INDIGO
Libro 4
NOCTURNO
Louise Cooper Traduccion: Gemma Gallart
Ilustracion de cubierta: Horacio Elena
EDITORIAL TIMUN MAS
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Diseno de cubierta: Victor Viano
Titulo original: Nocturne (Book 4 of Indigo)
© 1988 by Louise Cooper
© Editorial Timun Mas, S.A., 1990
Para la presente version y edicion en lengua castellana
ISBN: 84-7722-415-3 (Obra completa)
ISBN: 84-7722-518-4 (Libro 4)
Deposito legal: B. 40.829-1990 Hurope, S.A.
Impreso en Espana - Printed in Spain
Editorial Timun Mas, S.A. Castillejos, 294 - 08025 Barcelona
Noche y silencio. ?Quien esta aqui? Shakespeare: El sueno de una noche de verano
Para Loma,
que esta eminentemente cualificada para ser miembro de la Compania Comica Brabazon
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OEV-
En la fria, region mas meridional de la tierra, en el linde de los enormes penascos de hielo que custodian los territorios polares, Cathlor Ryensson gobierna en paz su pequeno reino desde la enorme y antigua fortaleza de Carn Caille. En la sala de Carn Caille, el rostro del padre de Cathlor sonrie en el retrato que cuelga — desde su muerte acaecida cinco anos atras— en el lugar de honor sobre el sillon del rey; y junto a ese retrato cuelga otro, con los colores algo desvaidos por el aire salobre y el humo de la chimenea, que representa un grupo familiar. Este cuadro es particularmente hermoso; parece tan real que resultaria facil imaginar a las cuatro figuras de la tela a punto de alzarse y, tras desperezarse, descender del marco para atravesar el estrado y ocupar sus lugares en la mesa real.
Pero el rey Kalig, la reina Imagen, su hijo Kirra y su hija Anghara, estan muertos hace mucho tiempo. Aniquilados por la fiebre, recordadas ahora tan solo en relatos y baladas, que cayo como una plaga sobre las Islas Meridionales mas de un cuarto de siglo atras, solo se los evoca en relatos y baladas.
O eso al menos cree la gente.
Muchos de quienes pasan ahora por esta sala no recuerdan en absoluto a Kalig ni a su familia. Todo su interes se centra en la nueva dinastia fundada por Ryen que se prolonga hoy en su hijo; y aunque algunos se detienen de vez en cuando a contemplar el retrato con admiracion y respeto, pocos pueden acordarse ya de la graciosa voz de Imagen ni de la risa espontanea de Kalig.
Nadie, y mucho menos el rey Cathlor, seria capaz de imaginar siquiera en sus mas extravagantes suenos que un miembro de la familia de Kalig siga aun con vida, ni que fuera posible volver a ver sin que hubiera envejecido ni cambiado, el rostro serio de la muchacha de cabellos ligeramente rojizos que se sienta a los pies de su padre en el antiguo retrato.
La princesa Anghara no murio con los suyos; aunque muchas veces durante estos largos anos lo haya deseado. Es ella, el unico ser humano, que conoce la autentica naturaleza de la plaga que aniquilo a sus seres queridos; porque fueron su mano y su estupida e imprudente curiosidad, las que por violar una ley ancestral, arrojaron siete demonios al mundo entre alaridos y risas para que esparcieran su maldicion sobre la humanidad..
Un momento tan solo, un impulso salvaje y rebelde; ahora Anghara tiene que soportar una carga de culpabilidad y remordimiento que la atormenta, despierta y dormida, desde el dia en que perdio su nombre y su hogar, y abandono las Islas Meridionales para iniciar una nueva y amarga vida como vagabunda. Solo ella puede reparar su culpa, buscar y eliminar los siete demonios que ella misma libero de sus cadenas. Hasta que no haya terminado su tarea no existira el descanso para ella ni tampoco podra regresar a su pais.
Anghara ha sido olvidada. Pero Indigo —el nuevo nombre que escogio para si, que es tambien el color del luto entre los. suyos— vive aun, y, a veces, en remotos rincones de la tierra, hay quienes tienen motivos para conocerla y recordarla. Ha combatido con fuego y ha combatido con agua; por su mano han muerto ya dos demonios y los fantasmas de muchos seres inocentes la persiguen. Los recuerdos se agolpan en su mente y en sus inquietos suenos; y cuando piensa en su hogar y en los suyos, lo hace con una tristeza que los largos anos de exilio distancian, pero no mitigan.
A pesar de ser inmortal y de no envejecer ^jamas, Indigo no esta sola en su busqueda. Con ella viaja una amiga, que, aunque no pertenece al genero humano, sabe muy bien lo que significa ser un paria entre los propios congeneres y ha decidido compartir tanto la maldicion de Indigo como su compromiso; les pisa los talones un enemigo implacable y eterno: Nemesis. Nemesis acecha a Indigo como una sombra maligna donde quiera que la muchacha vaya, ya que es parte de ella misma, creada en las profundidades mas tenebrosas de su propia alma y que ha adquirido vida independiente: es la mas peligrosa de todos sus adversarios, una criatura sonriente que acecha a Indigo detras de cada sombra; un ser tentador, seductor y embaucador. Mientras Indigo viva, Nemesis seguira existiendo, y su existencia es la mayor de las amenazas.
Guiada por la piedra-iman que le regalo la Diosa de la Tierra, Indigo viaja ahora por todo el continente occidental. Durante un tiempo ha encontrado algo parecido a la paz, un momento de calma en el frenesi de su vida. Pero la calma no puede durar y sabe que muy pronto debera retomar los hilos de su siniestro tapiz y ponerse en movimiento de nuevo. Los nubarrones empiezan a hacer su aparicion en el horizonte; los malos augurios son cada vez mas evidentes. Y en medio de la sombra de una tierra que no es lo que parece, entre amigos y enemigos que pueden intercambiar sus papeles, Indigo debe enfrentarse a la tercera y quiza la mas peligrosa de sus pruebas...
Templanza Brabazon se sacudio los cabellos, empapados por la persistente llovizna, y aguzo el oido para captar el lejano silbido que le indicaria que las presas se dirigian hacia el. Tambien sus ropas estaban empapadas —la corta capa de piel que las cubria no habia sido disenada para proteger de tanta humedad— y los pies y las manos empezaban a entumecerse a causa de la inactividad y el frio. Flexiono los dedos de los pies, desprendiendo gran cantidad de pizarra suelta que resbalo ladera abajo desde el arrecife donde estaba encaramado sobre el fondo del valle, y maldijo las cuerdas deshilachadas, los ponis que se escapan y el horrible tiempo otonal.