– ?Pero tu ves el programa de Oprah?

– Cuando uno se pasa tanto tiempo en las habitaciones de hotel como yo, te sabes de memoria los programas de la tele.

Ella oyo la diversion en su voz.

– No te estas tomando esto en serio. Solo me utilizas para no dejar que esas mujeres tomen tu casa.

– Nunca he hablado mas en serio. Lo de hoy solo es una muestra de como seran para mi los siguientes meses a menos de que tenga al lado una prometida de verdad. La unica persona que sabra la verdad sera mi madre. -El ruido de la puerta finalmente se detuvo y el se dirigio al telefono-. Voy a llamarla ahora mismo, para estar seguro de que nos sigue la corriente.

– ?Para! No he dicho que lo fuera a hacer. -Pero queria. Oh, como queria. Tenia tan poco tiempo con el que cada segundo era precioso. Y no se formaba falsas ilusiones acerca de sus sentimientos hacia ella, asi que no estaba en peligro de confundir ilusion y realidad. Recordo la promesa que se habia hecho a si misma de dar y de no tomar, y por segunda vez en el dia, decidio abrir las alas y lanzarse en picado.

El tenia esa mirada arrogante que decia que sabia que habia ganado, y ella se recordo a si misma que se preocupaba demasiado por el para contribuir al deterioro de su caracter dejandole dictar todas las condiciones. Lo miro directamente y cruzo los brazos.

– Vale -dijo ella con voz baja y decidida-. Lo hare, pero debes prometerme que bajo ningun concepto te volveras a referir a mi como la futura Sra. de Bobby Tom, ?lo has entendido? Porque si lo vuelves a decir una sola vez, solo una, le dire personalmente a todo el mundo que nuestro compromiso es falso. Y ademas anunciare que eres… eres… -abrio y cerro la boca. Habia comenzado con fuerza, pero ahora no podia pensar nada lo suficientemente terrible como para decirlo.

– ?El asesino del hacha? -ofrecio el amablemente.

Como ella no contesto, el lo intento otra vez.

– ?Vegetariano?

Repentinamente se le ocurrio.

– ?Impotente!

El la miro como si se hubiera vuelto loca.

– ?Le vas a decir a todo el mundo que yo soy impotente?

– Solo si me vuelves a poner ese horroroso titulo.

– En serio, te aconsejo que retomes la idea del asesino del hacha. Es mas creible.

– Tu fanfarroneas mucho, Bobby Tom. Pero personalmente creo que es lo unico que sabes hacer.

Las palabras se escaparon antes de que ella tuviese tiempo de pensarlas, y no pudo creer que las hubiera dicho. Ella, una virgen de treinta anos sin ningun tipo de experiencia en flirteos, habia lanzado un reto sexual a un libertino profesional. El la miro boquiabierto, y ella se percato que finalmente lo habia dejado mudo. Aunque sus rodillas empezaban a tener una alarmante tendencia a temblar, alzo la barbilla con desden y se marcho del dormitorio.

Cuando llego al vestibulo delantero, habia comenzado a sonreir. Seguramente un enemigo como Bobby Tom no dejaria un comentario de ese tipo sin respuesta. Seguramente, ahora mismo, el planeaba una forma apropiada de vengarse.

capitulo 10

– El Sr. Sawyer la recibira ahora, Sra. Denton.

Suzy se levanto del sofa de cuero y cruzo la zona lujosamente amueblada de recepcion hacia el despacho del Director General de Tecnologias Electronicas Rosa. Entro y oyo un chasquido suave cuando la secretaria de Wayland Sawyer cerro la puerta de nogal a sus espaldas.

Way ni siquiera levanto la cabeza del escritorio. Ella no estuvo segura de si era una forma de ponerla en su lugar o si simplemente no tenia mejores modales de los que habia tenido en secundaria. Fuera la opcion que fuera, no era una buena senal. Desde el pueblo y todo el condado, habian enviado a importantes representantes a hablar con el y su respuesta nunca habia sido comprometida. Sabia que ella, como presidenta de la Junta de Educacion, era el ultimo y mas patetico escalon.

