– El cifrado es un proceso -le explico Fisher- mediante el cual coges un texto legible y lo conviertes en otro no legible antes de enviarlo.
– ?Y de que sirve si la persona que lo recibe no puede leerlo?
– Ah, pero si que puedes si tienes la clave que te permite descifrarlos.
– ?Como consigues la clave?
– Te la tiene que enviar el remitente, o ya la tienes en tu poder.
Sidney se echo hacia atras en la silla y aflojo los musculos. Jason tenia la clave.
– No la tengo.
– Eso no tiene sentido.
– ?Alguien se enviaria un mensaje cifrado a si mismo? -pregunto Sidney.
– No, quiero decir, en circunstancias normales no lo haria. Si ya tienes el mensaje en la mano, ?por que cifrarlo y enviartelo a ti mismo por Internet a otro destino? Le daria a alguien la oportunidad de interceptarlo y quiza de dar con la clave. Pero ?no me has dicho que te lo ha enviado un cliente?
Sidney se estremecio de frio.
– Jeff, ?tienes cafe? Aqui dentro hace frio.
– Acabo de preparar una cafetera. Mantengo la temperatura de la habitacion un poco mas baja por el calor que emiten los equipos. Ahora vuelvo.
– Gracias.
Sidney estaba abstraida en la contemplacion de la pantalla cuando volvio Fisher con dos tazas de cafe.
El joven bebio un trago del liquido caliente mientras Sidney se echaba hacia atras en la silla y cerraba los ojos. Ahora fue Fischer quien se dedico a estudiar la pantalla. Retomo la conversacion donde la habia dejado.
– Nadie cifraria un mensaje para mandarselo a si mismo. -Bebio mas cafe-. Solo lo haces si se lo mandas a otra persona.
Sidney abrio los ojos y se irguio bruscamente. La imagen del correo electronico en la pantalla del ordenador de Jason como un fantasma electronico paso por su mente. Habia desaparecido en una fraccion de segundo. ?La clave? ?Era la clave? ?El se la habia enviado? Cogio a Fisher del brazo.
– Jeff, ?es posible que una carta electronica aparezca en tu pantalla y despues desaparezca? No esta en el buzon. No aparece en el sistema. ?Como es posible?
– Muy facil. El remitente tiene una ventana de oportunidad para cancelar la transmision. No puede hacerlo despues de que el correo huya sido abierto y leido. Pero en algunos sistemas, depende de la configuracion, puedes retener un mensaje hasta que lo abre el destinatario. En ese aspecto es mejor que el correo publico. - Fisher sonrio-. Venis, te cabreas con alguien, le escribes una carta donde lo pones verde y la envias, pero entonces te arrepientes. Una vez que esta dentro de la saca, no la puedes recuperar. De ninguna manera. En cambio, con el correo electronico si que puedes. Hasta cierto punto.
– ?Que me dices si esta fuera de la red? ?O metida en Internet?
– Es mas dificil de hacer por la cadena de transmision que sigue el mensaje. -Fisher se rasco la barbilla-. Son como las barras en los parques infantiles. -Sidney le miro confusa-. Ya sabes, trepas por un lado, pasas por encima de la barra superior y bajas por el otro lado. Asi mas o menos es como viaja la correspondencia por Internet. Las partes son fluidas
– ?Pero es posible?
– Si la carta electronica se envio utilizando el mismo servidor en toda la ruta, digamos, America Online, puedes recuperarlo.
Sidney penso deprisa. Estaban abonados a America Online. Pero ?por que Jason le iba a enviar la clave y despues retirarla? Se estremecio. A menos que el no hubiese sido el que cancelo la transmision.
– Jeff, si estas enviando una carta electronica y quieres transmitirla, pero otro no quiere, ?te lo pueden impedir? ?Cancelar la transmision como tu dijiste, aunque el remitente quiera enviarla?
– Esa es una pregunta muy rara. Pero la respuesta es si. Lo unico que necesitas es tener acceso al teclado. ?Por que lo preguntas?
– Solo pensaba en voz alta.
Fisher la miro con curiosidad.
– ?Pasa algo, Sidney?
– ?Es posible leer el mensaje sin la clave? -replico Sidney sin hacer caso a la pregunta.
Fisher miro a la pantalla y despues se volvio para mirar a Sidney, pensativo.
– Se pueden emplear algunos metodos. -Lo dijo vacilante, con un tono mucho mas formal.
– ?Podrias intentarlo, Jeff?
– Escucha, Sidney, inmediatamente despues de tu llamada de esta manana, llame a la oficina para preguntar sobre unos trabajos en marcha. Me dijeron… -Fischer hizo una pausa y se enfrento a la mirada de preocupacion de su amiga-. Me hablaron de ti.
Sidney se puso de pie con la cabeza gacha.
– Tambien lei el periodico antes de que llegaras. ?De que va todo esto? No quiero meterme en lios.
Sidney volvio a sentarse y miro directamente a la cara de Fisher mientras le estrechaba una mano entre las suyas.
– Jeff, un mensaje electronico aparecio en el ordenador de mi casa. Crei que era de mi marido. Pero entonces desaparecio. Creo que quiza contenga la clave de este mensaje porque Jason se envio el disquete a si mismo. Necesito leer lo que esta escrito en el disquete. No he hecho nada malo a pesar de lo que digan en la firma o en el periodico. Todavia no tengo ninguna prueba para demostrarlo. Tendras que confiar en mi palabra.
Fisher la miro durante un buen rato y por fin asintio.
– Vale, te creo. Eres una de los pocos abogados de la firma que me cae bien. -Se enfrento a la pantalla con aire decidido-. Tomaria un poco mas de cafe. Si tienes hambre, busca algo en el frigorifico. Esto puede tardar un rato.
Capitulo 43
Eran las ocho cuando Sawyer aparco delante de su casa despues de cenar con Frank Hardy. Se apeo del coche con una sensacion muy agradable en el estomago. Sin embargo, su mente no compartia la misma sensacion. Este caso tenia tantos interrogantes que no sabia por donde empezar.
En el momento en que cerraba la puerta del coche, vio un Rolls-Royce Silver Cloud que circulaba en su direccion. En su barrio la presencia de un lujo tan espectacular era algo inusitado. A traves del parabrisas vio al chofer con gorra negra. Sawyer tuvo que mirar dos veces untes de descubrir lo que le parecia extrano. El chofer estaba sentado en el lado derecho; era un coche de fabricacion inglesa. El vehiculo aminoro la marcha y se detuvo junto a su coche. Sawyer no alcanzaba a ver el asiento trasero porque el cristal era oscuro. Se pregunto si vendria asi de fabrica o era algo opcional. No tuvo tiempo para pensar nada mas. El ocupante del asiento trasero bajo la ventanilla y Sawyer se encontro delante de Nathan Gamble. Mientras tanto, el chofer habia bajado del Rolls y esperaba junto a la puerta del pasajero.
La mirada de Sawyer recorrio todo el largo del impresionante vehiculo antes de fijarse otra vez en el presidente de Triton.
– No esta mal el trasto. ?Que tal el consumo?
– A mi que mas me da. ?Le gusta el baloncesto? -Gamble corto la punta de un puro y se tomo un momento para encenderlo.
– ?Perdon?
– La NBA. Unos negros muy altos que corren en pantalones cortos a cambio de montanas de dinero.
– A veces los veo por la tele cuando tengo tiempo.
– Bueno, entonces, suba.
– ?Para que?