– La primera reunion no estaba prevista hasta la semana que viene, pero seguro que te haran un hueco para ir conociendoos en persona -comento ella mientras entraban en el edificio-. Yo me encargo de avisar a los interesados desde mi despacho.

Ryan lo condujo a traves de los pasillos a paso ligero, asintiendo con la cabeza o respondiendo brevemente cuando alguien la saludaba. Nada mas atravesar la puerta del edificio, advirtio Pierce, se habia transformado en la senorita Swan.

– No se donde esta Bloomfield ahora mismo. Pero si lo esta disponible, puedo ensenarte los bocetos y repasarlos contigo yo misma -continuo ella mientras pulsaba el boton del ascensor-. Podiamos ir calculando los tiempos tambien. En total, tenemos que llenar cincuenta y dos minutos y…

– ?Le apetece cenar conmigo esta noche, senorita Swan? -la interrumpio el despues de dejarla pasar al ascensor.

Ryan se olvido de lo que estaba diciendo y vio que Pierce le estaba sonriendo. La miraba de un modo que apenas podia recordar los planes que tenia para el durante el dia. Solo se acordaba de lo que habia ocurrido la noche anterior.

– Creo que podre hacerle un hueco en mi agenda, senor Atkins -murmuro ella al tiempo que se abrian las puertas.

– Consultelo, no vaya a darme planton -Pierce le levanto la mano y se la llevo a la boca para besarla.

– De acuerdo… pero no me sigas mirando asi durante el dia -dijo ella sin aliento-. Si no, no podre concentrarme.

– ?De veras? -Pierce le cedio el paso al salir del ascensor-. Seria una venganza justa por todo el tiempo que me has impedido trabajar.

– Si queremos que este espectaculo salga adelante…

– Tengo absoluta confianza en la responsabilisima senorita Swan -dijo Pierce mientras entraban en el despacho.

Pierce se sento en una silla y espero a que ella tomara asiento detras de la mesa.

– No me lo vas a poner facil, ?verdad?

– No creo.

Ryan arrugo la nariz, descolgo el telefono y pulso varios botones:

– Ryan Swan -se presento, manteniendo la vista alejada de Pierce-. ?Se puede poner?

– Espere un momento, por favor.

Poco despues, oyo la voz de su padre al otro lado del telefono:

– Cuentame rapido lo que sea -dijo impaciente-. Estoy ocupado.

– Siento molestarte -contesto Ryan automaticamente-. Pierce Atkins esta en mi despacho. He pensado que te gustaria verlo.

– ?Que hace aqui? -pregunto Swan y anadio sin dar tiempo a que Ryan respondiese-: Dile que suba -dijo y colgo, de nuevo, sin esperar contestacion.

– Quiere verte ahora -dijo Ryan tras colgar el telefono.

Pierce asintio con la cabeza y se levanto a la vez que ella. Aquella breve llamada le habia proporcionado mucha informacion. Y, minutos despues, tras entrar en el despacho de Swan, aprendio muchas cosas mas.

– Senor Atkins -Bennett se puso de pie y rodeo su enorme mesa de trabajo con la mano extendida-. Que agradable sorpresa. No esperaba reunirme con usted hasta la semana que viene.

– Senor Swan -Pierce acepto la mano que Bennett le habia tendido y se fijo en que este no se molesto en saludar a su hija.

– Por favor, sientese -dijo Swan-. ?Quiere beber algo?, ?cafe?

– No, gracias.

– Es un honor para Producciones Swan contar con su talento, senor Atkins -dijo Swan, parapetado de nuevo tras su mesa-. Vamos a hacer todo cuanto este en nuestra mano para que este especial sea un exito. Ya hemos puesto en marcha la promocion y a los medios de comunicacion.

– Eso tengo entendido. Ryan me tiene al corriente.

– Claro -Swan asintio con la cabeza y la miro de reojo fugazmente-. Rodaremos en el estudio veinticinco. Ryan puede encargarse de ensenarselo hoy mismo si lo desea. Ella se ocupara de cualquier cosa que quiera mientras este aqui -anadio al tiempo que le lanzaba otra mirada.

– Por supuesto -aseguro ella-. He pensado que el senor Atkins podria estar interesado en ver a Coogar y Bloomfield si estan localizables.

– Ocupate de arreglarlo -le ordeno, echandola del despacho-. Bien, senor Atkins. He recibido una carta de su representante. Hay un par de puntos que me gustaria comentar antes de que conozca a los creativos de los equipos artisticos de la compania.

Pierce espero a que Ryan saliese del despacho.

– De acuerdo. Pero luego lo discutire con Ryan, senor Swan. Accedi a firmar el contrato a condicion de trabajar con ella.

– Cierto -dijo Bennett, desconcertado. Por norma, los artistas solian sentirse halagados cuando era el quien los atendia-. Le aseguro que esta trabajando mucho para que este proyecto salga lo mejor posible.

– No lo dudo.

– Ryan sera la productora, tal como pidio -dijo Bennett, mirando a Pierce a los ojos.

– Su hija es una mujer muy interesante, senor Swan. Profesionalmente hablando -especifico al ver la expresion de sorpresa de Bennett-. Confio plenamente en su capacidad. Es observadora, inteligente y se toma su trabajo muy en serio.

– Me alegra saber que esta satisfecho con ella -respondio Swan, que no estaba muy seguro de si las palabras de Pierce ocultaban algun mensaje oculto.

– Tendria que ser muy estupido para no estar satisfecho con ella -replico Pierce y prosiguio antes de que Swan pudiera reaccionar-. ?No lo complace trabajar con personas profesionales y con talento, senor Swan?

Este estudio a Pierce unos segundos. Luego se recosto en su asiento.

– No dirigiria esta empresa si no fuese asi -contesto con sequedad.

– Entonces nos entendemos -dijo Pierce con suavidad-. ?Que puntos queria comentarme?

Eran las cinco y cuarto cuando Ryan consiguio terminar la reunion con Bloomfield y Pierce. Habia estado el dia entero a la carrera, organizando encuentros improvisados y sacando adelante el trabajo que habia previsto para ese dia. No habia tenido ocasion de quedarse a solas con Pierce. Por fin, mientras avanzaban por el pasillo tras salir del despacho de Bloomfield, exhalo un suspiro:

– Bueno, parece que ya esta todo. Nada como la aparicion inesperada de un mago para que todo el mundo se vuelva loco. Con lo tranquilo que es Bloomfield, parecia como si estuviese todo el tiempo esperando a que sacases un conejo de la chistera.

– No llevaba chistera -senalo Pierce.

– Como si eso hubiese sido un problema para ti -dijo Ryan riendose. Luego consulto la hora-. Tengo que pasar por mi despacho y solucionar un par de cosas; llamar a mi padre, decirle que hemos tratado al artista como se merece y luego…

– No.

– ?No? -repitio sorprendida Ryan-. ?Quieres ver algo mas?, ?hay algo que no te haya gustado?

– No -dijo el de nuevo-. No vas a ir a tu despacho a solucionar nada ni vas a llamar a tu padre.

Ryan rio otra vez y siguio andando.

– No sera nada. En veinte minutos he terminado.

– Le recuerdo que accedio a cenar conmigo, senorita Swan -dijo Pierce.

– En cuanto despeje mi mesa.

– Puedes despejarla el lunes por la manana. ?Hay algo urgente?

– Bueno, no, pero… -dejo la frase a medias al sentir algo en la muneca. Luego bajo la mirada y vio que la habia esposado-. ?Que haces? -Ryan tiro del brazo, pero estaba encadenado al de Pierce.

– Llevarte a cenar.

– Pierce, quitame esto -le ordeno con una mezcla de exasperacion y buen humor-. Es absurdo.

– Luego -le prometio Pierce antes de meterla en el ascensor. Espero a que llegara a la planta en la que

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