puerta y baje el picaporte… Ante mi estaba un hombre desconocido con el capote empapado.
– ?Ira usted a tierra, Serguei Nikolaevich? -pregunto.
– No, no ire -respondi-. Mi companero se siente mal. Quizas este mareado. Me quedare aqui con el.
Sichuk seguia inmovil; ni levanto la cabeza. El hombre se alejo. Espere un rato y, cuando sus pasos cesaron en el corredor, adverti a Sichuk:
– Me voy al bar y cerrare la puerta. ?Perdon!
Cerre la puerta y eche a caminar hacia el bar; pero no llegue, porque otra vez la inesperada niebla me hizo regresar al conocido sillon del casco y los captadores.
Lo primero que escuche, fue el final de una conversacion: los interlocutores evidentemente ignoraban mi despertar.
– No, 'viajero por el tiempo' es anticuado. Yo diria mejor por la quinta dimension.
– ?Y si es por la septima?
– ?Como esta ahora?
– Esta sin conocimiento.
– No, ya tiene conciencia nuestra 'rana viajera'.
– ?Y el encefalograma?
– Esta grabado por completo.
– Ya te dije que era un talento genuino.
– Enchufa el aislador.
– Querras decir: desenchufa. Pon cero-tres, despues, cero-diez. Deja que sus ojos se acostumbren.
La oscuridad se aclaro un poco, como si en algun lugar hubiesen hecho una ranura dejando pasar a traves de ella un diminuto rayito de luz. Y comenzaron a surgir los objetos invisibles que me rodeaban. Cada segundo, hacianse mas visibles. Y luego, ante mis ojos, aparecio el semblante de Zargarian.
–
– No, no es necesario -repuse.
El laboratorio estaba completamente claro. El casco de cosmonauta se desprendio con facilidad de mi cabeza y volo hacia arriba. El respaldo del sillon me empujo, como incitandome a levantarme. Me levante. Nikodimov estaba sentado en su sitio de siempre invitandome a la mesa.
– ?Muchas emociones?
– Muchas. ?Quiere que se las cuente?
– No, de ninguna manera. Esta cansado. Cuentelo manana. Ahora necesita descansar y dormir como se debe: sin suenos.
– ?Lo que vi era un sueno?
– La informacion mutua la postergaremos hasta manana -afirmo riendo-. Hoy, ni en su casa cuente nada. Lo importante es dormir y dormir.
– ?Dormire? -inquiri dudoso.
– ?Vaya la pregunta! Despues de la cena beba estas tabletas y manana, de nuevo, nos encontraremos aqui, a las dos. Zargarian lo buscara.
– Yo lo acompanare hoy tambien. Iremos a la velocidad del rayo -dijo Zargarian.
– Y no piense, ni recuerde nada. No se emocione -siguio diciendo Nikodimov-. Y a
– No, no es necesario.
AVANCE HACIA LA SOLUCION DEL ENIGMA
Manteniendo mi palabra, solo en rasgos generales le relate a Olga lo sucedido. Por lo demas, por mi parte no tenia ningun deseo de experimentar otra vez, aunque de reflejo, todo lo que habia sufrido en los suenos artificiales. Asi, ni le pregunte a Olga sobre lo que tenia cierta relacion con lo ocurrido en mi nirvana. Solo a la madrugada, sin poder contenerme, pregunte:
– ?No has recibido una invitacion de la embajada de Hungria?
– No -repuso ella con asombro-: ?Por que?
No respondi. Y, tras pensar un rato, le pregunte de nuevo:
– ?Alguno de tus amigos se llama Fiodor Ivanovich? ?Y quien es una tal Raisa?
– No se -repuso ella mucho mas asombrada-. Yo no tengo tales amigos. Aunque… espera… Ahora recuerdo. ?Sabes quien es Fiodor Ivanovich? El director de la policlinica. No, no de la nuestra, sino de la del ministerio donde me invitaron a trabajar. Y Raisa es su mujer. Ella fue quien me propuso el trabajo en la policlinica. ?Los has conocido en algun lugar?
– Manana te contare, porque ahora tengo sueno. Perdoname -le dije y me dormi.
Me desperte tarde, cuando ya Olga habia salido al trabajo dejandome el desayuno sobre la mesa con el termo lleno de cafe. Yo, sin deseos de levantarme, permanecia recostado en la cama rememorando tranquilamente los sucesos del dia anterior. Los suenos aparecidos en el laboratorio de Fausto se recordaban con facilidad y con una exactitud asombrosa. No eran suenos, sino una realidad concreta, viva, de la que se recordaban todos los detalles: el papel de la libreta en el gabinete del hospital; el color de los botones en el capote de Sichuk; el ruido de la sonda al caer al suelo y el sabor de la palinka de damasco. Recorde este enredo de Hoffmann y, despues de pesar estos y otros factores, llegue a la extrana, pero convincente conclusion de que…
El timbre del telefono interrumpio mis pensamientos y me hizo levantar de la cama. Era Klionov quien llamaba, despues de enterarse por medio de Zoia de mi encuentro con Zargarian. Tuve que cambiar de tactica:
– ?Sabes lo que es 'tabu'?
– Por supuesto. ?Por que?
– Pues Zargarian es 'tabu', asi como Nikodimov y la telepatia. Todo es 'tabu'.
– ?Si? Entonces, hare jirones mi ropa.
– Hazla jirones. A proposito, ?tienes una casa de campo en Zhavoronki?
– Pero no en Zhavoronki, sino en Kupavna. Antes me habian propuesto uno de estos dos sitios, y yo elegi a Kupavna.
– Pero, ?hubieras podido elegir a Zhavoronki?
– Naturalmente que hubiera podido. ?Y por que te interesa saber sobre esto?
– Me interesan muchas cosas. Por ejemplo: ?quien es ahora el agregado de prensa de la embajada de Hungria en Moscu? ?Kemenesh?
– ?No tienes encefalitis, por casualidad?
– Estoy preguntando en serio.
– Kemenesh es agregado de prensa de la embajada de Hungria en Belgrado. A Moscu no lo han enviado nunca.
– Pero, ?lo hubieran podido enviar?
– ?Ah!, comprendo. Estas escribiendo una tesis sobre el modo subjuntivo.
Quede pensativo. Klionov casi habia adivinado. Yo tropezaba muchas veces con el modo subjuntivo en mis intentos por desentranar el enigma que me rodeaba: ?que hubiera pasado si… si… Oleg no hubiese muerto cerca del Danubio? ?si yo me hubiese casado con Galia, en su lugar? ?si, despues de la guerra, hubiera ingresado en la facultad de medicina y no en la periodistica? ?Si Olga hubiese aceptado el trabajo en la policlinica del ministerio? ?Si Tibor Kemenesh hubiera llegado a Moscu como agregado, en vez de a Belgrado? ?Si, si… si…? Yo hubiese podido estar en la recepcion de la embajada de Hungria, hubiera podido viajar alrededor de Europa en el. barco 'Ucrania', hubiese podido ser Doctor en Medicina y operado a Oleg vivo y hubiera hecho otras cosas, si… De este modo subjuntivo provenian todas las diabluras a lo Hoffmann.
Y aun otro 'si'. Si lo que vi donde Zargarian no fue un sueno, sino el desarrollo hipotetico de la vida. Si el periodista Gromov hubiera podido ser en un tiempo determinado el cirujano Gromov, ?por que el cirujano Gromov