reaccionaria a lo que —si su idea surtia efecto— regresaria a la posada desde el otro extremo de la plaza, era algo que no se atrevia ni a imaginar.
Le satisfacia que Fran, al menos, hubiera visto tanto su conversion en lobo como la quimera, ya que reforzaria su propia voluntad y decision. Dio por seguro que Fran, en su juvenil orgullo, se sentiria firmemente decidido a igualarla en todo. Lo que Indigo habia aprendido de su propia experiencia le habia proporcionado la clave que desbloquearia los poderes de Fran y Esti, como habia sucedido con los suyos.
Y asi pues, les relato su plan. Fran y Esti la escucharon con creciente excitacion, pero esta excitacion se veia suavizada por una cierta inquietud, y Esti expreso en voz alta la duda que se pintaba en los ojos de ambos.
—Indigo, es una idea esplendida. ?Pero como vamos a conseguirlo? Tu posees la habilidad: lo hemos visto con nuestros propios ojos. Pero ?que hay de Fran y de mi? De momento solo hemos conseguido transformaciones muy insignificantes. ?Como podremos conseguir lo que esto nos exigira?
—Eso tiene una respuesta muy simple —repuso Indigo—. Es lo que tu dijiste antes, Fran: el acicate del miedo puso en marcha mi habilidad para conjurar la quimera. Estaba acorralada, atrapada; tenia que salvarme, y no habia tiempo para pensar con claridad. De modo que me he limitado a reaccionar.
—Y la quimera aparecio. —Los ojos de Fran estaban muy pensativos—. Si. Comprendo. Asi pues, si Esti y yo nos vemos en el mismo apuro. „
—Es peligroso —admitio Indigo—. Pero no se me ocurre otra forma de que los tres lleguemos hasta donde estan Constan y Cari. Y si funciona...
—
—Esti, no estoy subestimando el riesgo. Pero es nuestra unica posibilidad, y si funciona, entonces destruira la ultima barrera.
Indigo vacilo. Se habia sentido indecisa sobre si debia intentarlo, pero decidio que debia hacerse si queria convencer a sus companeros. Solo pedia no estar equivocada sobre sus propias habilidades; pero como Constan habria dicho sin duda, las medias tintas no convencen a un publico hostil. Hay que entregarse, hay que dar todo lo que se tiene, o se deja de actuar.
—Mirad ahi —dijo, e indico al otro extremo de la habitacion.
Volvieron la cabeza, e Indigo reunio toda su fuerza de voluntad. En un principio nada sucedio; se concentro con mas fuerza, entonces sintio el chispazo de la adrenalina...
Esti lanzo un grito agudo, y Fran se quedo boquiabierto. Un arbol habia aparecido en la esquina; un joven abedul con su moteada corteza gris plata y las tiernas hojas de un brillante verde primaveral. Parecia crecer del suelo, y sus hojas se estremecian como movidas por la brisa.
Llena de alegria, Indigo se concentro otra vez. Esto no era la muerta sombra de Bruhome sino un claro de un bosque de su propio pais. Podia verlo, sentirlo, olerlo...
De la base del arbol empezo a extenderse la hierba como una ola envolvente. Flores diminutas cubrian la verde alfombra: parecian tan reales que creyo que podria haber
extendido la mano y arrancado una, y su nariz se ensancho al llegarle aquel nuevo olor a heno fresco que de repente aparentaba llenar la habitacion.
—Es increible... —la voz de Esti estaba llena de asombro.
Fran cerro los ojos, se pellizco el puente de la nariz y luego volvio a mirar, como si esperara que la vision se desvaneciera. Pero Indigo sabia que no se desvaneceria; no a menos que ella lo deseara asi. Ilusion sobre ilusion: habia impuesto su voluntad sobre este mundo irreal. Era la prueba definitiva, y habia tenido exito.
—El miedo me abrio la puerta —dijo muy despacio pero con gran enfasis—. Y creo que puede hacer lo mismo por vosotros. —Otra pausa—. Puede que me equivoque, y no puedo tomar la decision final...
Fran la miro fijo.
—Pero ?crees que podemos hacerlo?
—Si —asintio Indigo.
Se produjo un largo silencio. Luego Fran volvio a hablar:
—Bien, pues. Eso es suficiente para mi. —Levanto la cabeza, miro algo indeciso al arbol y luego se volvio hacia su hermana—. Hemos de llegar hasta papa y Cari de alguna forma, Esti. Y me da la impresion de que podriamos quedarnos aqui sentados para siempre sin encontrar una forma mas segura. De modo que yo digo que lo probemos.
