chotean de los inspectores de Hacienda.
– Un antiguo director de Hacienda es el que les lleva los asuntos de impuestos.
– Joder, estos tipos piensan en todo.
Sawyer sintio una vaga inquietud mientras pensaba en su trabajo. La informacion era la reina en estos tiempos. El acceso a la informacion estaba gobernado por y a traves de los ordenadores. La ventaja del sector privado sobre el gobierno era tan grande que no habia manera de reducirla. Incluso el FBI, que dentro del sector publico contaba con la tecnologia mas moderna, estaba muy por debajo de la sofisticacion tecnologica de la que disponia Triton Global. Para Sawyer, esta revelacion no era nada agradable. Solo un imbecil no se daria cuenta de que los delitos informaticos empequenecerian a todas las otras manifestaciones de la maldad humana, al menos en terminos monetarios. Pero el dinero significaba muchisimo. Se traducia en trabajos, hogares y familias felices. O no. Sawyer se detuvo.
– ?Te molestaria decirme cuanto te paga Triton al ano?
– ?Por que? -replico Hardy, que se volvio para mirarlo-. ?Piensas montar tu propio chiringuito e intentar robarme los clientes?
– Eh, solo me interesaba por si algun dia me decido a aceptar tu oferta de trabajo.
– ?Lo dices en serio? -Hardy miro al agente con mucha atencion.
– A mi edad, uno aprende que no debes decir nunca.
El rostro de Hardy mostro una expresion grave mientras consideraba las palabras de su antiguo companero.
– Prefiero no entrar en detalles, pero Triton paga una factura por encima del millon, sin contar el abono al servicio.
Sawyer abrio la boca en una expresion de asombro.
– Caray, supongo que te llevas una buena tajada al final del dia, Frank.
– Si. Y tu tambien te la llevarias si fueras inteligente y aceptaras mi oferta.
– Vale, solo por curiosidad: ?cual seria el salario si me fuera contigo?
– Entre los quinientos y los seiscientos mil dolares el primer ano.
Esta vez la boca de Sawyer casi toco el suelo.
– Venga, Frank, no me jodas.
– Soy muy serio cuando se trata de dinero, Lee. Mientras haya criminales, nunca tendremos un mal ano. -Los hombres reanudaron la marcha. Hardy anadio-: Piensalo de todas maneras, ?de acuerdo?
Sawyer se rasco la barbilla y penso en las deudas cada vez mayores, las interminables horas de trabajo y su pequeno despacho en el edificio Hoover.
– Lo hare, Frank. -Decidio cambiar de tema-. ?Asi que Gamble es el tipo que lleva todo el espectaculo?
– De ninguna manera. Desde luego, es el jefe de Triton, pero el verdadero genio tecnologico es Quentin Rowe.
– ?Como es? ?Un bicho raro?
– Mas o menos. Quentin Rowe se graduo como el primero de su promocion en la universidad de Columbia. Gano no se cuantos premios en el campo de la tecnologia mientras trabajaba en los laboratorios Bell, y despues en Intel. Fundo su propia compania de ordenador a los veintiocho anos. Hace tres anos era la empresa mas avanzada en el campo informatico y la mas codiciada de la decada cuando Gamble la compro. Fue una jugada brillante. Quentin es el visionario de la empresa. Es el quien insiste en la compra de CyberCom. No te dire que el y Gamble sean grandes amigos, pero forman un gran equipo y Gamble le hace caso si las ganancias son buenas. En cualquier caso, no se puede discutir que han tenido exito.
– Por cierto -dijo Sawyer-, tenemos a Sidney Archer vigilada las veinticuatro horas del dia.
– Creo que tu entrevista con ella desperto algunas sospechas.
– Mas bien, si. Paso algo que la inquieto mucho cuando llegamos alli.
– ?Que fue?
– Una llamada telefonica.
– ?De quien?
– No lo se. Rastreamos la llamada. La hicieron desde una cabina publica en Los Angeles. El que la hizo puede estar en Australia a estas horas.
– ?Crees que fue su marido?
