El grupo de la Peninsula de la Estrella llego mediada la tarde. En total, eran ocho los que cabalgaban: Keridil y Sashka, seguidos de Gant Ambaril Rannak y tres de sus servidores, mas dos Adeptos de alto rango que el Sumo Iniciado habia elegido para que le acompanasen.
Habian hecho de prisa el largo viaje, ayudados por el buen estado del tiempo que, con cierto alivio, considero Keridil como de buen augurio. La decision del Margrave de cabalgar con el convoy le desconcerto al principio, pero Gant habia arguido que, con la tierra en plena agitacion, su principal deber era con su Margraviato, y, ademas, era inconcebible que no estuviese presente para hacer de anfitrion a los triunviros cuando se alojasen en su mansion por primera vez en la historia. La senora Margravina, que todavia estaba transida de dolor por la muerte de Drachea, permaneceria en el Castillo hasta que se encontrase mejor; pero el dijo que saldria hacia el sur con el grupo del Circulo. Keridil habia reconocido de mala gana la sensatez de sus argumentos y, tal como se desarrollaron las cosas, el Margrave resulto, durante el viaje, mucho menos molesto de lo que habia temido; durante el viaje el viejo parecio tener una buena reserva de energia fisica y mental, y no fue ningun obstaculo en el camino.
Habia previsto una calurosa bienvenida en Shu-Nhadek, pero no obstante le asombro el grado de alivio y de gozo con que fue recibido. El aprecio que todos profesaban al Margrave alcanzo el punto culminante despues del asesinato de su hijo, y su llegada en compania del Sumo Iniciado aumento el fuego hasta casi llegar a la adulacion. Avanzaron lo mas deprisa posible a traves de la ciudad, sin ofender a los centenares de personas que habian salido a la calle para recibirle, pero Keridil solo empezo a tranquilizarse cuando las puertas de la residencia del Margrave se cerraron a su espalda y el ruido de la muchedumbre se extinguio en el imperturbable silencio de la mansion oficial.
Gant refreno su caballo, tratando de que no se le cayese una bella guirnalda de flores que habia puesto en su mano un entusiasta ciudadano, y contemplo la casa senorial que se elevaba al final del largo paseo. Volviendose sobre la silla, Keridil pudo percibir el subito y agudo dolor que se pintaba en los ojos del Margrave y se imagino lo que debia estar pensando. Durante todos los anos que viviese, aquel lugar tendria amargos recuerdos para Gant.
—Vamos, Margrave —dijo, en tono amable pero firme—. Tenias que enfrentarte con esto alguna vez. Es mejor que lo hagas pronto.
Gant le miro; despues sus labios se torcieron en una ironica sonrisa.
—Los fantasmas tardan mucho en morir, Sumo Iniciado —dijo, y espoleo su caballo.
—?No puedo expresar lo feliz que me siento de no tener que depender de la Hermandad!
Sashka se estiro como una gata y sacudio los largos cabellos castanos, de manera que se extendieron como una onda sobre sus hombros y su espalda. El sol, que entraba bajo por la alta ventana de la habitacion de Keridil, parecia prender fuego a los arboles.
A pesar de su triste humor, Keridil sonrio.
—Deberias honrar a la Matriarca, amor mio. ?No fue esto lo primero que te ensenaron en el noviciado?
Ella se volvio de la ventana y le miro entrecerrando los ojos —Es senil, y tu lo sabes. Quejas y rabietas; es peor que la senora Kael de la Tierra Alta del Oeste, cosa que me parecia dificil de creer hasta hoy. En cuanto a esa espantosa mujer de la vieja Residencia de Shu..., ?como se llama?
—La senora Silve Bradow.
—Si, esa. Ceceando y tartamudeando como una nina asustada, y ni siquiera sabe cuando es de dia y cuando es de noche; es tan inepta... ?Oh!
Sashka se estremecio con exquisito enfasis y Keridil se echo a reir, aunque en seguida reprimio su risa. La irreverencia de Sashka era un tonico, aliviaba la sensacion de carga que habia sentido pesar cada vez mas encima de el a medida que se acercaban al fin de su viaje, y una vez mas se alegro de tenerla ahora a su lado. Abajo, en el salon del Margrave, mientras los tres dignatarios intercambiaban tontas salutaciones, ella se habia mostrado perfectamente acorde con el papel oficial de el; besando la mano imperiosamente extendida de la Matriarca, inclinandose como era de rigor en las Hermanas ante el Alto Margrave, aceptando sus felicitaciones por su noviazgo, con la sobriedad propia de la ocasion. Solamente ahora, a solas con Keridil, se permitio mostrar sus verdaderos sentimientos, y el envidio su capacidad de adaptacion. Todavia estaba impresionado, mas aun, contaminado, por la rigida severidad que habia presidido el primer y breve encuentro. Sabia que vendria algo mucho peor, y la frivolidad de Sashka le daba un alivio que bien necesitaba.
