deltoides, pero no las manos ni la parte inferior del brazo. Y lo mas importante era que podia respirar.
A efectos practicos, Freddy Sykes estaba paralizado.
Si tenia a Sykes en la banera, le era mas facil limpiar la suciedad. Freddy tenia los ojos un poco demasiado abiertos. Wu ya habia visto esa mirada: mas alla del terror pero sin llegar a la muerte, un vacio situado en ese terrible vertice entre lo uno y lo otro.
Obviamente no era necesario atarlo.
Wu se quedo sentado a oscuras y espero a que anocheciera. Cerro los ojos y dejo que su mente retrocediera en el tiempo. En Rangun habia carceles donde estudiaban las fracturas de la espina dorsal despues de los ahorcamientos. Aprendian donde debian poner el nudo, donde aplicar la fuerza, cuales eran los efectos de cada posible colocacion. En Corea del Norte, en la carcel de presos politicos que habia sido el hogar de Wu desde los trece hasta los dieciocho anos, llevaban esos experimentos un poco mas lejos. A los enemigos del Estado los mataban de maneras creativas. Wu habia eliminado a muchos solo con sus manos. Se las habia endurecido a fuerza de golpear piedras con los punos. Habia estudiado la anatomia del cuerpo humano de una manera que envidiarian muchos estudiantes de medicina. Habia hecho practicas con seres humanos, perfeccionado las tecnicas.
El punto exacto entre la cuarta y la quinta vertebra. Esa era la clave. Un poco mas arriba y la victima quedaba paralizada por completo, lo que le provocaba la muerte en poco tiempo, ya que, ademas de brazos y piernas, perdian sus funciones tambien los organos internos. Un poco mas abajo y solo afectaba a las piernas. Los brazos seguian moviendose. Y si presionaba demasiado, se partia la columna por completo. Era un ejercicio de precision. Consistia en encontrar la justa medida. Se reducia a una cuestion de practica.
Wu encendio el ordenador de Freddy. Queria mantenerse en contacto con los demas solteros de su lista, porque nunca sabia cuando necesitaria un lugar nuevo para vivir. Cuando acabo, se permitio dormir. Al cabo de tres horas desperto y fue a comprobar como seguia Freddy. Tenia los ojos mas vidriosos, fijos en el techo, y parpadeaba con la mirada vacia.
Cuando el contacto de Wu lo llamo al movil, eran casi las diez de la noche.
– ?Ya te has instalado? -le pregunto.
– Si.
– Ha surgido una complicacion.
Wu espero.
– Tenemos que acelerar un poco las cosas. ?Te supone algun problema?
– No.
– Hay que llevarlo ahora.
– ?Tienes algun sitio?
Wu escucho, memorizando las senas.
– ?Alguna pregunta?
– No -contesto Wu.
– ?Eric?
Wu espero.
– Gracias, tio.
Wu colgo. Encontro las llaves del coche y se marcho con el Honda de Freddy.
3
Grace no podia llamar aun a la policia. Tampoco podia dormir.
El ordenador continuaba encendido. El salvapantallas era una foto de la familia tomada el ano anterior en Disneylandia. Los cuatro posaban con Goofy en Epcot Center. Jack llevaba puestas unas orejas de raton. Sonreia de oreja a oreja. La sonrisa de ella era mas remisa. Se habia sentido tonta, y eso habia servido de acicate a Jack. Grace toco el raton -el otro raton, el raton del ordenador- y su familia desaparecio.
Marco el icono nuevo y aparecio la extrana foto de los cinco universitarios. La imagen estaba en Adobe Photoshop. Grace se quedo varios minutos escrutando esas caras jovenes, buscando… no sabia que, acaso una pista. Desplazo el cursor a cada rostro y amplio la imagen a un tamano de diez por diez centimetros. Si las agrandaba mas, las caras, ya de por si borrosas, se volvian indescifrables. El papel de calidad ya estaba en la impresora a color de chorro de tinta, de modo que dio la orden de imprimir. Cogio una tijera y se puso manos a la obra.
Poco despues tenia cinco retratos independientes, uno de cada persona de la instantanea. Volvio a examinarlos, esta vez fijandose mas detenidamente en la rubia que aparecia al lado de Jack. Era guapa, con una tez fresca y natural, pelo largo y muy rubio. Miraba fijamente a Jack, y no era ni mucho menos una mirada de despreocupacion. Grace sintio una punzada… ?de que? ?Celos? A ella misma le causo extraneza. ?Quien era esa mujer? Obviamente una antigua novia, una novia a quien Jack nunca habia mencionado. Pero ?y que? Grace tenia un pasado. Jack tambien. ?Por que la mirada de esa chica en una foto habria de molestarla?
?Y ahora que?
Tendria que esperar a Jack. Cuando volviera a casa, le exigiria respuestas.
Pero ?respuestas a que?
«Recapitulemos un momento», se dijo. ?Que estaba pasando? Una vieja fotografia, probablemente de Jack, habia aparecido entre sus fotos. Era raro, desde luego. Incluso resultaba un tanto escalofriante, viendo a esa rubia con la cara tachada. Y Jack ya habia salido hasta tarde otras veces sin llamar. ?A que venia, pues, tanto alboroto? Casi con toda seguridad se habia disgustado por algo relacionado con la foto. Habia apagado el movil y debia de estar en un bar. O en casa de Dan. Todo eso no debia de ser mas que una broma extrana.
«Si, claro, Grace -penso-. Una broma. Igual que lo del 'rebano a darse un bano'.»
Sentada a solas en la habitacion a oscuras salvo por el resplandor del monitor, Grace busco mas explicaciones logicas a lo que sucedia. Dejo de hacerlo al caer en la cuenta de que solo habia conseguido asustarse mas.
Grace marco con el raton la cara de la joven, la que miraba a su marido con anhelo, y la amplio para verla mejor. Miro el rostro fijamente, muy fijamente, y un cosquilleo de pavor le recorrio el cuero cabelludo. Grace no se movio. Se limito a mirar la cara de la mujer. No sabia donde, cuando ni como, pero en ese momento tomo conciencia de algo con una certeza aplastante.
Grace ya habia visto antes a esa joven.
4
Rocky Conwell se aposto junto a la residencia de los Lawson.
Intento ponerse comodo en su Toyota Celica de 1989, pero era imposible. Rocky era demasiado corpulento para aquella mierda de coche. Dio tal tiron a la maldita palanca del asiento que casi la arranco, pero ya no podia echarlo mas atras. Tendria que conformarse. Se arrellano lo mas que pudo y dejo que se le cerrasen los ojos.
?Dios, que cansado estaba! Tenia dos empleos. El primero, el oficial para contentar al asistente social, era un turno de diez horas en la cadena de montaje de Budweiser. El segundo, sentado en ese coche, era totalmente extraoficial.
Rocky oyo un ruido y, sobresaltado, se enderezo. Cogio los prismaticos. Alguien habia puesto en marcha el motor del monovolumen. Enfoco. Jack Lawson iba a salir. Bajo los prismaticos, arranco y se dispuso a seguirlo.
Rocky tenia dos empleos porque necesitaba dinero desesperadamente. Lorraine, su ex, empezaba a dar senales de una posible reconciliacion. Pero mostraba aun ciertas dudas. El dinero, como Rocky bien sabia, podia inclinar la balanza a su favor. El queria a Lorraine. Deseaba volver a su lado a toda costa. Se sentia en deuda con ella por muchos buenos momentos. Y si para conseguirlo tenia que matarse a trabajar, pues bien, al fin y al cabo habia sido el quien la habia pifiado. Era un precio que estaba dispuesto a pagar.