resultaba espeluznantemente parecida a la mueca de un cadaver bajo aquellos fogonazos. En una ocasion, con gran sobresalto, Indigo tuvo la impresion de que los ojos de Cari se habian abierto y miraba enloquecida a su alrededor; pero cuando el siguiente relampago ilumino la carreta comprendio que se habia tratado tan solo de una ilusion momentanea. No obstante, intento no volver a mirar a Cari.
Resulto imposible calcular cuanto tiempo duro la tormenta. Parecio seguir durante horas, de modo que mentes y sentidos se volvieron insensibles a ella, esperando los relampagos y escuchando los truenos con un cansancio que bordeaba la indiferencia. Pero por fin se dieron cuenta de que las pausas entre las explosiones de los elementos eran cada vez mayores, hasta que el tamborileo sobre el techo se transformo en un ligero repiqueteo y los relampagos disminuyeron y el fragor del trueno empezo a apagarse a medida que la tormenta se alejaba hacia el este y dejaba atras Bruhome.
Cuando los ninos, bajo la direccion de Esti, hubieron contado hasta cien cinco veces sin que se viera ningun relampago, Constan se puso en pie y se abrio paso hacia la puerta de la carreta. Al abrir la mitad superior de esta, una bocanada de aire fresco penetro en el interior, y con ella un ligero olor a ozono. Un sonido que anteriormente habia quedado oculto por el de la tormenta se hizo audible ahora: el febril correr del agua a no mucha distancia, y Fran se puso en pie deprisa con expresion asustada.
—Papa, el rio...
—No hay problema. —Constan le hizo un gesto para que volviera a sentarse, luego saco la cabeza a la noche—. Esta crecido, pero no se ha desbordado. Las tiendas que estan a su lado siguen alli; puedo distinguirlas.
—Demos gracias por estos pequenos milagros —dijo Fran, lleno de fervor.
—Desde luego; pero de todas formas lo mejor sera que echemos una mirada por ahi y veamos si se ha estropeado algo. —Constan volvio la cabeza al interior del carromato—. ?Todo el mundo esta bien? Vamos, Pi; ya puedes sacar la cabeza de la falda de Honi, la tormenta ha pasado.
La tension se relajo con charlas y risas mientras salian de la carreta y descendian por la escalera hasta el suelo empapado. Los Brabazon mas jovenes reaccionaron, con gran alivio por parte de los demas, con un torrente de energica excitacion, y se les permitio que ayudaran a sus mayores a comprobar el estado de las carretas y los animales. Por otro pequeno milagro no parecia que el campamento de los Brabazon ni el de los otros comicos que ahora salian de sus refugios hubieran sufrido el menor dano; un rapido recuento comprobo que los ponis y los bueyes estaban todos sanos y salvos. Y Constan anuncio finalmente que ya no habia nada mas que hacer y que podian retirarse todos a descansar lo que quedaba de la noche.
Indigo se durmio nada mas introducirse bajo la manta y apoyar la cabeza sobre la almohada que compartia con Esti. El dia habia sido largo y lo bastante agotador como para liberarla de pesadillas, y descanso tranquilamente hasta que una debil presencia, una molesta sensacion de inquietud, empezo a introducirse en su mente dormida. Intento ignorarla pero persistio, hasta que la muchacha se encontro despierta en la oscura carreta
con las siluetas de sus companeras a su alrededor. Durante algunos instantes, todavia sonolienta, no supo que era lo que la habia despertado: entonces vio a la vaga silueta de
Todo lo que deseaba era darse la vuelta y volver a dormir, y su pregunta mental estaba tenida de irritacion.
Indigo suspiro, y se sento.
«?Grimya,
Indigo contuvo su enojo. Tambien
No hubo pesadillas que la persiguieran, y cuando por fin, descansada ya, se desperto de forma natural, se volvio sobre su espalda, estiro los brazos y abrio los ojos.
Y cuando la oscuridad del sueno dio paso a la oscuridad de la realidad se dio cuenta con creciente horror de que
Indigo se sento en el lecho con un movimiento brusco. Durante unas milesimas de segundo su cerebro intento decirle que todo aquello era un error, que tambien ella habia sucumbido al agotamiento y aun no habia amanecido. Pero sabia la verdad. Por el mismo instinto, menos agudo que la conciencia animal de
Sintio como el miedo, sin forma pero terriblemente real, se arrastraba por su cuerpo como un tropel de heladas aranas,
Se produjo un movimiento en la oscuridad; y la loba surgio de entre las sombras mas profundas para acercarse a ella.
Media manana. En Bruhome el mercado deberia de estar en pleno apogeo; en el prado los acampados viajeros deberian estar empezando a encender las fogatas para cocinar la comida del mediodia, Indigo se puso en pie y se dirigio tambaleante a la puerta de la carreta, para mirar al exterior. Algunos de los acampados se movian por el exterior, y se escuchaba el debil murmullo de voces; pero no habia nada de la agitada actividad diurna.
En algun lugar junto al rio un caballo lanzo un agudo relincho, y ese sonido saco a Indigo de su paralisis. Lanzo una rapida mirada por encima del hombro a las dormidas muchachas Brabazon, y abrio la parte inferior de la puerta.
Con