Cuando Constan y Fran llegaron cinco minutos mas tarde, encontraron a Honi arrodillada sobre la hierba bajo el pequeno circulo de luz de una lampara, apretando a Gen contra ella. Aun lloraba; estaba demasiado angustiada para resultar coherente, y solo cuando Fran corrio a la carreta, miro a su interior y vio el jergon vacio de Cari comprendieron lo que habia

sucedido.

—?Can! —grito Constan a la oscuridad, el rostro crispado por el terror—. Cari, ?donde estas? ?Can!

—No sirve de nada, papa.

Fran levanto en brazos a Gen. Esta, por fortuna, empezaba a moverse; y juzgo que aparte de algunas magulladuras y una cabeza dolorida pronto se encontraria perfectamente.

—Ni siquiera Honi sabe que direccion tomo —siguio el joven. ?Podria estar en cualquier parte!

—?Pero adonde van todos ellos? —suplico Constan con desesperacion—. ?Adonde?

Fran vio la luz de unos faroles que se acercaban, y escucho el rumor de voces.

—Aqui estan Indigo y los otros —dijo—. Papa, a lo mejor Grimya puede seguirle el rastro a Cari: ?puede ser nuestra ultima oportunidad para encontrarla!

A causa del paso mas lento de los mas pequenos, Indigo, Grimya y el resto de los Brabazon se habian quedado muy retrasados, y en aquellos momentos cruzaban la entrada del prado. Fran corrio a su encuentro. En pocas palabras les conto lo sucedido, y pregunto a Indigo si Grimya podria ayudarles.

«Claro que puedo», dijo Grimya a Indigo al escuchar lo que el joven decia. «Pero no podemos perder tiempo. ?Creo que Can corre un gran peligro!»

Y sin aguardar a que le dijeran nada mas, corrio de regreso a la entrada y empezo a olfatear el suelo.

Fran la miro asombrado.

—Es como si comprendiera...

—Lo hace. —Indigo no intento negarlo; no era momento para charadas—. No me preguntes sobre ello, Fran; limitate a seguirla. ?Rapido!

Grimya ya habia encontrado el rastro de Can, y se alejaba cautelosa en la oscuridad. Fran llamo a su padre, y los tres salieron en pos de la loba, mientras Constan gritaba a los otros por encima del hombro que se quedaran cerca de las carretas y no se movieran hasta su regreso.

Al llegar a la carretera, Grimya se detuvo, pero solo por un momento antes de girar hacia el norte. Mientras la seguian, Indigo recordo el viaje que habia realizado junto con Fran el dia anterior, y se estremecio mientras se preguntaba hasta donde pensaba ir Cari por aquella carretera, y que la aguardaba a su fin.

—Deberiamos haber traido un farol. —La voz de Fran interrumpio sus pensamientos cuando el muchacho se coloco a su lado—. La carretera es como un surco arado. Es muy facil torcerse un tobillo.

—Ahora ya es demasiado tarde.

Ambos estaban sin aliento, y se comian las palabras; la carrera desde la ciudad y la peculiar y asfixiante falta de aire de aquella oscuridad habia agotado parte de sus energias.

Y la oscuridad se intensificaba a medida que las luces de Bruhome quedaban atras, dando mas enfasis a la advertencia de Fran. Indigo apenas si podia ver los brillantes cabellos de Constan, que iba delante de ella, y cuando, experimentalmente, extendio una mano ante su rostro, su contorno aparecio vago y borroso.

«Grimya. » Proyecto el pensamiento apremiante. «Apenas si podemos ver en esta oscuridad. ?No nos dejes muy atras!»

La silenciosa voz de la loba le respondio:

«?No me atrevo a esperar! Creo que hay alguien delante de mi a lo lejos, y podria ser Cari. »

«Entonces mantente en contacto conmigo. No dejes de decirme donde estas. »

«De acuerdo. De momento, todo lo que debeis hacer es permanecer en la carretera. » Se produjo una pausa, luego: «La figura esta mas cerca ahora. Creo que es ella, pero no estoy segura. Cuando lo sepa, gritare. »

Durante un poco mas —pudieron ser minutos o segundos; la negrura y su propio nerviosismo distorsionaban cualquier juicio normal— los tres siguieron adelante a trompicones. Entonces, de repente, un sonido que helaba la sangre resono a lo lejos, en la oscuridad: el potente y ululante aullido de un lobo.

