sanguinolento se trataba de una herida superficial.

—?Oh, Fran! —Saco su cuchillo y se corto una manga de la camisa, rasgandola para convertirla en una especie de venda que empezo a atar alrededor de la herida—. Fran, ?lo siento tanto! Aqui; incorporate, si puedes... Ten cuidado; yo te aguantare. Asi. —Ato el vendaje—. Al menos parara un poco la sangre. Tengo algunas hierbas en mi morral; a lo mejor sirven para aliviar el dolor...

Fran la miraba sin comprender y le pregunto:

—?Pero que demonios pensabas que hacias?

La muchacha sacudio la cabeza. Por ridiculo que pareciera, sentia ganas de reir: la tremenda sensacion de alivio que le producia haber encontrado a Fran, a pesar de las circunstancias, podia casi mas que ella. Contuvo la risa y respondio con seriedad:

—Pense que eras otra ilusion. Primero aparecio Esti, y luego...

?Esti? —Fran hizo un movimiento imprudente y en su rostro se dibujo una mueca de dolor—. ?La has encontrado?

—No. Pense que asi era, pero estaba equivocada.

Indigo le relato entonces su historia, aunque describio solo a medias las imagenes en descomposicion de la familia Brabazon.

—Cuando surgiste de la oscuridad —termino—, estaba convencida de que eras una de esas ilusiones que iba tras de mi, y me entro el panico. No me detuve a pensar; sencillamente dispare.

—En tu lugar creo que habria hecho lo mismo —repuso Fran con una debil sonrisa forzada—. Tendre que considerarme afortunado de que no apuntaras bien. —Callo, con la mirada clavada en el humedo suelo, luego siguio de repente—: Podria ser cierto, ?no? — Levanto la cabeza, y sus ojos la miraron atormentados—. Lo que el fantasma te dijo: por lo que nosotros sabemos, los otros podrian haber caido victimas de la enfermedad del sueno, y a estas horas podrian estar todos aqui.

La muchacha comprendio que pensaba en la mujer que habian encontrado en el negro paramo, y recordaba su espantosa disolucion. No supo que decirle: las palabras tranquilizadoras resultarian vacias, ya que ninguno de los dos podia dar una respuesta definitiva a su pregunta.

—Fran —aventuro por fin, tras decidir que la franqueza era el unico camino sensato—, puede que tengas razon. No podemos saberlo. Pero sea o no verdad, eso no cambia nada. Todavia hemos de encontrar la forma de llegar al corazon de este mundo y no podemos permitirnos dar vueltas y mas vueltas a lo que podria o no podria haber sucedido a tu familia. Eso es precisamente lo que el demonio quiere que hagamos, porque eso nos vuelve vulnerables a la desesperacion, y la desesperacion es una de sus armas mas poderosas.

—?Crees que no lo se? —La colera brillo levemente en los ojos de Fran.

—?Claro que se que lo sabes! Pero el saber algo no evita de todas formas que seas victima de ello. —Miro por encima de su hombro y se estremecio—. Yo misma lo descubri en carne propia no hace mucho.

Fran le dio la razon con su gesto apaciguador, e Indigo se puso en pie.

—?Como esta tu brazo ahora? —le pregunto—. Porque si te sientes con fuerzas, creo que deberiamos ponernos en marcha.

Se produjo una pausa; luego, con gran sorpresa por parte de la muchacha, Fran se echo a reir.

—Ponernos en marcha —repitio con amarga ironia—. Ah. Si. Hay algo que aun no he tenido la oportunidad de decirte.

—?A que te refieres?

El joven levanto la vista hacia ella. En la penumbra pudo ver que habia una sonrisa en su rostro, pero no asi en sus ojos.

—No hay ningun otro sitio al que podamos ir, Indigo. Veras, he registrado a fondo este lugar; te sorprenderia lo facil que me resulto, y la Madre sabe que he tenido tiempo suficiente. No hay salida. Ni verjas, ni arcos. Nada. Es un callejon sin salida. Si existe un corazon en este mundo, un centro del laberinto si lo prefieres, entonces no se que es lo que vamos a hacer ahora, porque parece que hemos llegado a el.

CAPITULO 14

—No —dijo Indigo—. Es imposible. ?No lo creo!

Fran la contemplo mientras la muchacha pasaba las manos por la uniforme superficie de la pared. Ante su insistencia habian seguido toda la pared que rodeaba el jardin, que era bastante mas pequeno de lo que Indigo habia esperado, y el resultado habia sido exactamente el que Fran habia dicho: no habia ninguna verja, ninguna salida. Y, al contrario de la pared por la que Indigo habia trepado, estos bloques de piedra eran lisos y uniformes, desprovistos de todo punto de apoyo.

Por fin Indigo dio un paso atras. Por un momento sus ojos continuaron fijos en la fachada de piedra, luego con coraje, con un furioso gesto saco su cuchillo y empezo a clavarlo con ferocidad en la pared para descargar su frustracion.

—Estropearas la hoja —le advirtio Fran—. Y no servira de nada. Lo se; lo he intentado.

La muchacha le lanzo una mirada de enojo, luego guardo el cuchillo en su funda y, con los brazos cruzados sobre el pecho, permanecio con la mirada fija en la pared mientras recuperaba el control. Por fin, mas calmada pero todavia con un dejo de furia en la voz, dijo:

—?Esta piedra es tan lisa, que desafio a una arana a que pueda subir por ella! y mucho menos un ser humano... Hay demasiadas cosas que carecen de sentido.

—Las verjas pueden desvanecerse —repuso Fran con un encogimiento de hombros—. Recuerda lo que sucedio antes. Y la pared...

Indigo se volvio deprisa para mirarlo.

—No me refiero a la verja y a la pared. No son nada, no tienen ni la mitad de importancia... ?me refiero a algo terriblemente obvio ante lo cual hemos sido tan estupidos que no lo hemos visto hasta ahora!

Fran la miro con expresion perpleja, y ella empezo a pasear con los brazos cruzados sobre el pecho.

Piensa, Fran. Recuerda lo que me sucedio cuando entre aqui; la escena que te describi. Tu tambien estabas en este jardin: debieras haberte visto atrapado en ese horror igual que yo; ?maldita sea, no podrias haberte perdido algo asi! Asi que, ?como es que ni siquiera viste lo que sucedia?

—?No se me habia ocurrido! —exclamo Fran, anonadado.

—Ni a mi, hasta hace un instante. Tu estabas aqui, yo estaba aqui. Pero al parecer ocupabamos dimensiones diferentes, aunque ambas estaban contenidas en el mismo espacio fisico, —Indigo callo y dio toda una vuelta en redondo mientras contemplaba con desafio la oscuridad—. Ahora nos han vuelto a reunir, lo que sugiere que el juego ha cambiado otra vez, y que esta es una tercera dimension. Tiene el mismo aspecto que antes; pero ya sabemos lo enganosas que pueden ser las apariencias. —Arrugo la frente—. Nada parecido a esto nos ha sucedido con anterioridad, Fran. Hemos visto como cambiaban los paisajes, pero esto es diferente: es mas bien como si fuera el tiempo el que se hubiera alterado, en lugar del espacio.

—El juego ha cambiado —repitio pensativo Fran—. ?Es eso lo que es, Indigo? ?Un juego?

—Un juego. Una representacion. —Indigo sonrio sin ganas—. Tu deberias reconocerlo mejor que yo, es lo tuyo. —Volvio a pasear—. Desde que penetramos en este mundo el demonio ha estado jugando con nosotros. Hemos aprendido algo; hemos cometido errores, pero estos nos han proporcionado lecciones muy valiosas. Y por eso ahora creo que quienquiera que haya creado este pequeno espectaculo ha decidido cambiar algo mas que el escenario. —Pensaba mientras paseaba, y su mente se movia con rapidez mientras buscaba a tientas su objetivo—. Pienso... no; creo que la clave que hemos estado buscando ha sido colocada en nuestras manos, pero hemos de saberla descubrir. —Se quedo en silencio para luego continuar—: ?No has perdido nunca nada en medio de una total oscuridad, y te has vuelto medio loco buscandolo antes de descubrir que lo tenias justo delante de las narices?

—Muy a menudo —gruno Fran.

—Entonces aplica ese principio ahora. Mira a tu alrededor. Y recuerda lo que dijiste sobre el centro del laberinto.

—?Este lugar? —inquirio, comprendiendo.

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