– No creo que pueda arreglarlo, senorita Fisher -respondio con prudencia.

– Carino, podria arreglarme yo sola si no fuera por como te mira -Elaine le guino el ojo cordialmente-. Claro que si no estas interesada, podria intentar consolarlo yo.

Era dificil resistirse a la simpatia de la actriz.

– No hara falta -contesto Ryan sonriente-. Los productores tienen que asegurarse de que el artista este contento, ya sabe.

– Ah, pues entonces podias intentar buscarme un clon para mi -bromeo antes de dejar a Ryan y acercarse a Pierce-. ?Empezamos?

Viendolos trabajar juntos, Ryan comprobo que su instinto no le habia fallado. Se combinaban a la perfeccion. La belleza rubia y el encanto ingenuo de Elaine ocultaban un talento agudo y una enorme veta comica. Era el contrapunto exacto que habia buscado para Pierce.

Ryan espero, conteniendo la respiracion mientras encendian las velas. Era la primera vez que veia aquel numero por completo. Las llamas flamearon hacia arriba un momento, lanzando una luz casi cegadora, hasta que Pierce extendio las manos y las sofoco. Luego se giro hacia Elaine.

– No quemes el vestido -bromeo ella-. Es de alquiler.

Ryan anoto la ocurrencia para incluirla en el guion del espectaculo y, de pronto, Pierce hizo levitar a Elaine. En cuestion de segundos, la tenia flotando encima de las llamas.

– Va bien -dijo Bess.

Ryan se giro y sonrio a su amiga.

– Si, con lo puntilloso que es Pierce, es imposible que las cosas no vayan bien. Es infatigable.

– Dimelo a mi -contesto Bess. Permanecieron en silencio unos segundos. Entonces, Bess le dio un pellizquito en el brazo-. No puedo esperar. Tengo que decirtelo -susurro para no desconcentrar a Pierce.

– ?Decirme que?.

– Queria contarselo primero a Pierce, pero… -Bess sonrio de oreja a oreja-. Link y yo…

– ?Enhorabuena! -la interrumpio Ryan y corrio a abrazarla.

Bess se echo a reir.

– No me has dejado terminar.

– Ibas a decirme que vais a casaros.

– Bueno, si, pero…

– Enhorabuena-dijo Ryan de nuevo-. ?Cuando te lo ha pedido?

– La verdad es que ahora mismo, practicamente -Bess se rasco la cabeza, como si siguiera un poco aturdida por la noticia-. Estaba en el vestuario preparandome cuando ha llamado a la puerta. No se animaba a entrar. Estaba ahi, cambiando el peso del cuerpo de un pie a otro como tratando de decidirse. Y de pronto me ha preguntado si queria casarme. Me ha sorprendido tanto que le he preguntado con quien -anadio tras soltar otra risotada.

– ?No habras sido capaz!

– De verdad. Mujer, una no espera que le hagan esa pregunta despues de veinte anos.

– Pobre Link -murmuro Ryan sonriente-. ?Y que ha dicho entonces?

– Se ha quedado de pie simplemente, mirandome y poniendose de todos los colores. Hasta que ha dicho que, bueno, que suponia que con el -contesto Bess-. Ha sido muy romantico.

– Que bonito -dijo Ryan-. Me alegro mucho por los dos.

– Gracias -Bess exhalo un suspiro y luego se giro hacia Pierce de nuevo-. No le digas nada, ?de acuerdo? Creo que dejare que se lo cuente Link.

– No le dire nada -prometio Ryan-. ?Os vais a casar pronto?

Bess sonrio de oreja a oreja.

– Eso espero. Por lo que a mi respecta, ya llevamos veinte anos de novios: creo que es tiempo mas que suficiente -Bess doblo el bajo de su camiseta con los dedos-. Supongo que esperaremos a terminar este especial luego nos lanzaremos.

– ?Seguireis con Pierce?

– Por supuesto -aseguro Bess-. Somos un equipo. Logicamente, Link y yo viviremos en mi casa, pero por cada del mundo nos distanciariamos.

