todo?
—Eso no es posible —repuso Shalune con expresion desconcertada—. Lo eres.
—?Como podeis estar tan seguras?
—Porque las senales eran inequivocas, claro esta. Uluye te habra hablado sin duda sobre las senales...
—No —nego Indigo meneando la cabeza—. Intente preguntar, pero..., bien...
Shalune vacilo un momento, como si no estuviera muy segura de lo franca que podia atreverse a ser; luego se encogio de hombros.
—Uluye puede haber tenido sus motivos para no hablar. Pero yo no tengo ninguno. Las ultimas palabras de la Dama Ancestral a traves del antiguo oraculo fueron que debiamos viajar hacia el sudoeste en nuestra busqueda, y que encontrariamos a la persona escogida resguardandose de una fuerte tormenta. La persona elegida, dijo el oraculo, un tendria a un animal como companero, y nuestra primera prueba seria salvarle la vida con nuestras artes curativas y nuestra magia. —Volvio a encogerse de hombros—.
?Como es posible que los dos seres que buscabamos no seais tu y
—?Un que? —inquirio Indigo, contemplandola con fijeza.
—?No sabes lo que significa
Tambien
—No habia oido esta palabra en mi vida.
—Ah. Bueno, quiza sea mejor que siga asi; te ahorrara momentos desagradables. De todos modos, no tienes que preocuparte por los
«Desde luego que no...», se dijo Indigo, conteniendo una sonrisa.
Ignorante de la conversacion que tenia lugar entre las dos, Shalune deposito un cuenco frente a Indigo y otro en el suelo frente a
—Basta de preguntas por ahora —declaro con firmeza—. Come, o no tendras tiempo de disfrutar de tu comida antes de que empecemos a prepararnos para la ceremonia de esta noche.
Se levanto para marcharse, pero Indigo la detuvo.
—Shalune..., una ultima pregunta. ?Que tendre que hacer esta noche? No se nada sobre la ceremonia, ni tampoco por que tiene lugar. —Esperando que no sonara a falso, anadio—: No quisiera cometer ningun error y fallaros.
La mujer fruncio el entrecejo y su boca se curvo brevemente en una pequena
mueca de irritacion.
—?Uluye tampoco te hablo de esto?
—Comprendo, —Indigo se sintio aliviada, aunque llena de curiosidad sobre la naturaleza de la ceremonia y significado—. Gracias.
—Come ahora —sonrio Shalune—. Regresaremos pronto.
La cortina descendio a su espalda, e Indigo volvio atencion a la comida. Era una de las muchas peculiares rarezas de este culto el que no estuviera permitido que comiera con el oraculo, ni lo viera comer. A Indigo le preparaban la comida —no se le permitia, como no habia dado en descubrir, hacer mas que lo minimo por misma—, pero contemplar como la ingeria era tabu.
Otros tabues impedian traspasar el umbral de su aposento en la cueva si ella no estaba presente o se encontraba dormida, pronunciar los nombres de cualesquiera sus antepasados en su presencia, y tocarla, aunque fuera un simple roce, sin el permiso expreso de una sacerdotisa de categoria superior. La categoria superior, habia de cubierto Indigo, estaba reservada a unas pocas, entre la que se incluian Uluye, Shalune y unas dos o tres mujer mas, entre las que figuraba la propia hija de Uluye.
Cuando le habian presentado a Yima diez dias atras, Indigo se habia quedado asombrada; primero, por el extraordinario parecido fisico que tenia con su madre, y, seguido por la revelacion de que la Suma Sacerdotisa tuviera una hija. La sorprendio el que mientras que las mujer del culto desdenaban todo contacto con los hombres, no existiera ningun tabu entre sus filas contra el alumbramiento de criaturas.
Resultaba dificil imaginar que Uluye hubiera podido tener una hija por amor, o siquiera a causa de una pasion pasajera, pero mucho mas facil era descubrir otro motivo mucho mas pragmatico. Yima tenia dieciseis anos y estaba destinada a ser la imagen de su madre en algo mas que en sentido fisico, pues se preparaba para convertirse, en un futuro, en sucesora de Uluye como cabeza del culto. Para extraneza de Indigo, las intenciones de Uluye parecian gozar de la aprobacion de todas las sacerdotisas, incluso de Shalune. A la unica a la que al parecer no se habia consultado era a Yima, pero eso, por lo visto, carecia de relevancia. Yima obedeceria a su madre en esto como lo hacia en todo lo demas y, cuando llegara el momento, adoptaria su papel sin objeciones.
Pese a ser la hija de Uluye y su marioneta, Indigo sintio una inmediata e intuitiva simpatia por Yima. Aunque habia heredado el fisico de su madre con un cuerpo delgado y agil y unas facciones muy marcadas, no se habria podido encontrar dos temperamentos mas diferentes. Mientras Uluye era irascible, autoritaria y suspicaz de todo lo que la rodeaba, Yima era pacifica, modesta y confiada casi hasta el extremo de ser ingenua. Era una lastima, pensaba Indigo, que su vida tanto ahora como en el futuro estuviera circunscripta a las rigidas exigencias de su madre, pues sospechaba que Yima no estaba hecha para ser un cabecilla natural. Tambien sospechaba que Shalune compartia privadamente este punto de vista, aunque la mujer jamas sacaba a colacion el tema. Pero Shalune no era quien —tal y como Uluye habia dejado muy claro— para cuestionar las decisiones de la Suma Sacerdotisa, ni para expresar una opinion propia.
Indigo creia que no poner en entredicho las decisiones de Uluye era un asunto que no tardaria en convertirse en la manzana de la discordia entre ella y la Suma Sacerdotisa. Uluye exigia obediencia absoluta de todas las mujer que la rodeaban... y eso incluia al oraculo, a quien en teoria servia. Asi pues, mientras que en casi todos los aspectos Uluye otorgaba a Indigo toda la veneracion ofrecio al oraculo por las demas sacerdotisas, esperaba no obsta te que todas sus ordenes fueran obedecidas al momento reforzando la sensacion de la muchacha de que, a pesar de lo que demostraba, Uluye la consideraba poco mas que una herramienta con la que hacer cumplir su voluntad. Indigo aborrecia esto intensamente, pero, tomando en cuenta la advertencia de
Su relacion con Shalune habia cambiado mucho en le ultimos dias. Ahora que podian comunicarse, Indigo descubrio que cada vez le gustaba mas la gorda sacerdotisa tal y como habia predicho
Desde luego, estaba tambien mezclado un cierto de interes personal, pues ser la confidente del oraculo concedia a Shalune mas