CAPITULO 18

—?Muchacha, me siento tan feliz! ?Tan feliz!

Constan no queria soltar la mano de Indigo que habia sujetado con fuerza mientras ella le contaba que Fran y Esti estaban bien. El hombre sacudio la cabeza, al tiempo que repetia sus palabras una y otra vez.

Indigo todavia temblaba como consecuencia de su experiencia, pero su calma regresaba poco a poco. En el exterior, la plaza estaba tranquila y silenciosa. La quimera, terminado su trabajo, se habia disuelto y desaparecido de aquel mundo, y la manada de lobos se habia escabullido de modo furtivo en la oscuridad privada de su presa. Estaba segura de que seguian alli, de que aguardaban su siguiente movimiento, pero, por el momento al menos, no resultaban una amenaza. Y con severa determinacion, se esforzaba por no pensar en Grimya.

El fuego que Constan habia encendido con una silla rota se habia consumido ya hasta convertirse en rescoldos y la habitacion del desvan estaba sumida en una espesa penumbra. Al parecer Constan no habia tenido ningun problema para encontrar materiales con que crear y encender una fogata en la taberna, y tampoco la menor dificultad en persuadir a las llamas de que prendieran, Indigo sospecho que la ignorancia del buen hombre era lo que lo habia ayudado: no sabia nada sobre la naturaleza del mundo del demonio, y aquella inocencia lo habia protegido de gran parte de la perversidad de este.

Ella y Constan habian intercambiado rapidamente un somero relato de sus aventuras; por el momento Indigo tenia cuestiones mas urgentes de las que ocuparse. Pero desde luego Constan habia pasado por varias ilusiones de pesadilla antes de llegar alli. Se nego a detallar los horrores que lo habian acosado, pero por lo que ella misma habia experimentado, la muchacha podia hacerse una muy buena idea de lo que habia sucedido. Solo una cosa habia mantenido su decision de seguir adelante, le dijo Constan. Su mirada se deslizo hacia un rincon de la habitacion donde, tendida sobre un monton de esteras y almohadones requisados en los pisos inferiores del Tonel de Manzanas, yacia Can al parecer sumida en un tranquilo pero profundo sueno.

El alivio experimentado por Indigo al verla fue mayor de lo que podia expresar. Con el recuerdo de la otra durmiente dolorosamente vivo en su mente habia temido lo peor; pero parecia como si o bien el demonio no se habia decidido aun a fijar su avida atencion en Cari, o de alguna forma misteriosa la presencia de su padre habia actuado como factor amortiguador de su nociva influencia. Por lo que Constan le habia dicho, no habia resultado facil. Cari habia luchado como un animal salvaje cuando intento desviarla de su camino. Constan casi lloraba mientras le describia la fuerza bruta que se habia visto obligado a utilizar para dominarla, y los morados de los brazos y la mandibula de Cari daban testimonio de sus desesperadas medidas. Pero por fin, y de forma repentina, el poder que dominaba a Cari habia cedido, y ella se habia desplomado a sus pies, sumida aun en aquel profundo sopor pero al menos sin luchar contra su padre. Desde aquel momento la habia transportado en brazos hasta que, al encontrarse con un sendero que le resultaba familiar, lo habia seguido hasta llegar aqui.

No obstante, Constan no habia podido contarle nada de la forma en que Grimya habia llegado a su situacion actual. Despues de penetrar a traves de los espinos se habian separado casi de inmediato, y en su preocupacion por Cari, Constan se habia olvidado de la loba hasta que, mucho mas tarde, habia oido un aullido que surgia de la lejana oscuridad. Habia gritado en un intento por localizar el origen del aullido; pero en cuanto grito el nombre de Grimya se vio contestado por un coro de espectrales ganidos, y temeroso de atraer la atencion sobre el decidio no volver a llamar a la loba. No habia descubierto la verdad hasta que, con Cari en brazos, habia penetrado por fin agotado y con los pies doloridos en esta ciudad fantasma, y se habia encontrado a la manada de lobos esperandole con Grimya a la cabeza. En ese momento, admitio sombrio Constan, habia pensado que su vida habia tocado a su fin; pero los lobos no habian atacado. En lugar de ello lo habian dejado pasar con su carga, se habian limitado a observarlo hasta que la puerta del Tonel de Manzanas se habia cerrado a su espalda antes de desaparecer de modo furtivo. Pero el habia reconocido perfectamente a Grimya.

