aiillo habia sido el foco... Tarod se dio cuenta de que Keridil y Themila avanzaban lentamente para colocarse a su lado, y lamento amargamente su decision de comprometerles en lo que hubiese debido ser un enfrentamiento singular entre Yandros y el. Habria dado cualquier cosa para invertir el tiempo, para cambiar el ahora horrible e inevitable curso de los acontecimientos; pero era demasiado tarde.

Keridil fue el primero en hablar. Con una confianza que confirmo la creencia de Tarod de que el Sumo Iniciado no sabia con que clase de ente tenia que haberselas, pregunto:

—?Quien eres?

Yandros se echo a reir.

— Haces preguntas impertinentes, amigo mortal. Tal vez deberias mirar a Tarod para saber la respuesta.

Keridil miro rapidamente al hombre de cabellos negros que estaba a su lado. La cara de Tarod habla palidecido; este no dijo nada y Keridil se enfrento una vez mas con Yandros, adoptando una actitud casi ritual y contemplando al ente con ojos firmes y frios. Esto era muy adecuado en las ceremonias del Circulo, pero Tarod sabia que no produciria el menor efecto en Yandros.

—No solemos llamar a seres como tu para contestar nuestras preguntas — dijo severamente Keridil.

A pesar de su aparente aplomo, sentia que pisaba un terreno poco seguro; la insistencia de Tarod en que prescindiese de los procedimientos normales de evocacion significaba que no podia confiar enteramente en que aquel ente obedeciese sus ordenes. Y sus dudas crecian a cada momento...

Yandros sonrio y arqueo, divertido, las cejas perfectas.

— ?Como yo? Pero aqui esta la cuestion, Sumo Iniciado. ?Quien soy yo? Tu no me reconoces... , pero si Tarod, ahora. —La expresion de afecto se pinto de nuevo en los ojos multicolores al mirar a Tarod, y anadio pausadamente—: Ha pasado mucho tiempo.

—?Maldito seas! —dijo Tarod, volviendose y cerrando los punos—. ?Dejame en paz!

—?En paz, hermano? Has tenido muy poca ultimamente. Y tuviste poca antes de que yo te ofreciese la vida como parte de nuestro pacto.

Una mano se cerro sobre los dedos de Tarod, quien sintio que Themila se habia acercado mas a el.

— ?Y quien ha sido el artifice del tormento de Tarod? — pregunto ella—. De no haber sido por ti, ?no habria sufrido en absoluto!

Yandros le hizo una pequena reverencia.

—Has dado en el clavo, Senora, pero debo corregirte. De no haber sido por nosotros, Tarod habria muerto en Wishet el dia en que mato a su primo sin querer. —Sonrio—. Demasiado para el cuerpo y la mente de un nino, Tarod. Aquella vida temprana debio ser muy dura para ti.

Keridil aguzo la mirada.

— ?Fuiste tu el instrumento de su llegada al Cas tillo?

—Fuimos nosotros. —Yandros se volvio de espaldas. Con naturalidad se acerco a la primera estatua sin rostro y apoyo una mano casi carinosa sobre la piedra negra—. El parecido no es perfecto, pero fue aceptable para nosotros en su tiempo. Lastima que un esfuerzo tan abnegado fuese destruido por la ignorancia... ?Recuerdas cuando estaban enteras, Tarod? ?Recuerdas como dirigiamos a los artesanos, como inspirabamos sus suenos?

Se echo a reir y el sonido de su risa hizo que vacilase el valor de Keridil. Este miro desesperadamente a Tarod, en busca de ayuda. Preguntas indecibles y sospechas y temores vagos y odiosos se agitaban en su mente, atizados por las cripticas referencias de Yandros; pero Tarod rehuyo su mirada.

— Mira las estatuas, Sumo Iniciado — ordeno Yandros, y Keridil tuvo que obedecerle a pesar suyo—. ?Que ves?

Keridil trago saliva.

—Nada, salvo unas figuras de granito con las caras destruidas.

—?Sabes lo que representan?

— No...

—Entonces, mira de nuevo.