Ryan asintio con la cabeza. Luego miro con expresion de preocupacion a Pierce, que seguia trabajando con Elaine.

– Bess, hay algo que quiero preguntarte. Es sobre el numero con el que se cierra el espectaculo -arranco despacio-. Lo lleva muy en secreto. Solo ha dicho que sera una fuga y que necesitara cuatro minutos y diez segundos en total. ?Tu sabes algo?

– No suelta prenda porque aun tiene que perfeccionar algunos flecos -Bess se encogio de hombros, pero su rostro revelaba cierta inquietud.

– ?Que flecos? -insistio Ryan.

– No se, de verdad. Lo unico… -Bess vacilo; dividida entre sus propias dudas y su lealtad hacia Pierce-. Lo unico que se es que a Link no le gusta.

– ?Por que? -Ryan puso una mano sobre un brazo de Bess-. ?Es peligroso?, ?peligroso de verdad?

– Todas las fugas pueden ser peligrosas, Ryan; salvo que hablemos de camisas de fuerza y esposas. Pero Pierce es el mejor -Bess miro a Pierce mientras este bajaba a Elaine al suelo-. Me va a necesitar de un momento a otro.

– Bess -Ryan apreto el brazo de la pelirroja-. Dime que sabes.

– Ryan, se lo que sientes por Pierce, pero no puedo -contesto Bess mirandola a los ojos-. El trabajo de Pierce es el trabajo de Pierce -anadio tras dar un suspiro.

– No te estoy pidiendo que rompas el codigo deontologico de los magos -protesto Ryan impaciente-. Antes o despues, tendra que decirme en que consiste el numero.

– Entonces, ya te lo dira -Bess le dio una palmadita en la mano y se retiro.

El ensayo duro mas de lo previsto, como era habitual con los ensayos de Pierce. Luego, despues de asistir a una reunion a ultima hora de la tarde, Ryan decidio esperarlo en el camerino. La inquietud por el numero final la habia perseguido todo el dia. Por mas que hubiese tratado de olvidarla, Ryan no habia podido quitarse de la cabeza la preocupacion que habia advertido en los ojos de Bess.

El camerino de Pierce era amplio y acogedor. Tenia una moqueta gruesa y un sofa mullido suficientemente ancho para utilizarlo como una cama. Habia un televisor enorme, una cadena estereofonica de musica y un mueble bar que Pierce no habria estrenado. En la pared habia un par de litografias muy buenas. Era la clase de camerino que Producciones Swan reservaba para los artistas especiales. Aunque Ryan dudaba que Pierce pasara mas de media hora al dia en su interior durante su estancia en Los Angeles:

Ryan abrio la nevera, encontro un carton de zumo de naranja y se sirvio un vaso antes de desplomarse sobre el sofa. Por entretener la espera, agarro un libro que habia en la mesa. Era de Pierce, dedujo. Otra obra de Houdini. Ryan lo abrio y empezo a hojearlo.

Cuando Pierce entro, la encontro acurrucada en el sofa, a mitad del libro.

– ?Documentandote?

– ?De verdad hacia todas estas cosas? -pregunto ella directamente-. El rollo este de que se tragaba unas agujas y un ovillo y que luego las sacaba enhebradas, en realidad no lo hacia, ?no?

– Si -Pierce se quito la camisa.

Ryan lo miro con los ojos bien abiertos.

– ?Tu puedes hacerlo?

Pierce se limito a sonreir.

– No suelo copiar los numeros de otras personas -respondio-. ?Que tal el dia?

– Bien. Aqui dice que algunas personas creian que Houdini tenia un bolsillo en la piel.

Esa vez, Pierce solto una carcajada.

– ?No crees que si yo tuviera uno, ya me lo habrias encontrado?

Ryan dejo el libro sobre la mesa y se levanto.

– Quiero hablar contigo.

– De acuerdo -Pierce la estrecho entre los brazos y empezo a cubrirle la cara de besos-. Dentro de unos minutos. Se me han hecho muy largos estos tres dias sin ti.

Вы читаете Magicos Momentos
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату