explico que tambien tenia parientes en el condado de Jones. Antes de que se adentraran en su arbol genealogico, Sheila se apresuro a cambiar de tema. De un modo u otro, todo el mundo esta emparentado en Mississippi.
– ?Que es esto? -pregunto, senalando el botellin.
– Agua -contesto Babe, con una mirada sorprendida.
Sheila lo miro mas de cerca, permitiendo que Babe llevara el peso de la conversacion-o Toda el agua en Bowmore esta embotellada. La traen en camiones desde Hattiesburg. No se puede beber la que sacan con las bombas de por aqui, esta contaminada. ?De donde es?
– De la costa.
– ?No ha oido hablar del agua de Bowmore?
– Lo siento. -Sheila desenrosco el tapon y le dio un trago-. Sabe a agua -dijo.
– Deberia probar la otra.
– ?Que le pasa a la otra?
– Dios bendito, querida -exclamo Babe, y miro a su alrededor para ver si alguien mas habia oido aquella pregunta tan sorprendente. No habia nadie mas, asi que Babe abrio un refresco bajo en calorias y se acerco furtivamente a ella-. ?No ha oido hablar del condado del Cancer?
– No.
Volvio a mirarla con incredulidad.
– Pues somos nosotros. Este condado posee la mayor tasa de incidencia de cancer del pais porque el agua de boca esta contaminada. Antes habia por aqui una planta quimica, Krane Chemical, un hatajo de listillos de Nueva York. Durante muchos anos, veinte, treinta, cuarenta, depende de a quien quiera creer, estuvieron vertiendo todo tipo de mierda toxica, perdone mi lenguaje, en unos barrancos que habia detras de la planta. Un monton de barriles, bidones, toneladas de mierda que fueron a parar a ese pozo y que acabaron filtrandose en un acuifero subterraneo sobre el que el ayuntamiento, gobernado por unos burros de tomo y lomo, se lo digo yo, habia construido una bomba de extraccion a finales de los ochenta. El agua de boca paso de cristalina a gris clara y acabo volviendose amarillenta. Ahora es marron. Al principio empezo a oler raro y luego ya apestaba. Estuvimos peleandonos con el ayuntamiento durante anos para que la limpiara, pero como si oyeran llover. Nos tomaron por el pito del sereno. Al final la cuestion del agua se convirtio en nuestro caballo de batalla y, ay, corazon, entonces fue cuando las cosas empezaron a torcerse de verdad. La gente empezo a caer como moscas. El cancer cayo sobre este pueblo como una plaga. La gente moria a diestro y siniestro, y la cosa sigue igual. Inez Perdue cayo en Enero. Creo que fue la que hacia el numero sesenta y cinco o algo asi. Todo salio a la luz en el juicio.
Se detuvo para observar a dos peatones que paseaban por la acera. Sheila dio un trago al agua.
– ?Hubo juicio? -pregunto.
– ?Tampoco ha oido hablar del juicio?
Sheila se encogio de hombros con aire de inocencia.
– Soy de la costa.
– Ay, Senor. -Babe cambio de codo y se apoyo en el otro-. Se estuvo hablando de demandarlos durante anos. Tuve a todos los abogados por aqui cuando venian a charlar mientras se tomaban un cafe y por lo visto nadie les habia ensenado a bajar la voz. Lo oi todo, y lo sigo oyendo. Se les llenaba la boca de grandes palabras. Que si iban a empapelar a Krane Chemical por esto o por aquello, pero no ocurrio nada. Creo que el caso les iba demasiado grande, ademas de tener que enfrentarse a una gran empresa quimica con mucho dinero y abogados con mucha labia. Cada vez se oia hablar menos de demandarlos, pero los casos de cancer seguian. Los ninos morian de leucemia, a la gente le salian tumores en los rinones, el higado, la vejiga, el estomago, en fin, querida, un horror. Krane se forro con un pesticida llamado pillamar 5 que habia sido ilegalizado hacia veinte anos. Ilegalizado aqui, pero no en Guatemala y sitios por el estilo. Asi que continuaron fabricando el dichoso pillamar 5 aqui y luego lo enviaban a esas republicas bananeras donde lo echaban sobre las frutas y las hortalizas que luego volvian a enviarnos a nosotros. Tambien salio en el juicio y me dijeron que enfado mucho al jurado. Desde luego algo tuvo que tocarles la fibra.
– ?Donde se celebro el juicio?
– ?Esta segura de que no tiene parientes por aqui?
– Estoy segura.
– ?Ni ningun amigo en Bowmore?
– Ninguno.
– Y no es periodista, ?verdad?
