no hubiese podido ser el periodista Gromov? Lo era cuando estaba en el bulevar de Tverskoi: en un instante lleno de nieblas color lila.
En aquel momento Hide irrumpio en el cuerpo de Jekyll desde el sillon muelle de algun laboratorio, ya que posiblemente el tenia tambien sus Nikodimov y Zargarian.
En este caso, Zargarian, Nikodimov y yo, por igual, participabamos en vidas paralelas, sin puntos de interseccion, que se desarrollaban simultaneamente. ?Y cuantas eran? ?Dos? ?Cinco? ?Seis? ?Cien? ?Miles? ?Y donde transcurrian estas vidas? ?En cual espacio y que tiempo? Aqui recorde la conversacion sostenida entre Galia y Hide sobre la multiplicidad de los mundos. ?Y si esta no es una hipotesis fantastica, sino un descubrimiento cientifico, la solucion de uno de los secretos de la materia?
Pero, si el intelecto de los genios se niega a aceptar tales explicaciones, tanto mas el mio, carente de entrenamiento en las ciencias exactas. Tan solo debia quejarme de nuestra limitada cultura humanista: me faltaba cabeza hasta para pensar y meditar sobre el problema que se abria ante mis ojos.
Asi, pensativo, me encontro Galia al entrar en mi habitacion de paso hacia el trabajo. Ella, informada por Olga de mi visita a Zargarian, no pudo soportar la curiosidad de saber si habia encontrado la llave del enigma.
– La encontre -le dije-; pero aun no puedo darle vueltas en la cerradura.
Despues, le hable del sillon en el laboratorio de Fausto y de mis tres 'suenos'. Ella mantuvo un largo silencio y luego pregunto:
– ?Y envejecio?
– ?Quien?
– Oleg.
– ?Y que quieres? Ya han pasado veinte anos.
Quedo meditabunda. Y en mi mente surgio la duda de que lo personal podria en ella imperar sobre la curiosidad cientifica; mas, me equivoque.
– Lo interesante es lo otro -afirmo, y callo; luego agrego-: Me dices que lo viste mas viejo, con arrugas y una cicatriz que no existia. Pero, ?eso es imposible!
– ?Por que?
– ?No has leido a Pavlov? Tu no puedes ver en suenos lo que no has visto en la realidad. Los ciegos de nacimiento no ven suenos. ?A cual Oleg conoces? Al nino, al joven. Entonces, ?de donde han surgido las arrugas de un hombre de cuarenta anos y la cicatriz en la sien?
– ?Y si esto no es un sueno?
– ?Acaso tienes la explicacion? -quiso saber inquieta.
Al verla crei que ella sospechaba la explicacion que me parecia mas factible y terrorifica.
– Por ahora -repuse-, solo intento explicarlo. Todos tratan de confrontar mi historia con los 'suenos…' si Hide le hace tal broma a Jekyll, entonces, ?por que no pueden trocarse los papeles?
– ?Bah! Mistica.
– ?No recuerdas tu conversacion con Hide sobre la multiplicidad de los mundos? ?De las vidas y mundos paralelos?
– Eso es absurdo -replico, tratando de eludir la pregunta.
– Tu, simplemente, no quieres pensar en serio -le reproche-. Es mucho mas simple decir: 'es absurdo'. Asi tambien hablaban sobre la hipotesis de Copernico.
No intente abrumarla con la hipotesis de Copernico; pero la obligue a pensar en mi hipotesis.
– ?Mundos paralelos? -se pregunto-: ?Y por que paralelos?
– Porque no tienen puntos de interseccion.
Galia se echo a reir franca y desdenosamente:
– No escribas libros de ciencia ficcion. Para eso no tienes dotes. ?Mundos sin puntos de interseccion? ?Y Zargarian y Nikodimov encontraron el punto de interseccion? ?La ventana al antimundo?
– ?Quien sabe! -repuse.
De esto supe solo dos horas mas tarde, en el laboratorio de Fausto.
?SESAMO, ABRETE!
Entre al laboratorio de Fausto, nervioso, asustado, como en los examenes. Recordaba una y otra vez los 'suenos' -por costumbre, asi los llamaba, aunque tenia la plena conviccion de que no eran suenos-, y sopesaba cada una de sus circunstancias y detalles, y llegaba a conclusiones.
– ?Ya lo tiene preparado? -pregunto Zargarian alegre al recibirme.
– ?Que?
– El relato, por supuesto.
Me miraba de soslayo, con burla. Y, en el acto, mi desconcierto fue reemplazado por la rabia:
– Su tono no me gusta.
Una larga risa fue su respuesta:
– Desembuche todo lo que no le guste. El grabador aun esta desconectado.
– ?Cual grabador?
– 'Yauza-diez'. Tiene un sonido maravillosamente limpio.
No me sentia preparado para esto. Una cosa es hablar simplemente y otra hablar frente a un magnetofono. Me turbe.
– Sientese y comience -me animo Nikodimov-. Deje, pues, un vestigio en la ciencia. Imaginese que frente a usted hay una linda estenografa.
– Pero sin relatos inverosimiles -agrego Zargarian con escarnio-: la cinta es supersensitiva y se apagaria en el acto.
Como un nino, le saque la lengua: mi embarazo habia desaparecido como por arte de magia.
Comence mi narracion, y, mientras mas la prolongaba, se hacia mas pintoresca. No solamente relataba, sino que, mirando el pasado, aclaraba y comparaba, parangonando la realidad con lo visto, y mis emociones con las imagenes posteriores. La afectada ironia de Zargarian se disipo
– O sea, que no ha visto todavia la galeria -apunto Zargarian, meditabundo y acongojado. Ni el camino hacia el lago. ?Que pena!
– Espera, Ruben -prorrumpio Nikodimov-. El asunto no esta ahi precisamente. Observa como las fases son casi identicas: la misma epoca, las mismas personas.
– No por completo.
– Existen, por supuesto, desviaciones insignificantes.
– Pero existen.
– Matematicamente, no existen.
– ?Y la diferencia en los signos?
– ?Acaso eso cambia al hombre? Solo el tiempo, quizas. Si se lograra la fase negativa, posiblemente se realizaria un tiempo de encuentro.
– No estoy convencido. Quizas exista solo otro sistema de referencia.
– De todas maneras exclamaran: ?Eso es una ficcion! Pero, ?y donde dejaremos el raciocinio?
– Si no pecas contra la razon, no lograras nada en el mundo. ??Sabes quien lo dijo?! Einstein.
La conversacion seguia siendo incomprensible para mi. Tosi.
– Perdone -dijo Nikodimov turbado-. Nos apasionamos demasiado. Sus suenos no nos dejan tranquilos.
– ?Son suenos? -indague dudoso.
– ?Ah!, ?duda? Eso quiere decir que ha pensado en ello. ?No cree que seria mejor empezar a aclararlo con su explicacion?
Recordando la carcajada de Galia y sin temor a escucharla de nuevo, repeti obstinado el mito sobre los Jekyll