—?Constan! ?Y Cari?

Constan la miro como si fuera la primera vez que la veia. Su rostro estaba en blanco, sin comprender, pero Fran y Esti la habian oido, y tomaron a su padre por los hombros, zarandeandolo.

—?Papa! ?Papa, Indigo tiene razon!

—?Papa, los durmientes! ?Se despiertan: Cari esta en peligro!

Como un hombre que despertase bruscamente de un oscuro sueno, la comprension regreso a los ojos de Constan a medida que sus suplicas penetraban en su aturdido cerebro. Aspiro con un terrible sonido:

—?Cari... mi Cari... Oh, Madre Poderosa!

Y se dio la vuelta, echando a correr por entre la gente.

—?Esti..., Indigo..., traed a las pequenas! ?Hemos de regresar al prado!

Fran salia ya en pos de su padre, Indigo y Esti intercambiaron una mirada horrorizada, luego Esti empezo a chillar los nombres de los ninos, para que se reunieran con ella.

—?Cogeos de las manos! ?Rapido! ?Rapido! ?Vamos!

Se pusieron en marcha en caotica confusion; pisaban los pies de la gente, golpeaban estomagos para abrirse paso, atravesaron como pudieron todo aquel gentio. Cuando consiguieron llegar al otro extremo de la plaza, Constan y Fran se habian perdido ya de vista y la muchedumbre se habia reducido. A Indigo le parecio ver a lo lejos una forma palida que avanzaba por una callejuela...

Empezo a correr.

—?Honi?

Honestidad levanto los ojos para mirar a su hermana menor. Gentileza estaba sentada con las piernas cruzadas en una esquina, la frente arrugada mientras arrancaba hilos del dobladillo de su falda como obsesionada.

—?Que? Deja de hacer eso, Gen; vas a estropearla.

Los ojos de Gen brillaban en la mal iluminada carreta. Por un momento su labio inferior temblo; luego dijo:

—Honi, tengo miedo.

Honi suspiro.

—Todos estamos asustados, gatita. Excepto, a lo mejor, papa, pero incluso el...

—No quiero decir eso. No de la oscuridad. Quiero decir, si eso me asusta, pero... — Dirigio una nerviosa mirada al jergon y a su silencioso ocupante—. Creo que aun me asusta mas Cari. La forma en que esta ahi tumbada, como si estuviera... —Se detuvo, incapaz de pronunciar la palabra muerta.

Honi la comprendio. Tambien ella se habia sentido inquieta desde que los demas marcharan a la ciudad, dejandolas a las dos para que cuidaran de su hermana; pero desde lo mas profundo de sus trece anos estaba decidida a no admitirlo, y menos que a nadie a Gen, que solo tenia diez anos y no podia comprender aun las responsabilidades propias de los adultos.

—?Quieres ir a la otra carreta? —sugirio.

Gen sacudio la cabeza.

—No si he de ir sola. Eso es aun peor.

—Bueno... —Honi miro al exterior por la puerta semi-abierta—. Te dire que haremos: saldremos fuera unos minutos. Podemos coger un farol, y no haria ningun dano que echaramos una mirada a los animales, de todas formas.

Gen acepto la propuesta agradecida, y descendieron en silencio los escalones de la carreta. Honi dejo que Gen llevara el farol, y a su tambaleante resplandor comprobaron que los ponis y los bueyes estaban bien. Todo parecia estar bien. Honi volvio a llenar los cubos de agua en el rio, pero eso fue todo. Por fin se dieron la vuelta, sin que ninguna de las dos quisiera admitir su repugnancia, y desandaron sus pasos para regresar a la carreta.

—Honi... —dijo Gen, deteniendose.

Honi sintio que el corazon le daba un vuelco.

—?Que sucede? ?Gen, no me des esos sustos!

—?Chisst! Escucha... he oido un ruido, en la carreta...

Honi empezo a decirle enojada que no fuera tan...

Pero las palabras murieron en su garganta cuando Cari aparecio en el escalon superior.

—?Cari!

El chillido de Gen hizo que los ponis relincharan asustados. Dio un paso atras, llevandose ambas manos a la boca, y Honi contemplo a su hermana con incredulidad.

—?Cari? Cari, ?estas bien?

