– A proposito, los dobles no pueden comer, porque carecen de aparato digestivo.

– Anojin, usted esta mintiendo -le dijo Zernov. Ahora nos hablaba a los dos de 'usted'.

– Boris Arkadievich, nosotros todavia no lo hemos verificado -apunto sin inmutarse mi 'anti-ego'-. No hemos verificado aun muchas cosas. Por ejemplo: la memoria. Tu afirmas -dijo mi torturador volviendose hacia mi- que tus antenas son mas sensibles que las mias. Bien, lo comprobaremos ahora. ?Recuerdas tu la olimpiada de literatura que tuvo lugar en el noveno grado de nuestra escuela?

– ?Que ocurrio en tiempo del rey que rabio? -pregunte sarcastico.

– Justamente en el rey, mejor dicho, en el zar fue donde falle. ?Recuerdas en que pregunta? En la tercera.

Yo no recordaba ni la primera, ni la segunda, ni la tercera pregunta ?De que zar se trataba? ?Del zar Pedro en el 'Jinete de bronce'?

– Tus antenas estan funcionando mal -me dijo-. Era una pregunta sobre 'Poltava', senor Goliadkin.

?El canalla esta leyendo mis pensamientos! Estoy perdiendo. ?Sera posible que yo lo haya olvidado todo?

– Ignoro si lo olvidaste todo o parte del todo. Bien, ?recuerdas el epigrafe de 'Fiesta'? ?Lo olvidaste?

– Si, lo olvide.

– ?Y no era este tu libro favorito?

– Escrito por Gertrude Stein -recorde-. ?Y que dice textualmente?

Guarde silencio.

– ?Estas esperando que yo lo repita en mi mente? -me pregunto-. Tu no recuerdas nada, solo me quitas lo que esta grabado en mis celulas de la memoria. -Se dio la vuelta hacia Anatoli y agrego: Anatoli, preguntale algo mas facil. Haz que su memoria trabaje.

Anatoli penso un momento y pregunto:

– ?Recuerdas nuestra conversacion sobre los monzones?

– ?Donde?

– En Umanak. ?Hablamos acaso sobre los monzones? Apenas tengo una idea vaga sobre ellos. Solo se que son unos vientos especificos.

– ?Que dijiste a la sazon? -continuo Anatoli.

– ?Que dije? ?Que me aspen! No lo recuerdo aunque me torturen.

– Preguntame a mi -rogo el otro senor Goliadkin triunfalmente-. Dije, a la sazon, que desde la infancia habia confundido a los monzones con los vientos alisios.

A mi mente llego el recuerdo del final de las novelas de Agatha Christie, cuando Hercules Poirot desenmascara al criminal sentado en medio de los presentes y que sufre el fuego cruzado de las preguntas. Asi, como ese criminal, me sentia yo ahora.

De pronto, en los momentos en que mi torturador miraba a todos con aires de triunfo, Irina, observandome pensativa, dijo:

– Yuri, eres terriblemente parecido a el. Eres tan parecido, que da hasta miedo.

A veces, en las competiciones de futbol, ocurre que el jugador mas insignificante y despreciado por todos los fanaticos mete un gol decisivo. El publico, perplejo, ni siquiera aplaude, solo mira con los ojos desorbitados el 'milagro' realizado. Asi me miraban ahora los cuatro pares de ojos, en los cuales volvio a asomar la simpatia.

Esta vez mi 'anti-ego' no replico, tan solo espero. Estaba tranquilo y, segun me parecio, algo indiferente hacia todo lo que ocurria. '?Sera posible que mis ojos esten tambien tan vacios y muertos?' pense.

– Yo hace ya tiempo que he comprendido quien era nuestro Yuri -afirmo Zernov en tanto que se daba la vuelta hacia Irina-. Pero me intriga como pudo saberlo usted.

– Lo supe por la memoria -dijo ella-, justamente por la memoria -repitio con conviccion-. Un ser humano no puede recordarlo todo. Las cosas no esenciales desaparecen siempre de su memoria, se borran; tanto mas que Yuri es un olvidadizo. Este, por el contrario, lo recuerda todo: las competiciones en las escuelas, las conversaciones, las citas… Su memoria no es humana.

Mi 'anti-ego' seguia guardando silencio. Miro a Zernov como si presintiera que era el quien le daria el golpe final.

Y Boris Arkadievich afirmo:

– A mi me convencio una frase expresada por el -senalo con el codo a mi oponente-. El dijo: 'los dos somos verdaderos'. ?La recuerdan? Ahora bien, nuestro Yuri o cualquiera de nosotros no habria dicho una cosa igual jamas. Cada uno de nosotros hubiera estado convencido de que el verdadero era el mismo y que el doble era la copia, la sintetizacion. Nuestros dobles antarticos, reproducidos con gran exactitud, hubiesen razonado como nosotros, porque ellos no sabian que eran meras copias del hombre. No sucede lo mismo con estos dos que llegaron ahora, pues uno de ellos sabia que era una copia y que la copia, en esencia, no se puede distinguir del ser humano. Solo el podia decir: 'Los dos somos verdaderos'. Solamente el.

Oyeronse aplausos: mi 'anti-ego' aplaudia:

– ?Bravo, bravo, Boris Arkadievich! Su analisis fue propio de un cientifico. Es imposible refutarlo. Si, yo soy en realidad la copia, aunque mas perfecta que ustedes, creados por la naturaleza. Le habia hablado a Yuri sobre el particular. Yo puedo percibir sin dificultad los impulsos de sus celulas cerebrales, o hablando con mas sencillez, puedo leer todos sus pensamientos y, a su vez, puedo transmitirle mi propio pensamiento. Mi memoria no es parecida a la de ustedes, porque no es humana. Irina lo noto en seguida. Ese fue mi otro error. No supe ocultar este hecho. Recuerdo con exactitud todo lo que Anojin hizo, hablo y penso durante los anos de su vida: en la infancia, en el ayer no lejano y hoy. Recuerdo todo lo que el leyo u oyo recientemente. En otras palabras, conozco de memoria toda la informacion que el ha recibido sobre las 'nubes' rosadas y la actitud de la humanidad ante la aparicion y conducta de esas 'nubes'. Conozco de memoria todos los recortes de periodicos que Anojin ha leido y analizado con relacion al Congreso de Paris. Puedo citar palabra por palabra cualquier informe, replica o conversacion en los pasillos que hayan llegado hasta los oidos de Anojin. Recuerdo perfectamente las conversaciones que el sostuvo con usted, Boris Arkadievich, tanto en el mundo real, como en el sintetizado. Y, lo que es mas importante, se para que fue necesaria mi supermemoria y por que ella esta relacionada con la segunda sintetizacion de Anojin.

Yo le miraba ahora casi con gratitud. Mi torturador habia desaparecido y se habia transformado en mi amigo, en mi companero de aventuras en el mundo de lo desconocido.

– Entonces, ?supo usted desde el primer momento que fue sintetizado?

– Naturalmente.

– ?Y supo cuando fue sintetizado y de que modo?

– No del todo. Desde el primer momento en que apareci en la cabina de la 'Jarkovchanka', yo era ya Anojin; sin embargo, sabia que existia otro Anojin, independientemente de mi, y sabia que diferencia habia entre nosotros dos. Yo fui programado de otro modo y con otras funciones.

– ?Con que funciones?

– Fundamentalmente, con la funcion de aparecer ante ustedes y contarselo todo.

– ?Contarnos que?

– Contarles que la segunda sintetizacion de Anojin esta relacionada con la informacion que el ha obtenido y estudiado con respecto a la actitud de la humanidad ante el fenomeno de las 'nubes' rosadas.

– ?Por que fue elegido Anojin para ese fin?

– Quizas porque el fue el primero cuyo mundo psiquico fue estudiado por los visitantes.

– Usted dijo: 'Quizas'. ?Es esa una conjetura suya?

– No, es solo un comentario. Yo lo se.

– ?Quien se lo dijo?

– Nadie. Simplemente lo se.

– ?Que quiere usted insinuar con la palabra 'simplemente'? ?De que fuentes lo supo?

– Las fuentes existen en mi mismo, a guisa de memoria heredada. Conozco muchas cosas, pero desconozco su origen, como si me llegaran de la nada. ?Que se? Se que soy una copia, que poseo una supermemoria, que existen dos Anojin y que debo retener y transmitir toda la informacion que el verdadero Anojin ha recibido.

– ?Transmitirla a quien?

– No lo se.

– ?A los visitantes?

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