La oficina estaba decorada con un estilo biblioteca inglesa, con paredes revestidas con paneles de madera, sofas de piel color Borgona y pinturas de caza. Mientras caminaba lentamente sobre la alfombra persa, el continuo estudiando unos documentos a traves de unas gafas de media luna que se parecian mucho a las de ella; se habia visto forzada a comprarlas recientemente, despues de toda una vida de vision perfecta.

Le habia dado dos vueltas a los punos de su camisa azul, revelando unos antebrazos sorprendentemente musculosos para un hombre de cincuenta y cuatro anos. Ni la camisa, ni la corbata de rayas azul marino y rojas pulcramente anudada, ni las gafas podian ocultar el hecho de que parecia mas un hombre que trabajaba con las manos que el dueno de la empresa. Parecia una version algo mayor de Tommy Lee Jones, el actor texano que era el preferido de su club de bridge.

Intento no ponerse nerviosa ante su silencio, pero no era una de esas jovenes que se encontraban mas en su elemento en una sala de juntas que en una cocina. Cuidar de su jardin le interesaba mucho mas que competir con los hombres por el poder. Ademas estaba educada a la antigua usanza y acostumbrada a la cortesia.

– Quiza no haya venido en buen momento -dijo con suavidad.

– Enseguida estoy con usted. -Su voz sono impaciente. Sin mirarla, senalo con la cabeza una de las sillas de delante de su escritorio, como si ella fuera un perro al que dar ordenes. El ofensivo gesto la hizo darse cuenta de lo inutil de su mision. Wayland Sawyer habia sido imposible en secundaria y obviamente no habia cambiado. Sin decir una palabra, se giro y comenzo a atravesar la alfombra hacia la puerta.

– ?A donde piensa que va?

Ella se giro hacia el y dijo con suavidad:

– Obviamente no quiero hacerle perder el tiempo, Sr. Sawyer.

– Me corresponde a mi juzgarlo. -Se quito las gafas y senalo una silla-. Por favor.

La palabra fue pronunciada como una orden y Suzy no pudo recordar cuando sintio tal aversion instantanea hacia alguien; Aunque, mirandolo bien, no habia sido en ese instante. Way le llevaba dos anos, iba mas avanzado en el instituto y era el tipo de chico con el que salian solo las mas espabiladas. Aun tenia un vago recuerdo de una vez en que el estaba detras del gimnasio con un cigarrillo colgando del labio y una mirada dura como la de una cobra en los ojos. Era dificil reconciliar a ese maton con el hombre de negocios multimillonario, pero habia algo que no habia cambiado. La habia aterrorizado entonces y la aterrorizaba ahora.

Tragandose los nervios, se acerco a la silla. El la estudio abiertamente, y ella se encontro deseando haber ignorado el abrasador calor del verano y haberse vestido con un traje chaqueta en vez de con ese vestido de seda color chocolate. La prenda se ataba holgadamente de lado y caia suavemente sobre sus caderas al sentarse. Habia adornado el sencillo escote con un collar de oro con un pequeno colgante a juego con los pendientes. Las medias eran del mismo tono castano que los zapatos de diseno, que tenian pequenos adornos dorados en los tacones. El vestido habria sido ridiculamente caro, de eso estaba segura. Habia sido un regalo de cumpleanos de Bobby Tom tras haberse negado a dejar que le comprara un apartamento en Hilton Head.

– Usted dira, sra. Denton.

Sus palabras tenian un deje de burla. Ella podia tratar con los miembros mas agresivos de la junta porque los conocia de toda la vida, pero ahora, con el, estaba claramente fuera de su elemento. Queria huir, sin embargo, tenia un trabajo que hacer. Los ninos de Telarosa iban a perder mucho si ese horrible hombre se salia con la suya.

– Estoy aqui en representacion de la Junta Escolar de Telarosa, Sr. Sawyer. Quiero tener la seguridad de que ha considerado las consecuencias del cierre que Tecnologias Electronicas Rosa va a tener en los ninos de este pueblo.

Sus ojos se mostraban oscuros y frios en su cara delgada. Apoyando los codos en el escritorio, junto los dedos y la escruto sobre ellos.

– ?En calidad de que representa a la Junta?

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