El ente extendio con gracia una mano, y tanto Keridil como Themila lanzaron una exclamacion ahogada al ver que, por un momento fugaz, los colosos de piedra tomaban otro aspecto. En aquel instante volvieron a estar enteros, como lo habian estado siglos antes, y Keridil sintio un terrible vertigo al reconocer dos de aquellas orgu- llosas pero espantosamente maleficas caras talladas en piedra.

—Tarod... —Se volvio de nuevo, desesperadamente, a su viejo amigo—. Tarod, ?tienes que ayudarme! Si sabes lo que esto significa, lo que esto presagia...

— Lo sabe, mortal — le interrumpio Yandros —. ?Cuanto tiempo ha pasado, Tarod, desde que tu y yo hicimos nuestro pacto? ?Cuanto tiempo hace que quite la vida al Sumo Iniciado en pago de la tuya?

Themila lanzo un breve grito involuntario de angustia, y Keridil se puso rigido.

—?Qm...?

Tarod habia sabido que esto tenia que pasar. Yandros no desdenaria la oportunidad, y sintio el frio de la desesperacion en la boca del estomago. La cara de Keridil estaba gris a causa de la impresion, y cuando Tarod busco comprension en los ojos de su amigo, solo encontro en ellos asco y una hostilidad que crecia lentamente. Se volvio furiosamente a Yandros.

—?Aquello no fue un verdadero trato! Me enganaste, ?me hiciste jurar antes de que yo supiera el precio que exigias!

—Sin embargo, el trato se cerro. —Yandros endurecio su mirada—. Y tu sabes por que. Ahora comprendes por que hice lo que tenia que hacer... ?a cualquier precio!

Lentamente, Keridil levanto una mano, senalando a Tarod como un acusador inseguro del delito. Todo su cuerpo se estremecia como en un ataque de epilepsia, y Tarod apenas reconocio su voz cuando por fin consiguio hablar.

—?Me estas diciendo, maldito seas, que ese... que ese demonio mato a mi padre?

Cualquier intento de negar el hecho habria sido inutil, y Keridil se horrorizo al ver la calma con que Tarod levantaba la mirada y decia:

—Si, Keridil; el mato a Jehrek Banamen Toln.

—Y tu... lo sabias...

—Lo sabia.

— Y ahora estas ahi plantado y lo confiesas, como si me estuvieses diciendo la hora que es... En nombre de Aeoris, Tarod, si sabias lo que ese monstruo estaba haciendo, ?por que no trataste de impedirlo?

Keridil no podia creer en la enormidad de aquella traicion; toda su confianza se habia venido abajo y se encontro, de pronto, como despojado de todo.

Pero Tarod solo dijo, pausadamente:

— Si conocieses la verdadera naturaleza de Yandros, no me harias esta pregunta.

—Entonces, ?dime cual es su verdadera naturaleza! —El Sumo Iniciado agarro a Tarod de los hombros y le sacudio tan violentamente que, por un instante, la sorpresa le impidio reaccionar—. En nombre de todo lo sagrado, ?dime lo!

Tarod se desprendio con un vivo e irritado movimiento, y ambos quedaron cara a cara, como dos adversarios. Tarod sabia que la respuesta a Keridil conduciria inevitablemente a la revelacion ultima y mas espantosa... , pero no podia rehuirla. Si no hablaba, lo haria Ya n-dros.

Dominando su voz con gran esfuerzo, dijo:

—Es Caos.

—Caos... —Keridil hizo la senal de Aeoris; fue un movimiento reflejo que no pudo evitar—. No..., ?esto es insensato! Caos murio, sus gobernantes fueron destruidos; nuestras leyendas...

Se echo atras.

— Fueron desterrados — le corrigio Yandros, con una malevola sonrisa—. No destruidos. No se puede destruir lo que es fundamental en el Universo, Keridil Toln; solamente se puede apartar del campo de conflicto durante un tiempo. Pero llegara inevitablemente el momento en que vuelva de nuevo y desafie el poder de los que fueron responsables de su exilio. —Una expresion divertida ilumino los ojos multicolores—. Podriamos decir que el circulo se cierra. Hemos estado esperando; ahora volvemos a ser fuertes. Y tu buen amigo Tarod va a representar un papel en nuestro renacimiento.

?No! —Antes de que Keridil pudiese reaccionar, Tarod habia dado un paso

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