—Cuando un hijo de la casa real de Khimiz nace, el mago-doctor que ha asistido al parto certifica personalmente la hora exacta y circunstancias del nacimiento. Pense que valdria la pena comprobarlo por si habia cometido algun error, y no existe ningun certificado para Jessamin. Solo esta el testimonio de la comadrona de que Agnethe dio a luz a su hija tras un largo parto; eso y el sello de algun oficial de menor importancia. El unico registro de la hora exacta del nacimiento de la Infanta esta en el anuncio posterior efectuado por el Takhan y la Takhina.

—?Estas diciendo que... la informacion sobre la que siempre has basado tus graficos puede estar equivocada?

—Si. —Phereniq levanto los ojos para mirarla y logro esbozar una triste sonrisa—. ?Cuantas veces no habre bromeado contigo acerca de que perdia mis habilidades, porque no habia sabido predecir algun acontecimiento importante en la vida de Jessamin? Se que no estoy perdiendo mis habilidades, Indigo. Y esta podria ser la respuesta al enigma. Si la hora del nacimiento de Jessamin no fue anotada correctamente, ello podria explicar un gran numero de anomalias. Pero si he de ayudarla, debo averiguar cuando nacio realmente.

Indigo fruncio el entrecejo. Una imagen empezaba a tomar forma en su mente, pero todavia existian partes del rompecabezas que no encajaban. Le dijo:

—Pero ?significa eso que ningun mago asistio a Agnethe, entonces? Sin duda Thibavor lo sabria.

—Oh, lo sabe. He hablado con el esta manana, pero la informacion que me facilito me es de poca utilidad ahora. Hubo un mago, pero ya no esta en la corte. De hecho parece ser que dejo el servicio del antiguo Takhan solo dos dias despues de que naciera Jessamin, y Thibavor cree que debe de haberse ido de Simhara, ya que los magos no han vuelto a saber de el desde entonces.

—?Y la comadrona? —pregunto Indigo.

—Muerta. Segun lo que he averiguado en los archivos se quito la vida poco tiempo despues, tras una pelea de enamorados. —Hizo una pausa—: Una curiosa coincidencia, por no decir otra cosa peor, ?no crees? Como si existiera alguna razon por la que el antiguo Takhan no quisiera que se supiera la hora del nacimiento de Jessamin.

Un desagradable pensamiento empezaba a tomar forma rapidamente en la mente de Indigo.

—?Piensas, pues, que la muerte de la comadrona y la desaparicion del mago podrian no haber sido tan inocentes como parecen?

—No resulta una teoria agradable en la que pensar; pero si, lo pienso.

—El mago. —Indigo sintio como si tuviera alambres al rojo vivo en el estomago—. ?Sabes su nombre?

Phereniq asintio.

—Thibavor me lo dijo, aunque, tal y como te he dicho, no sirve de nada. Su nombre era Karim Silkfleet.

Karim. Los alambres al rojo vivo soltaron su tenaza, e Indigo experimento una peculiar sensacion de alivio. Lo sabia. Un mago-doctor caido en desgracia, que ocultaba su autentica identidad... Solo podia ser Karim el buhonero. Y el debia de ser el unico ser vivo que conocia la autentica hora del nacimiento de Jessamin, y —si Phereniq estaba en lo cierto— el motivo por el cual los padres de la nina se habian mostrado tan ansiosos porque permaneciera en secreto.

Dijo, pensando inquieta en su propia mision:

—?Has hablado con el Takhan sobre esto?

—Aun no —le respondio Phereniq—. Necesitaba hablar con alguna otra persona antes, para aclararlo todo en mi mente. —Le dedico una palida sonrisa—. Perdoname; eso debe de sonar como si te hubiera utilizado como conejillo de Indias para mis teorias...

—Claro que no —la tranquilizo Indigo bondadosamente—. Por el contrario. Me siento muy halagada de que fueras capaz de poder confiar en mi.

—Tu por encima de todos los demas, creo. —Phereniq se llevo una mano al rostro, y suspiro—. Pero ahora que he hablado contigo, y he conseguido poner mis temores y sospechas en perspectiva, me parece que no debo retrasarlo mas. —Dirigio una rapida mirada a la ventana abierta—. Tengo miedo por la Infanta y temo tambien por el Takhan. Debo decirselo, Indigo. Aunque no tenga ninguna prueba definitiva de nada. Debo decirselo.