—Bueno —dijo—, tendremos que aguantarlos de nuevo a todos cuando cenemos esta noche.
—Lo se. Y sere una consorte modelo, Keridil. —Se acerco a la cama, donde el estaba desempaquetando sus cosas. (habia despedido a los criados que habia enviado Gant para que le ayudasen, deseoso de estar solo con ella durante un rato) y le detuvo pasando los brazos alrededor de su cuello—. Espero serlo siempre.
—Se que lo seras. —Sus labios probaron debilmente el perfume que ella usaba porque sabia que le gustaba —. Y cuando esto haya terminado, seras realmente mi consorte, de nombre y en cuerpo y alma.
—Cuando esto haya terminado... —repitio ella, lenta y reflexivamente—. ?Pobre Keridil! ?Verdad que es una carga que preferirias no tener que llevar? Pero ahora no sera por mucho tiempo. Cuando el Conclave haya decidido...
El la interrumpio, pero amablemente.
—No quiero que hablemos de eso, amor mio, y menos ahora. El momento esta tan proximo que prefiero olvidarlo hasta que tenga que recordarlo.
La Barca Blanca vendria cuando los Guardianes juzgasen que era el momento adecuado; ellos tenian sus propias maneras de saberlo. Y cuando apareciese saliendo de la niebla del sur sonaria un cuerno en Shu-Nhadek y un jinete cabalgaria al galope hacia el Margraviato para llevar la noticia... Se estremecio, alejando la idea de su mente. Mas tarde habria tiempo sobrado para pensar en ello... Faltaba mas de una hora para que les llamasen a todos a cenar, y entonces empezaria de nuevo la liturgia del protocolo.
Beso a Sashka una vez mas, esta vez dejando que sus labios se demorasen sobre los de ella, ya que la sensacion de urgencia habia cedido un poco, y murmuro:
— ?Tengo tiempo para cambiarte de ropa para la noche?
Ella le acaricio los cabellos.
—No.
—Bien. —La solto y se levanto—. Entonces deja que cierre la puerta durante un rato...
Habia pasado con mucho la medianoche y el puerto estaba desierto y silencioso cuando Keridil salio de la oscuridad, desde un estrecho callejon al laberinto de muelles y malecones.
No habia podido dormir, a pesar de la calida presencia de Sashka a su lado; la cena formal solamente sirvio para aumentar su conciencia de lo que le esperaba, y habia estado dando vueltas en el lecho extrano, agitado por pensamientos y preocupaciones suscitados por su subconsciente, y que le mantenian en un limbo desesperante entre la vigilia y el sueno. Al fin, sabiendo que no podia aguantar mas el febril e informe tormento, se levanto, se puso su sucio traje de viaje y salio despues de la casa a oscuras para bajar a pie a la ciudad. Esperaba que el aire del mar le aclararia el cerebro y que el paseo le ayudaria a relajar los musculos.
Sashka seguia durmiendo y, aunque al principio penso en despertarla y pedirle que le acompanase, decidio no hacerlo. Sentia una abrumadora necesidad de estar a solas durante un rato, e incluso la compania de Sashka daria una nota falsa. Aunque el incidente era pequeno e insignificante, todavia recordaba la avidez, no habia una palabra mejor para expresarlo, con que ella habia seguido sus esfuerzos por descubrir a Tarod y entregarle a la justicia. Su odio era tan fuerte que a Keridil le costaba creer que fuese simplemente fruto de su fidelidad hacia el y su aborrecimiento del Caos. Desde luego, era natural que sintiese la huella de su anterior compromiso con Tarod; pero su reaccion habia sido mucho mas fuerte de lo que parecia normal; casi como si subsistiesen los antiguos compromisos, aunque en forma retorcida. Y aunque tratase de razonar, Keridil no podia dejar de sentir una punzada de celoso recelo. No era mas que una intuicion; pero no podia borrarla, y le provocaba un terrible torbellino de dudas y culpas e incertidumbre. Necesitaba verse libre por un rato de aquellos fantasmas, y la soledad era su unico medio de evasion.
Sin embargo, su arraigado sentido del deber le obligo a informar a uno de los incansables servidores del Margrave que estaria ausente durante un rato. Hecho esto, y tranquilizada su conciencia, habia emprendido su camino por las tranquilas calles de Shu-Nhadek, satisfecho de no encontrar a nadie que pudiese reconocerle y entretenerle en el camino. Ahora, sentado en un gran noray de piedra, contemplo el mar que crecia lentamente y cuyas olas reflejaban la luz de la primera luna naciente, y trato de encontrar el sentimiento de paz que la escena hubiese debido infundirle.
El hecho de que todavia tuviese dudas sobre la tarea que le esperaba turbaba a Keridil mas que cualquier