Evidentemente, Page habia intervenido en algun momento en los asuntos de los alumnos. Sawyer realizo mentalmente algunos calculos aritmeticos. Steven Page tenia veintiocho anos cuando murio hacia cinco anos. Ahora tendria treinta y tres o treinta y cuatro anos, dependiendo de su fecha de nacimiento. Asi que, probablemente, se habria graduado en 1984. De repente, otro pensamiento broto en la mente de Sawyer.
– Adelante, Ray. Tengo que hacer algunas llamadas.
Una vez que Jackson se hubo marchado con los documentos, Sawyer marco el numero del servicio de informacion y obtuvo el de la oficina de informacion de la Universidad de Columbia. En cuestion de un par de minutos consiguio la comunicacion que buscaba. Se le dijo que Steven Page se habia graduado efectivamente en la universidad, en 1984, y nada menos que con un
Quentin Rowe tambien se habia graduado en la Universidad de Columbia en 1984. Y, lo que era mucho mas importante, el y Steven Page compartieron la misma residencia durante los dos ultimos anos de universidad.
Pocos segundos mas tarde, cuando a Sawyer se le ocurrio pensar por que aquellos dos tipos con las gafas de sol le parecian tan familiares, su felicidad se desvanecio en la mas completa incredulidad. No habia forma de que fuera asi. Pero, si, tenia sentido. Sobre todo si se consideraba aquello como lo que era en realidad: una representacion. Todo aquello no era mas que una impostura. Tomo el telefono. Tenia que encontrar a Sidney Archer lo antes posible, y sabia donde podia empezar a buscarla. «Jesus, Maria y Jose, menudo cambiazo que ha dado este caso», penso.
Capitulo 55
Viajando en un coche alquilado, la senora Patterson y Amy se dirigian a Boston, donde permanecerian durante unos pocos dias. A pesar de haberlo discutido hasta casi el amanecer, Sidney no habia logrado convencer a su padre de que las acompanara. Habia permanecido despierto durante toda la noche en la habitacion del motel, limpiando cada mota de polvo y suciedad de su Remington de doce cartuchos, con la mandibula firmemente apretada y la mirada reconcentrada, mientras Sidney deambulaba de un lado a otro de la habitacion, argumentando su postura.
– ?Sabes que eres realmente imposible, papa? -le dijo ahora, mientras regresaban hacia Bell Harbor en el coche de su padre.
El abollado Land Rover habia sido remolcado hasta un garaje para que lo repararan. Sin embargo, suspiro de alivio al reclinarse contra el asiento. En estos momentos, precisamente, no deseaba estar sola.
Su padre miro resueltamente por la ventanilla. El que persiguiera a su hija, fuera quien fuese, tendria que matarlo a el antes de poder llegar hasta ella. «Llevad cuidado, duendes y fantasmas, porque papa ha vuelto.»
La furgoneta blanca que los seguia avanzaba a mas de medio kilometro por detras de ellos, a pesar de lo cual no tenia dificultad alguna para seguirle la pista al Cadillac. Uno de los ocho hombres que ocupaban la furgoneta no estaba precisamente de muy buen humor.
– Primero permites que Archer envie un correo electronico, y luego dejas que se te escape su esposa. No puedo creer que hayas cometido tantos errores.
Richard Lucas sacudio la cabeza y miro colerico a Kenneth Scales, sentado junto a el. Llevaba la boca y el antebrazo fuertemente vendados, y la nariz, aunque se la habia vuelto a encajar con sus propias manos, aparecia enrojecida e hinchada. Scales se volvio a mirar a Lucas.
– Puedes creerlo.
La voz baja que broto por entre la boca vendada transmitia un tono lo suficientemente amenazador como para que hasta el duro Lucas parpadeara y cambiara rapidamente de rumbo. El jefe de seguridad interna de Triton se adelanto en su asiento.
– Esta bien, no sirve de nada hablar de lo que ya ha pasado -se apresuro a decir.
– Jeff Fisher, el experto en ordenadores de Tylery Stone, tenia una copia del contenido del disco en su propio disco duro. El directorio de archivos de el ordenador de Fisher demuestra que alguien accedio a el en el mismo momento en que estaba en el bar. Tuvo que haber conseguido otra copia de ese modo. Pequeno y astuto hijo de puta. Anoche mantuvimos una conversacion con la camarera del bar. Ella le entrego a Fisher un sobre certificado dirigido a Bill Patterson, en Bell Harbor, Maine. Es el padre de Sidney Archer. Viene para aca, de eso puedes estar seguro, y tenemos que conseguirlo por encima de todo. ?Entendido?
Los otros seis hombres de rostros cenudos que ocupaban la furgoneta asintieron con gestos. Cada uno de ellos tenia un tatuaje en el dorso de la mano, que representaba una estrella atravesada por una flecha. Era la insignia de un antiguo grupo de mercenarios al que todos ellos habian pertenecido, un grupo formado con las vastas heces que dejara tras de si la extinta guerra fria. Como antiguo agente de la CIA, a Lucas le habia resultado relativamente facil restablecer los viejos lazos, con el atractivo de unos cuantos dolares.
– Dejaremos que Patterson recoja ese paquete, esperaremos a que lleguen a una zona aislada y luego nos echaremos sobre ellos, con dureza y rapidez. -Miro a su alrededor-. Hay una prima de un millon de dolares por cabeza si lo conseguimos. -Las miradas de los hombres se encendieron, relucientes. Luego, Lucas se volvio a mirar al septimo hombre-. ?Lo has entendido, Scales?
Kenneth Scales no se molesto en mirarlo. Extrajo el cuchillo, senalo con la punta hacia la parte delantera de la furgoneta y hablo lentamente con la boca herida.
– Puedes conseguir tu disquete. Yo me ocupo de esa mujer. Y anadire a su viejo sin cobrar nada extra.
– Primero el paquete. Luego podras hacer todo lo que quieras -dijo Lucas, enojado.
Scales no dijo nada. Mantuvo la mirada fija hacia delante. Lucas se dispuso a decir algo, pero luego se lo penso mejor y guardo silencio. Se reclino en el asiento y se paso una mano nerviosa por el escaso cabello.
Durante los veinte minutos que tardo hasta Alexandria, Jackson marco tres veces el numero de Fisher desde el telefono del coche, pero no obtuvo respuesta.
– ?Crees entonces que ese tipo estaba ayudando a Sidney con la contrasena? -pregunto Jackson mientras observaba el rio Potomac que serpenteaba junto a ellos mientras descendian hacia el aparcamiento de la GW.
Sawyer se volvio a mirarle.
– Segun los registros de vigilancia, Sidney Archer vino aqui la noche de los asesinatos en Tylery Stone. Lo comprobe con ellos. Fisher es el mago de los ordenadores de Tylery Stone.
– Si, pero parece que no esta en casa.
– En su casa puede haber muchas cosas que nos ayuden, Ray.
– No recuerdo que dispongamos de una orden de registro, Lee.
Sawyer giro por Washington Street y cruzo el centro de la vieja ciudad de Alexandria.
– Los detalles, Ray. Siempre te quedas empantanado en los detalles.
Jackson emitio un bufido y guardo silencio.
Se detuvieron delante de la casa de Fisher, bajaron del coche y subieron rapidamente por los escalones. Una mujer joven, cuyo cabello oscuro se ondulaba bajo la ventisca, les llamo al bajarse de su propio coche.
– No esta en casa.
Sawyer se volvio a mirarla.
– No sabra usted por casualidad donde esta ahora, ?verdad?
Bajo los escalones y se acerco a la mujer, que en ese momento sacaba del coche un par de bolsas llenas de