—La conjuncion debera ser prueba suficiente —repuso Indigo muy seria.

—Eso creo. Pero si tan solo pudiera llegar al fondo de este misterio con respecto al nacimiento de la Infanta... Me da en los huesos que es muy importante, pero a menos que se pueda encontrar a ese mago desaparecido hay pocas posibilidades de averiguar la verdad. — Se estremecio ligeramente, luego se puso en pie—. Me da la impresion de que nos enfrentamos a algo que supera nuestra comprension. Suceda lo que suceda, hay que proteger a Jessamin. Debe hacerse. De lo contrario no me atrevo a pensar en las posibles consecuencias.

Cuando Phereniq se hubo marchado, Indigo permanecio completamente inmovil durante algunos instantes. Luego, bruscamente, se dio la vuelta y agarro su sombrero de paja de ala ancha.

«?Grimya?»

Proyecto su urgente llamada, y la loba aparecio procedente del patio.

«Lo he oido todo.» Los ojos de Grimya brillaban ambarinos de inquietud. «Parece que ese Karim es mas importante de lo que pensabamos.»

«Si. Y debemos tener cuidado en nuestra busqueda de el.»

Indigo sabia que existian todas las posibilidades de que, cuando hubiera escuchado lo que su astrologa tenia que decir, Augon entablara su propia caza del mago. No queria que a Karim lo encontraran los hombres del Takhan. Debia de avisarsele.

Mientras salian al pasillo, Grimya dijo:

«?Que crees que puede significar esto? ?Podria estar en peligro la Infanta a causa de esta reunion de estrellas de la que Phereniq hablaba?»

«No lo se, Grimya. Pero tengo una intuicion de que la verdad no esta exactamente en la direccion que ella cree. Dijo, si lo recuerdas, que dos acontecimientos sucedieron en la epoca en que las fiebres empezaron: el nacimiento de Jessamin y la llegada de los invasores.»

Grimya comprendio.

«?Entonces tu crees que estos sucesos tienen algo que ver con el demonio mas que con Infanta?»

Eso era precisamente lo que Indigo pensaba. Y si tenia razon, entonces Phereniq, al contarle a Augon Hunnamek sus sospechas, podria de forma involuntaria facilitar el

catalizador que habian estado esperando durante tanto tiempo...

Y eso, comprendio, los colocaria no solo a ella y a Grimya sino a todo Khimiz en el mayor de los peligros.

«No esta aqui.»

Grimya se volvio desalentada para mirar a Indigo al tiempo que le transmitia su mensaje, Indigo se detuvo, y contemplo con atencion la gran escalinata que conducia al Templo de los Marineros, que centelleaba cegadora bajo el brillante sol. Y alli, en medio de la constante multitud, estaban los vendedores ambulantes y las echadoras de cartas y los vendedores de ofrendas, y Karim no estaba entre ellos.

Dio un paso en direccion a las escaleras, pero se detuvo de nuevo ya que era un gesto inutil; una mayor proximidad no haria que el mago ciego apareciera milagrosamente de la nada. Grimya, que trotaba a su lado, sugirio:

«Puede que no haya venido aun. Ayer, cuando lo vimos, el sol estaba mas bajo.»

—Tiene que venir.

Varias cabezas se volvieron curiosas, y la joven se dio cuenta de que habia hablado en voz alta. Cambio deprisa al lenguaje telepatico.

«?Tiene que venir, Grimya!»

Empezo a subir la escalinata y se detuvo para mirar fijamente a cada vendedor a medida que pasaba junto a ellos, recibiendo miradas inquietas como respuesta, sin ver nada que le resultase familiar. En la parte superior de la escalinata, sobre la amplia terraza de losas que se extendia frente al templo, una compania de malabaristas demostraba sus habilidades ante un publico atento; Indigo paso rapidamente junto a ellos en direccion al ornado edificio que se alzaba mas alla, sintiendo que algunas gotas de las gigantescas cortinas de agua le salpicaban

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