La esperanza y el temor se mezclaron en su voz y dio un paso hacia adelante. El rostro de Can mostraba una sonrisa extrana y horrible; sus ojos se clavaron en Honi y mas alla de ella, y Honi se dio cuenta con un sobresalto de que fuera lo que fuese lo que su hermana veia, no se trataba de la noche, ni del prado, ni de las distantes luces de Bruhome. Despacio,

y con una flaccidez peculiar que hacia que sus pies desnudos descendieran con un pesado golpe sobre cada peldano, Cari bajo al suelo, y empezo a alejarse con aire decidido.

—?Cari!

Una oleada de preocupacion ahogo los temores de Honi, y esta corrio a cortar el paso a su hermana; la tomo por el brazo y tiro de ella.

—?Cari, despierta! ?Soy yo, Honi! ?Oh, Gen, ayudame!

Gen dejo el farol en el suelo y corrio hacia ella, pero antes de que uniera sus fuerzas a las de Honi, Cari se volvio y miro a los ojos a su hermana. Honi retrocedio asustada ante aquella mirada vacia, ante el rictus embelesado de sus labios; entonces la mano libre de Cari se alzo y la golpeo con fuerza en el rostro.

Honi se tambaleo hacia atras, perdio el equilibrio y cayo sobre el suelo humedo mientras Cari, con indiferencia, volvia el rostro y continuaba andando en direccion a la puerta de acceso al prado. Gen tiro de su hermana para ponerla en pie y durante un confuso instante las dos no se sintieron capaces de hacer otra cosa que no fuera contemplar impotentes como la figura de Cari se perdia en la penumbra. Entonces Honi aullo:

—?Cogela, Gen! ?Cogela, Gen, rapido!

Corrieron en pos de Cari, la alcanzaron y cada una la sujeto por un brazo, tirando de ella hacia atras con todas sus fuerzas; pero los pies de Cari siguieron moviendose como si fuera un automata, y su fuerza resultaba increible, tanto que Honi y Gen se vieron arrastradas durante varios metros antes de que pudieran clavar los talones en la blanda tierra y obligarla a detenerse. Cari se detuvo. Durante un momento permanecio rigida, paralizada; luego, con tal rapidez y ferocidad que cogio totalmente desprevenidas a las otras dos muchachas, giro en redondo, desasiendo sus brazos de las manos que los sujetaban. Honi vio su rostro, y los ojos que la contemplaron por encima de la inmutable sonrisa tenian una expresion enloquecida: grito, horrorizada, y Cari se abalanzo contra Gen, la levanto del suelo y la arrojo lejos. El debil grito de Gen mientras volaba por los aires se corto con un jadeo y un nauseabundo ruido sordo, y Cari se volvio para mirar de nuevo a Honi como si la desafiara a arriesgarse a recibir un tratamiento similar.

—?Cari... ? —La voz de Honi era un quejido lastimero—. Cari, ?que te ha sucedido? Gen; esta... ?Oh, por la Madre! —Y, cegada por lagrimas de desconcierto, se dio la vuelta y corrio a donde yacia Gen.

—?Gen! Gen, gatita, ?estas bien?

Se dejo caer de rodillas, y le aparto a Gen los cabellos del rostro. La nina estaba inconsciente y respiraba con dificultad: se habia golpeado la cabeza con una piedra que estaba medio enterrada, y brotaba un oscuro hilillo de sangre de una fea abertura justo debajo del nacimiento del cabello.

No podia dejar a Gen alli en el suelo. Tenia que llevarla a la carreta, luego correr a la ciudad en busca de su padre, o de Esti, o de Indigo. Ellos sabrian que hacer. Pero eso significaria dejar a Gen sola. No habia nadie mas aqui que pudiera cuidarla; todo el mundo habia ido a la reunion. ?Y si le sucedia algo mientras ella no estaba? ?Que era lo mejor? ?Que deberia hacer?

Honi alzo la cabeza y contemplo afligida el prado desierto. Cari habia desaparecido. Cari la habia golpeado, y herido a su hermanita, y se habia marchado en medio de la oscuridad como aquellos extranos viajeros que habian encontrado en el camino. Y ella estaba sola; y asustada, muy asustada.

—?Oh, papa... ! —Las palabras surgieron de la garganta de Honi en forma de profundo sollozo—. ?Papa, vuelve! ?Por favor, vuelve... !

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