– No. Solo estoy de paso.
Satisfecha con el publico que tenia, Babe hizo una honda inspiracion y siguio adelante.
– Se lo llevaron fuera de Bowmore, una jugada inteligente porque cualquier jurado de aqui habria sentenciado a Krane y a los sinverguenzas de sus duenos a la pena de muerte, por eso lo celebraron en Hattiesburg. Lo llevo el juez Harrison, uno de mis preferidos. El condado de Cary esta en su distrito y come aqui desde hace anos. Le gustan mucho las faldas, pero me parece bien, a mi me gustan los hombres. Bueno, el caso es que durante mucho tiempo esos abogados se limitaron a hablar, pero nadie se atrevio a demandar a Krane. Entonces, una chica de por aqui, una mujer joven, imaginese, uno de los nuestros, lo mando todo a la porra e interpuso una demanda colectiva. Mary Grace Payton. Crecio a poco mas de un kilometro del pueblo y pronuncio el discurso de despedida en el instituto de Bowmore. Recuerdo cuando era solo una nina. Su padre, el senor Truman Shelby, todavia se pasa por aqui de vez en cuando. Adoro a esa chiquilla. Su marido tambien es abogado, ejercen juntos en Hattiesburg. Interpusieron la demanda en nombre de Jeannette Baker, la pobre, cuyo marido e hijo pequeno habian muerto de cancer con ocho meses de diferencia. Krane contraataco con fuerza, por el vaiven que hubo por aqui yo diria que tenia como un centenar de abogados. El juicio duro meses y, por lo que he oido, estuvo a punto de llevar a la ruina a los Payton. Pero ganaron. El jurado le dio su merecido a Krane. Cuarenta y un millones de dolares. N o puedo creer que no haya oido hablar de el. ?Como es posible? Por fin la gente supo donde estaba Bowmore. ?Quiere algo para comer, querida?
– ?Un sandwich caliente de queso?
– Oido cocina. -Babe lanzo dos trozos de pan de molde en la parrilla con punteria certera-. El caso esta ahora en el tribunal de apelacion y rezo todas las noches para que ganen los Payton. Ahora los abogados ya vuelven a merodear por aqui en busca de nuevas victimas. ?Conoce a Clyde Hardin?
– No tengo el honor.
– Trabaja a siete puertas de aqui, a la izquierda. Lleva ahi desde siempre. Es miembro del club del cafe de las ocho y media, un hatajo de fanfarrones. El es un buen tipo, pero su mujer es insoportable. A Clyde le dan miedo los tribunales, por eso se alio con unos picapleitos con pasta de Filadelfia, en Pensilvania, no Mississippi, y presentaron una demanda conjunta en nombre de un grupo de aprovechados que intentan subirse al carro. Corre el rumor de que algunos de esos supuestos clientes ni siquiera viven por aqui. Lo unico que buscan es un cheque. -Desenvolvio dos lonchas de queso Cheddar y las coloco sobre el pan caliente-. ?Mayonesa?
– No.
– ?Y unas patatas fritas?
– No, gracias.
– En fin, el pueblo esta mas dividido que nunca. La gente que esta realmente enferma esta muy enfadada con los que dicen ser las nuevas victimas. Es curioso lo que el dinero hace hacer a la gente. Siempre buscando una limosna. Algunos abogados creen que Krane acabara dando su brazo a torcer y que llegaran a un acuerdo. La gente se hara rica y los abogados aun mas. Sin embargo, tambien hay quien esta convencido de que Krane jamas admitira que ha hecho nada malo. Es mas, nunca lo han hecho. Hace seis anos, cuando no paraba de hablarse de demandas, se limitaron a cerrar puertas un fin de semana y se largaron a Mexico, donde estoy segura de que vierten residuos donde les da la gana. Seguramente estan matando mexicanos a diestro y siniestro. Es un crimen lo que ha hecho esa compania. Ha matado a este pueblo.
Cuando el pan estuvo casi negro, unio las dos partes del sandwich, lo partio en dos y se lo sirvio con una rodaja de pepinillo en vinagre.
– ?Que ocurrio con los trabajadores de Krane?
– Que los jodieron. A nadie le sorprendio. Muchos de ellos se fueron de aqui para buscar trabajo en otras partes. Por aqui no sobra el trabajo precisamente. Alguno que otro era buena gente, pero habia otros que sabian lo que estaba ocurriendo y callaron. Si hablaban, los echaban a la calle. Mary Grace encontro a unos cuantos y los llamo a declarar en el juicio. Unos dijeron la verdad, otros mintieron y Mary Grace los hizo trizas, segun lo que he