Constan envio un mensaje silbado a Fran, en el que le decia que todo iba bien y que Indigo habia llegado sana y salva. Fran confirmo la recepcion del mensaje y anadio dos cadencias que significaban debemos reunimos todos y deprisa. Pero ?como —se pregunto Indigo— podria ella conseguir que Fran y Esti cruzaran la plaza sin sufrir dano? El que fuera Constan quien cruzara hasta la Casa de los Cerveceros quedaba del todo descartado; el peso de Cari le estorbaria demasiado si los lobos decidian atacar, Indigo debia regresar sola, y encontrar la manera de traer a los otros con ella. No resultaba una perspectiva agradable, pero la muchacha creia que podria hacerlo, ya que la quimera le habia ensenado una valiosa leccion. Si pudiera transmitirla a Fran y a Esti, entonces al menos existiria una esperanza.

Constan no se sentia muy dispuesto a dejarla marchar otra vez, pero acabo por reconocer que no tenia otra eleccion. No habia presenciado lo ocurrido durante la primera travesia de la plaza, ya que en cuanto Fran habia mandado la senal de preparate, habia corrido escaleras abajo hasta la puerta principal de la taberna y aguardado su llegada. Personalmente, Indigo daba gracias por ello. No habia intentado explicar a Constan la naturaleza de las ilusiones de aquel mundo y como podian controlarse, y no pensaba hacerlo, ya que sentia la profunda conviccion de que cuanto menos comprendiera Constan, mas valiosas resultarian sus aun inexplotadas habilidades.

Lo persuadio de silbar va hacia ti: preparate en direccion a Fran y, con el corazon palpitando con fuerza, descendio las escaleras de la posada. Esta vez habia decidido no intentar enfrentarse a la manada, sino simplemente cambiar de forma y correr con toda la rapidez de que fuera capaz en direccion a la Casa de los Cerveceros.

Los espectrales lobos parecian haberse reunido en este lado de la plaza, lo cual le daba una ligera ventaja, ya que no habria ninguno que le cortara el paso o le viniera de cara. Con suerte, y el elemento sorpresa, consideraba que podia ser mas rapida que ellos sin necesidad de recurrir a la quimera, o a cualquier otro poder.

Una vez mas, sintio el tronar de su pulso, y aquella sofocante tension mientras abria la puerta con cuidado. La imagen de la loba de pelaje gris rojizo se formo en su mente —esta vez aparecio con mas rapidez, como si hubiera estado esperando su llamada—, su hocico se alzo para olfatear el aire, sus patas traseras se prepararon para el salto...

Indigo salio disparada por la puerta a toda velocidad, la cabeza gacha, las patas proyectandola hacia adelante. Oyo como se elevaba el clamor de aullidos, y su intensificado instinto reconocio furia en los gritos de alerta. La confusion de los lobos le produjo una torva satisfaccion de la que extrajo renovadas energias, e incluso cuando la manada se lanzo tras ella entre aullidos supo que esta vez habia sido mas veloz que ellos. Delante de ella, la puerta de la Casa de los Cerveceros se abria; vislumbro el borroso ovalo blanco del rostro de alguien. Los lobos se acercaban, pero no eran lo bastante rapidos, y con un ultimo y tremendo esfuerzo se lanzo contra el portal y penetro sin detenerse hasta ir a chocar contra una figura humana que lanzo un grito mientras ambos caian al suelo en un revoltijo de piernas, pelos y...

Se encontro tumbada sin aliento y jadeante sobre el ultimo peldano de la escalera que era el que habia detenido su caida, y agarrada a la barandilla mientras la loba-Indigo se desvanecia y la forma humana regresaba. Escucho como alguien cerraba precipitadamente la puerta, y el ruido sordo de la barra al regresar a su lugar, luego unas manos la ayudaron a darse la vuelta y sentarse, y vio a Fran y a Esti que la miraban con asombro.

Esti hizo un gesto religioso, pero no pudo articular palabra. Fran la contemplaba con franca admiracion.

—?Lo has controlado! —Estaba impresionado—, ?Indigo, lo has controlado! Y esa... esa

criatura... —Hizo un gesto de impotencia, incapaz de describir la quimera con palabras.

—?Lo has visto? —Indigo se esforzo por recuperar el aliento.

—Esti no queria mirar, pero yo... —su voz se apago y el movimiento afirmativo de su cabeza termino en una sacudida energica—. Por la Diosa...

Indigo se puso en pie con dificultad. Habia recuperado el aliento lo suficiente como para subir las escaleras ahora, al menos eso creia; y tenia tanto que decir...

—Regresemos a la habitacion de arriba. Hemos de indicar a tu padre que he llegado bien.

Y luego tenemos que hacer planes.

Desde el balcon Fran envio un nuevo mensaje silbado al otro lado de la plaza, del que Constan acuso recibo, Indigo sospecho que el buen hombre no habia presenciado su transformacion, y se sintio aliviada; aunque como

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