completo en una dimension fisica... ?Era este su mundo, y solo los fantasmas podian existir en su interior? Pero Koru habia entrado sin impedimentos, y ella y
El corazon le dio un nervioso vuelco al pensar en ello, y bajo la mirada rapidamente hacia su propio cuerpo como si esperara verse convertida en un espectro insustancial. Fue un temor infundado, pues se sentia y parecia tan solida como siempre; pero aquello hizo que su cerebro volviera bruscamente a la actividad.
—
—Estoy de acuerdo —respondio
—Bueno, nos encontramos en el sendero por el que se marcharon el y los ninos al huir de mi. —Indigo intento formar una visera con la mano para ver mejor, pero al no existir resplandor solar que vencer nada cambio en su vision—. Tu vista es mas aguda que la mia. ?Puedes ver adonde conduce este sendero?
La loba miro con atencion a lo lejos.
—Me parece que sssi. Creo que pas... sa por entre esas dos colinas mas altas.
—?Donde estan las torres..., si es que son torres?
—Sssi; y son torres. Las distingo bastante bien.
—Entonces seguiremos el sendero.
Existia una posibilidad de que Koru y sus extranos companeros se hubieran dirigido a las torres; era logico suponer que el chiquillo pensaria que ofrecian un escondite mas seguro que las parcelas del bosque.
Se pusieron en marcha, y, cuando
—
—?No lo se! —fue la entusiasta respuesta de la loba—. ?Pero yo tambien lo noto, Indigo! ?Jamas habia corrido tan rapido! ?Esss ex... trano y maravilloso!
Extrano y maravilloso... y estimulante. De pronto Indigo empezo a reir de pura alegria. Aquella velocidad, aquella libertad... ?Que
—?Indigo! —chillo
Y, antes de que ella pudiera responder, la loba abandono el sendero y corrio al interior del bosque. El dosel de hojas se agito y regreso a su puesto y, con un coletazo de la gruesa cola, la loba desaparecio en el follaje.
—
Del interior del bosque llego una lejana llamada: —?Sssi! ?Donde? ?Encuentrame!
La risa y la falta de aliento le producian a Indigo un agudo dolor en el pecho pero la sensacion la deleito.
—?Te encontrare! —respondio a gritos—. ?No puedes esconderte de mi!
Se lanzo al interior del bosque, a una fresca y humeda penumbra en la que danzaban la luz y las sombras. Habia zarzas y matorrales por todas partes y una gruesa capa de mantillo en el suelo, pero nada dificulto su avance en busca de
Ahi estaba; ante ella se abria un claro, y en el claro se veia una figura gris.
balanceandose furiosamente, la lengua colgando y las cuatro patas listas para emprender la huida. —?Corr... rre! —grito
Fue una persecucion salvaje, enloquecida y maravillosa. Ninguna de las dos podria haber dicho cuanto duro, pero en aquellos momentos les parecio interminable; un anarquico y jubiloso juego infantil de «atrapame si puedes» a traves de verdes praderas y cortos y flexibles mantos de cesped, por entre bosquecillos y por encima de diminutos arroyos, zigzagueando a un lado y a otro. Ora era
«?Que estamos haciendo?» La comprension la golpeo con la misma fuerza que si le hubieran arrojado un cubo de agua helada al rostro, y sacudio la cabeza como si despertara de un profundo sueno. Jugaban; estaban jugando como criaturas cuando deberian estar buscando a Koru...
—?Indigo! —A menos de dos metros de distancia
—?No! —Mientras la loba tensaba los musculos para iniciar otra vez la persecucion, Indigo estiro el brazo en un gesto frenetico para impedirselo—. ?No,
La loba echo las orejas atras y luego al frente, y una expresion confusa aparecio en el brillo ansioso de sus ojos.
—?Indigo! ?Que quieres decir, que sucede?
—
El dolor del brazo habia desaparecido, pero la sensacion desencadenada seguia alli, y noto como el corazon le empezaba a latir con fuerza como si tuviera un martillo bajo las costillas—.
Subitamente, el hechizo que ya se habia roto para Indigo se rompio tambien para
—?Como sucedio? ?No lo comprendo! Hace un momento simplemente corriamos, y entonces..., y entonces...
Indigo se encontraba ya en pie y se acerco a la loba con paso no muy firme. Todavia se sentia algo aturdida, y sacudio la cabeza para intentar despejarla y eliminar un impulso residual de volver a empezar a reir desenfrenadamente.
—Yo tampoco lo comprendo. —Volvio a sentarse sobre la hierba y apreto a
no se; a lo mejor fue la velocidad a la que ibamos, la excitacion que producia... —Se habian comportado como chiquillos, corriendo y gritando y riendo... Hizo una pausa y aspiro con fuerza—. Pero ahora ya ha pasado, ha perdido su poder. ?Estas bien?
—Sssi.