Brabazon. Ellani no rio, y cuando termino Indigo arranco un suave arpegio del arpa y pregunto con suavidad:
—?Te gusto la cancion, Ellani?
La sonrisa de la chiquilla se volvio un poco mas forzada.
—Si, gracias. Fue... muy bonita. —Tras una pausa, agrego—: ?Tocas y cantas a menudo?
—Si, bastante a menudo.
—?Por que? ?Que se consigue con ello?
La pregunta sorprendio bastante a la muchacha.
—Bueno... simplemente me gusta tocar y cantar. Pero en cuanto a lo que se consigue... la verdad es que no comprendo a lo que te refieres, Ellani.
La nina contemplaba el arpa como si se tratara de algo totalmente extrano a ella cuyos misterios intentara desentranar.
—Mi padre dice que en otros paises hay personas que ganan piezas tocando y cantando. ?Es cierto?
—Si, si lo es. Yo misma me gane la vida con mi musica durante algunos anos, en el continente occidental.
—?Oh! —De nuevo aquella expresion perpleja—. Eso parece muy extrano. Quiero decir, ?que
—A lo mejor —repuso Indigo con dulzura—, el beneficio depende de si la musica proporciona o no placer a quienes la escuchan.
Ellani fruncio el entrecejo, pero antes de que pudiera continuar el debate Koru intervino:
—A mi me gustan las canciones. ?Otra, Indigo! ?Canta otra! —suplico. La mirada de su hermana resbalo oblicuamente hacia el; luego, con gran dignidad, dejo a un lado su costura.
—Me parece, si no te importa, que me ire a la cama —anuncio—. Estoy muy cansada.
—No..., no, claro que no me importa, —Indigo hizo intencion de dejar el arpa—. ?Quieres que suba contigo? —Gracias, pero puedo arreglarmelas. ?Puedo coger una de las lamparas?
—Desde luego... Bien, buenas noches, Ellani. —Buenas noches, Indigo. —La debil sonrisa aparecio otra vez, todavia tan perpleja como antes, y, como si de repente recordara sus buenos modos, la nina anadio—: Gracias por tu interesante musica.
Tras la marcha de Ellani se produjo un largo silencio. Koru tenia la vista fija en el suelo, e Indigo se sentia demasiado desanimada por la actitud de la nina para volver a coger el arpa y seguir tocando. Por fin Koru levanto los ojos.
—Por favor, Indigo, no prestes atencion a mi hermana. Ella no comprende.
—No era mi intencion aburrirla —suspiro Indigo—. Pense que le divertiria la musica.
El chiquillo sacudio la cabeza con energia.
—No; no le gusta la musica porque no entiende por que alguien puede querer escucharla. La musica no
—Oh, Koru...
Indigo no sabia que decir; percibia la confusion y pena del chiquillo y lo compadecia de todo corazon. Pero ?tenia derecho a ir contra la influencia de sus padres? Koru no era su hijo; ?podia entonces ayudarlo a combatir la progresiva influencia de la fria y triste filosofia de esta tierra, cuando ella no tardaria en marcharse mientras que el deberia quedarse y vivir su vida aqui?
En ese momento, para su mortificacion, Koru dijo:
—Vi lo que le sucedio a Ellani. Vi el fantasma que la seguia.
Indigo se quedo como paralizada. En los ojos de Koru habia una curiosa expresion casi maliciosa mientras observaba su reaccion, y con un pequeno sobresalto la muchacha se dio cuenta de que el nino habia leido sus pensamientos mucho mejor de lo que cualquier nino de su edad habria sido capaz de hacer.
—Se que tu tambien lo has visto, Indigo. Intentaste fingir que no estaba alli, pero lo se. — Bajo la mirada al suelo bruscamente—. Me ha sucedido cientos de veces, pero ya no se lo digo a nadie porque todo lo que hacen es enfadarse y decir que estoy equivocado.
Indigo no podia negarlo.
—No —dijo en voz muy baja—. Tienes razon.
—Y no se trata solo de Ellani. Hay otros, muchos otros. No hago mas que verlos y oirlos, como los ninos de los que te hable. —Volvio a callar unos instantes—. Y ahora se quienes son.
Indigo lo miro con fijeza. Un nuevo relampago ilumino la habitacion, pero Koru ni se movio. Tenia otras cosas en que pensar ahora, cuestiones mas importantes que su miedo a las tormentas.
—Si. Antes pensaba que eran fantasmas; por eso me daban miedo, porque los fantasmas son gente muerta. Pero ahora ya no lo creo. Creo que son tan reales como nosotros, pero que viven en un mundo diferente del nuestro.
—Una nueva vacilacion, mientras Koru se miraba las pequenas manos que tenia apretadas sobre el regazo. Luego siguio—: Indigo, ?crees que existen otros mundos?
Indigo se sintio incapaz de mentirle, ni siquiera por hacer un favor a los padres del chiquillo.
—Si —respondio—. Creo que existen mas mundos aparte del que vemos a nuestro alrededor. Muchos mas.
El asintio.
—Todos dicen que
Su mirada se clavo en la de ella y habia en sus ojos tal expresion de solemne certeza que Indigo se sintio momentaneamente confundida. Antes de que pudiera decir nada, no obstante, Koru continuo hablando, inclinandose al frente ahora, confidencial.
—Ellani los ha visto, aunque finge que no. Como quiere creer lo que todo el mundo le dice, esta asustada, y por eso se enoja tanto si intento hablar con ella de esto. Creo... —Con expresion repentinamente furtiva, se arrastro mas cerca de Indigo—. Creo que sabe que hay algo que la sigue,
—?Lo ha dicho ella?
—No. Pero la he visto mirar por encima del hombro a veces como si notara que hay algo detras de ella, y luego se marcha escalera arriba y no quiere hablar con nadie durante horas, y a veces la he oido llorar. Creo...
Un peculiar sonido procedente de
Ellani estaba en el umbral, al pie de la escalera, donde no llegaba la luz de la lampara. Su rostro mostraba una expresion de furia e indignacion y, mientras Koru se volvia al ver la reaccion de Indigo, Ellani cruzo la habitacion y agarro al chiquillo por los cabellos.
—?Eres un
Contando historias a mis espaldas...
—
Indigo se puso en pie de un salto, dejando caer el arpa al suelo al incorporarse para separar a las dos criaturas.
—?Dejame! —grito, el rostro contorsionado por lagrimas de rabia mientras intentaba deshacerse de las manos de Indigo que la sujetaban—. ?Eres tan mala como el! ?He oido todo lo que has dicho, y son todo
—?No, no es verdad! —le espeto Koru, recuperada la confianza ahora que no estaba bajo ataque directo—. ?Es cierto y sabes que lo es! Simplemente finges que no lo es.
—?No es verdad! ?Eres tu quien... !