada. Tenia que saber una ultima verdad.
Ahora, una hora despues, el canon de una pistola le oprimia el suave hueco debajo de la oreja. Es curioso lo que uno piensa justo antes de morir. El suave hueco: ese era uno de los puntos de presion favoritos de Eric Wu. Wu le habia explicado que saber donde estaba no servia de gran cosa. No se podia simplemente poner el dedo y presionar. Eso podia doler, pero nunca incapacitaria a un adversario.
Eso fue todo. Esa penosa idea, en realidad mas que penosa, fue lo ultimo que paso por la cabeza de Wade Larue antes de que la bala le penetrara en el cerebro y acabara con su vida.
51
Dellapelle llevo a Perlmutter al sotano. Aunque habia bastante luz, Dellapelle uso la linterna. La apunto hacia el suelo.
– Alli.
Perlmutter se quedo mirando el cemento y sintio un escalofrio.
– ?Estas pensando lo mismo que yo? -pregunto Dellapelle.
– Que es posible… -Perlmutter se interrumpio, intentando encajar aquello en la ecuacion-… que es posible que Jack Lawson no fuera el unico retenido aqui.
Dellapelle asintio.
– ?Y donde esta la otra persona?
Perlmutter no dijo nada. Simplemente se quedo mirando el suelo. Efectivamente, alguien habia estado retenido. Alguien que encontro un guijarro y trazo dos palabras en el suelo, ambas en mayusculas. De hecho era un hombre, otra persona de esa foto extrana, un nombre que acababa de oir de labios de Grace Lawson: Shane Alworth.
Charlaine Swain se quedo para ayudar a Grace a volver a su habitacion. El silencio no las incomodaba. A Grace le extrano. Le extranaban muchas cosas. Se preguntaba por que Jack habia huido a Francia hacia tantos anos. Se preguntaba por que nunca habia tocado el fondo fiduciario, por que dejo que su hermana y su padre controlaran su porcentaje. Se preguntaba por que habia huido poco despues de la Matanza de Boston. Se preguntaba por que Geri Duncan habia acabado muerta dos meses despues. Y se preguntaba, quiza por encima de todo, si conocer a Jack ese dia, si enamorarse de el, habia sido algo mas que una simple coincidencia.
Ya no se preguntaba si estaba todo relacionado. Sabia que si. Cuando llegaron a la habitacion de Grace, Charlaine la ayudo a acostarse. Se volvio para irse.
– ?Quieres quedarte unos minutos? -pregunto Grace.
Charlaine asintio.
– Me gustaria.
Conversaron. Empezaron por lo que tenian en comun -los ninos-, pero era evidente que ninguna de las dos queria seguir con ese tema mucho tiempo. Les paso una hora volando. Grace ni siquiera sabia muy bien de que habian hablado. Solo sabia que se sentia agradecida.