– Nuestra fuente dice que la persona le dio otro nombre al padre de Sidney Archer cuando atendio el telefono. Y nuestra fuente dice que Sidney Archer parecia como si le hubiesen dado un mazazo en la cabeza despues de la llamada.
Hardy utilizo una tarjeta inteligente para abrir la puerta de un ascensor privado. Mientras subian al ultimo piso, Hardy aprovecho la ocasion para arreglarse el nudo de la corbata y quitarse una mota del pelo. El traje de mil dolares le sentaba muy bien. Los gemelos de oro brillaban en los punos de la camisa. Sawyer contemplo la figura de su ex companero y despues se miro en el espejo. La camisa, aunque limpia y planchada, tenia el cuello rozado, y la corbata era una reliquia de la decada pasada. Para colmo, su eterno tupe se destacaba como un pequeno periscopio. Sawyer adopto un falso tono de seriedad para dirigirse al elegante Hardy.
– Sabes una cosa, Frank, esta muy bien que hayas abandonado el FBI.
– ?Que? -exclamo Hardy, asombrado.
– Eres demasiado elegante para seguir siendo agente del FBI.
Hardy se echo a reir al escuchar la replica de su amigo.
– Por cierto, el otro dia comi con Meggie. Una jovencita muy inteligente, ademas de bonita. Entrar en la facultad de Derecho de Stanford no es facil. Llegara muy alto.
– A pesar de su padre, aunque no lo digas.
El ascensor llego al ultimo piso, se abrieron las puertas y salieron.
– Yo tampoco puedo presumir mucho con mis dos hijos, Lee, y tu lo sabes. No eres el unico que se perdio demasiados cumpleanos.
– Creo que te ha ido mejor con los tuyos que a mi.
– ?Si? Bueno, Stanford no es barato. Piensa en mi oferta. Quiza te ayude a ganar puntos. Ya estamos.
Las puertas de cristal con el emblema del aguila se abrieron automaticamente y entraron en la recepcion. La secretaria de direccion, una mujer elegante con unos modales corteses y eficientes, anuncio su llegado por el intercomunicador. Apreto un boton en el panel instalado en una consola de madera y metal que parecia mas una escultura de arte moderno que una mesa escritorio, y les indico una pared de ebano lacado. Una parte de esta se abrio cuando se acercaron. Sawyer meneo la cabeza asombrado, como ya habia hecho muchas veces desde que habia entrado en el edificio.
Al cabo de unos momentos se encontraban en una habitacion que se podia describir mejor como un centro de mando, con una pared cubierta de monitores de television, telefonos y otros equipos electronicos instalados en mesas brillantes y en las otras paredes. El hombre sentado detras de la mesa colgo el telefono y se volvio hacia ellos.
– El agente especial, Lee Sawyer, del FBI. Nathan Gamble, presidente de Triton Global -dijo Hardy, que se encargo de la presentacion.
Sawyer noto la fortaleza de Nathan Gamble cuando se dieron la mano. Los dos murmuraron los saludos habituales.
– ?Ya tiene a Archer?
La pregunta pillo a Sawyer cuando estaba sentandose. El tono era claramente el de un superior a su subordinado, y fue mas que suficiente para que se le erizaran todos los pelos de la nuca. Sawyer acabo de sentarse y se tomo un momento para observar a su interlocutor antes de responderle. Por el rabillo del ojo, vio la expresion aprensiva de Hardy, que permanecia muy rigido junto a la puerta. Sawyer se tomo unos instantes mas para desabrocharse la chaqueta y sacar la libreta antes de mirar otra vez a Gamble.
– Quiero hacerle unas cuantas preguntas, senor Gamble. Espero no robarle demasiado tiempo.
– No ha contestado a mi pregunta. -La voz de Gamble sono imperiosa.
– No, y no tengo la intencion de hacerlo.
Los dos hombres cruzaron sus miradas hasta que Gamble miro a Hardy.
– Senor Gamble -dijo Hardy-. Es una investigacion en curso. El FBI no acostumbra a hacer comentarios…
Gamble le interrumpio, impaciente, con un brusco movimiento de la mano.