Esti parecio vacilar pero al fin repuso:
—Si. —Parpadeo, y echo hacia atras la melena en un gesto de forzada seguridad—. Es el unico camino.
Indigo dio las gracias en silencio, al tiempo que reprimia el gusanillo de la conciencia. Tenia que confiar en su propio juicio y estar segura de que no conducia a sus amigos al desastre. De lo contrario, ?que esperanza les quedaba?
—Y cuando lo hayamos hecho —dijo Fran—. Si nuestras habilidades aparecen, ?que sucedera entonces? Porque me parece a mi que si esto
—Tengo una idea —respondio Indigo—, pero no he tenido la oportunidad de meditarla.
—Cuentanos.
La muchacha vacilo.
—Preferiria no decir demasiado hasta que vuestro padre este con nosotros, porque para que esto funcione, puede que lo necesitemos a el mas que a nadie. Pero... bueno, tu acabas de utilizar la analogia, Fran. La representacion. Asi es como nos ve el demonio: como marionetas que bailan sobre su escenario al son de su musica. —Sonrio, y habia algo lupino en su sonrisa que recordaba profundamente a la loba-Indigo—. He pensado que quiza deberiamos darle al demonio precisamente lo que quiere... pero no necesariamente en la forma en que el lo espera.
—?Una representacion? —Esti estaba perpleja.
—Si, y no. —Indigo dirigio una rapida mirada al arbol que seguia meciendose con suavidad en la esquina de la habitacion, luego al rectangulo del ventanal que daba al balcon—. Prefiero no decir nada sobre ello aun. Esperad hasta que estemos con Constan; entonces podremos discutirlo con mas detalle. Por ahora, creo que seria mejor que nos concentrasemos en el problema mas inmediato. Despues de todo, si esto no lo solucionamos con exito, de nada servira discutir otros planes.
Fran y Esti asintieron, aunque con cierta desgana, y empezaron a prepararse. Las posesiones que habian traido con ellos al mundo del demonio habian quedado reducidas a unos miseros restos, y los repartieron entre ellos de manera equitativa, asegurandose de que cada uno llevaba el menor peso posible. Sus provisiones de agua eran muy escasas y la comida casi inexistente; y Esti comento mordaz que resultaba una lastima que no pudieran conjurar algo para comer y beber que fuera mas sustancioso que una ilusion. Al oir sus palabras, Fran se quedo como paralizado.
—Agua... —dijo—. Madre Todopoderosa, ?como ha sobrevivido papa sin agua?
Indigo lo miro asombrada. Ni se le habia ocurrido que Constan habia penetrado en aquel mundo infernal sin llevar siquiera un poco de agua; no obstante, no habia demostrado el menor signo de estar sediento, y ni siquiera le habia preguntado si llevaba agua con ella. Recordo el fuego que Constan habia encendido con materiales de la ilusoria taberna. El yesquero que habia funcionado; la silla rota que habia alimentado las llamas... ?Podria la inocencia de Constan haberle llevado incluso a encontrar agua sencillamente porque creia que debia de estar alli? Si asi era, entonces Indigo habia subestimado gravemente el valor potencial de las habilidades de Constan, y sintio el ardiente nudo de la excitacion interior al pensar en que forma tal ventaja podria ayudarlos en la fase final de su plan.
—Cuando lleguemos al Tonel de Manzanas obtendremos la respuesta que buscamos a ese misterio —dijo en voz alta—. Y cuanto antes podamos hacerlo, mejor. —Los miro por turno—. ?Habeis decidido en que imagenes os concentrareis?
—Osos —respondio Esti con firmeza—. Eso es lo que creo que asusta a los lobos. Osos, y esos enormes felinos que viven en las tierras del norte. —Miro a Indigo—. Nunca he visto un felino asi, pero si los he visto en dibujos; ?y si yo fuera un lobo me aterrorizarian!
—Cualquier cosa que me venga a la cabeza servira —dijo Fran con una mueca—. ?Dudo de que tenga la posibilidad de andarme con tantos cumplidos!
Indigo le devolvio la sonrisa con sequedad.
—Probablemente estes en lo cierto. Y aquello que se nos ocurra con mas fuerza tendra mayor poder.