—Tu tienes... ?No se la palabra! Cuando te m-mostre... imagenes, te
—Mentalmente, yo...
—No. No en mente. No solo en mente. Te vi.
El corazon de Indigo dio un brinco al darse cuenta de lo que
—?Quieres decir que... cambie? ?Me converti... en un lobo?
—?Si, si! —
?Era posible que ella fuera uno de esos pocos? La idea hizo que se le pusiera la carne de gallina, y un hilillo de sudor helado le bajo por la espalda. Imyssa, que era una bruja, aunque con pocos poderes mas alla de conocimientos sobre hierbas, predicciones e interpretaciones del tiempo, creia que en su joven pupila se encontraba latente una cierta dosis de poder; pero incluso Imyssa no habia previsto
No obstante, no podia negarse la evidencia de lo que habia visto
De repente, Indigo empezo a temblar, y le fue imposible conseguir que los espasmos se detuvieran. Si realmente poseia ese poder, ello era a la vez una bendicion y una maldicion. Una bendicion porque, en potencia, resultaba un arma sin precio para ayudarla en la desagradable mision que la aguardaba. Pero tambien una maldicion porque no tenia la menor idea de como dominarlo y utilizarlo. Y sin ese conocimiento, sin la habilidad y la preparacion necesarias para controlar y manejar tal fuerza, su innato talento resultaba inutil. Peor que inutil; ya que sus manifestaciones fortuitas e incontroladas podrian poner en peligro su vida. E Imyssa, la unica persona que podia y la hubiera ayudado a comprender y utilizar aquello que se despertaba en su interior, no volveria a estar a su lado nunca mas.
—?Indigo? ?Que su-ce-de?
Indigo se paso ambas manos por el rostro, en un intento por aclarar sus ideas.
—No creo que sepa explicarlo,
—Tienes magia, sin embargo eso te hace mas triste que antes. ?Por... que?
—Ohhh... —Indigo sacudio la cabeza—. Porque incluso, si es que es asi, si poseo magia, ?no se como utilizarla! —Parpadeo con fuerza, consciente de que empezaba a sentir pena de si misma—. No lo sabia,
Indigo sintio una sensacion de ahogo en la garganta, e intento sonreir.
—Eres buena,
—No —la interrumpio la loba—. Quiero decir mas que si... siendo solo tu amiga. —Se detuvo jadeante. El utilizar la lengua de los humanos la agotaba, pero estaba decidida a decir lo que pensaba—. Algo mas. Conozco un lugar en el bosque al que los hombres... no quieren ir, porque... —Una vez mas su lengua se balanceo sobre un lado de su boca llena de frustracion—. ?No tengo las palabras!
Un recuerdo vago se desperto en lo mas profundo de la mente de Indigo y sintio como una extrana excitacion se apoderaba de sus musculos.
—?Que clase de lugar?
—Un lugar de... agua y oscuridad. En lo mas profundo. Los cazadores... le temen, pero... hay magia alli. Magia humana. Es muy poderosa. —La loba hincho los hocicos—. La he olido, pero no me he acercado mucho, A lo mejor, un lugar asi te podria ayudar.
Una impresion mental debil y borrosa acompano sus palabras, y un escalofrio recorrio la espalda de Indigo cuando el persistente recuerdo tomo forma de repente. En lo mas profundo de los bosques de las Islas Meridionales existian arboledas sagradas, siempre junto a un arroyo o a un pozo natural. Solo las utilizaban las brujas mas poderosas y devotas, aquellas que habian dedicado sus vidas exclusivamente al servicio de la Madre Tierra, y ningun extrano se atrevia a penetrar en una sin ser invitado, ya que las arboledas estaban guardadas por espiritus que no toleraban la presencia de los no iniciados. Lugares sagrados, depositarios de poder, focos poderosos de antiguas magias... ?Era posible que tales arboledas tambien existieran aqui en el Pais de los Caballos? No conocia nada de las practicas ocultas de aquella region salvaje; pero la gente de los pueblos adoraba a la Madre Tierra, igual que lo hacian los suyos...
Con la boca seca, repuso:
—
—No... no lo creo. No desde hace muchas, muchas lunas. No hay olor a hombre alli. Pero la magia sigue fuerte.
Como era lo mas normal... Indigo se mordio el interior de las mejillas para inducir a la saliva a hacer su aparicion, pero cuando volvio a hablar su voz sonaba apagada por la deshidratacion.
—?Y crees que un sitio asi podria ayudarme?
Hubo una larga, larga pausa, y luego:
—Eso creo. He...
?Que puedes perder?, se dijo Indigo para si. Conocia perfectamente la respuesta:
—
La loba balanceo la cabeza indecisa.
—?Es lo que... deseas de verdad?
—Si.
—Entonces... te conducire.
CAPITULO 14
Se pusieron en marcha en direccion noroeste, con la llameante puesta del sol filtrada a traves del bosque, delante de ellas. Indigo no queria confiar en la posibilidad de que los vaqueros hubieran abandonado su persecucion al menos hasta la manana siguiente, y se mantenia alerta a cualquier cosa extrana que pudiera ver u oir; pero el bosque estaba tranquilo, y los murmullos de aves y animales disminuyeron a medida que la luz desaparecia, hasta