—?Que la Madre nos proteja! —exclamo Fran con furia.

—?Es Grimya! —Indigo lo sujeto por el brazo para evitar que cayera cuando parecio que iba a perder el equilibrio en la desigual superficie de la carretera—. ?La ha encontrado!

Unos segundos mas tarde Grimya surgio corriendo de la penumbra.

«?Indigo! ?He encontrado a Cari, pero esta en peligro! ?El bosque negro atraviesa la carretera mas adelante, y ella se dirige directo hacia el!

—?El bosque? ?Oh, no!

Horrorizada, Indigo hablo en voz alta antes de poder contener su lengua. Constan la miro, lanzo un inarticulado grito y echo a correr, sin preocuparle el mal estado del sendero.

—?Constan! —grito Indigo—. ?Ten cuidado! —No le hizo caso y la muchacha lanzo una imprecacion—. ?Deprisa, Fran! ?Grimya dice que tenemos el bosque justo enfrente: si Constan choca contra esas espinas, lo atravesaran!

Fran abrio los ojos de par en par.

Grimya dice...

—?No puedo explicarlo; no hay tiempo! ?Vamos!

Corrieron tras Constan, que ya les llevaba cierta delantera. Grimya lo alcanzo, y empezo a saltar sobre el para intentar desviarlo, pero la ignoro y siguio adelante, tambaleandose como un borracho enloquecido. Y entonces Indigo vio una negrura mas intensa que se alzaba en la anormal oscuridad; una masa enorme e informe que bloqueaba la carretera. Oyo el malevolo crujir de las hojas, el suave frotar de una rama contra otra, el debil y siniestro entrechocar de las espinas, y grito con toda la fuerza de sus pulmones.

—?Constan! ?Constan, detente! ?Si valoras tu vida, detente!

Constan estaba a menos de diez metros de los mortiferos arboles. Y delante de el otra cosa se movia en la penumbra; una delgada figura, palida, fantasmal, que avanzaba como si estuviera en trance.

?Constan!

Indigo obligo a sus piernas a correr mas deprisa, sin embargo sabia que no tenia la menor esperanza de poder alcanzar a Constan antes de que llegara a las espinas. Y, ahora solo a dos pasos por delante de su padre, Cari se acercaba al linde del monstruoso bosque.

Las espinas se separaron. Su entrechocar se convirtio en un repentino frenesi, y las deformes ramas se apartaron para formar un negro tunel, como unas voraces fauces abiertas, que conducian a las impenetrables profundidades del bosque. Cari no titubeo y penetro sin pensarselo en las oscuras fauces. Y Constan, aullando su nombre, se abalanzo ciegamente hacia adelante para intentar alcanzarla y saciarla de alli.

—?No! —grito Indigo, desesperada—. ?Constan, regresa! ?Grimya! ?Grimya, detenlo!

Grimya se lanzo hacia adelante. Sus dientes se cerraron sobre la manga de Constan; este sacudio el brazo para quitarsela de encima; entonces, de repente, parecio perder el equilibrio, cayendo hacia adelante. Su mano se agarro a un mechon de cabellos de Cari; Grimya salto de nuevo e intento sujetarlo otra vez...

El bosque se cerro a sus espaldas, encerrandolos a los tres tras una solida pared de espino.

Indigo chillo:

«?Grimya!», y se arrojo contra la negra barrera, golpeando y pisoteando las ramas, las hojas, las espinas, luchando por abrirse paso.

Su voz se elevo histerica, gritando el nombre de Grimya una y otra vez, hasta que tiraron de ella hacia atras y la arrojaron al suelo con violencia, gritando y debatiendose todavia. Sintio que algo

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