– Soy la presidenta.

– Ya veo. ?Y es la misma junta que me echo de la escuela un mes antes de que pudiera graduarme?

Su pregunta la dejo estupefacta y no supo de que hablaba.

– ?Y bien, Senora Denton?

Sus ojos se habian oscurecido por la hostilidad, y ella se dio cuenta de que, por una vez, los rumores habian sido ciertos. Way Sawyer creia haber sido ofendido por Telarosa y habia regresado para vengarse. Recordo todas las viejas historias. Sabia que Way era hijo ilegitimo, algo que habia hecho de su madre, Trudy, y el unos parias. Trudy habia limpiado casas un tiempo, incluso habia trabajado para la madre de Hoyt, pero finalmente se habia convertido en prostituta.

Suzy cruzo las manos en el regazo.

– ?Tiene intencion de castigar a todos los ninos solo por algo que sucedio hace cuarenta anos?

– No hace cuarenta anos. En ese momento era demasiado nino. -Le dirigio una debil sonrisa que no llego a curvar las comisuras de su boca-. ?Piensa que estoy haciendo eso?

– Si traslada Tecnologias Electronicas Rosa, convertira Telarosa en un pueblo fantasma.

– Mi compania no es la unica fuente de ingresos. Tienen la industria turistica.

Ella observo la mueca cinica de sus labios y se tenso al darse cuenta de que la provocaba sin cesar.

– Los dos sabemos que el turismo no levantara el pueblo. Sin Tecnologias Rosa, Telarosa morira.

– Soy un hombre de negocios, no un filantropo, y mi responsabilidad es sacar el mejor provecho de la compania. Ahora mismo, trasladar todo a la planta de San Antonio es lo mas conveniente.

Controlando su colera, ella se inclino hacia adelante ligeramente.

– ?Me permitiria mostrarle las escuelas?

– ?Y que todos los ninos corran gritando despavoridos cuando me vean? Creo que paso.

La mofa de sus ojos le dijo que ser el paria del pueblo no lo molestaba en absoluto.

Ella miro hacia abajo, a sus manos entrelazadas en su regazo y luego lo miro a el.

– No hay nada que pueda hacerle cambiar de opinion, ?no es cierto?

El la miro a los ojos un largo rato. Ella oyo voces amortiguadas en el area de recepcion, el tictac suave del reloj, el sonido de su respiracion. Algo que no entendio paso por su cara y tuvo un presentimiento. Habia una tension casi imperceptible en su postura que era una amenaza para ella.

– Tal vez haya algo. -Su sillon chirrio cuando se reclino y el gesto duro e inclemente de su cara le recordo las montanas escabrosas de esa parte de Texas-. Lo podemos discutir cenando el domingo en mi casa. Enviare un coche a recogerla a las ocho.

No era una invitacion educada, sino una orden directa y expresada de la manera mas insultante. Ella queria decirle que cenaria con el demonio antes que con el, pero era mucho lo que estaba en juego, y mientras miraba esos ojos sombrios e implacables, supo que no se podia negar.

Recogiendo su bolso, se levanto.

– Muy bien -dijo ella suavemente.

El ya se habia puesto sus gafas y devuelto su atencion a los informes. Cuando dejo su oficina, el no se molesto en despedirse.

Ella todavia echaba chispas cuando llego al coche. ?Que persona tan despreciable! No tenia experiencia en tratar con gente asi. Hoyt habia sido abierto y claro, todo lo contrario a Way Sawyer. Mientras buscaba las llaves del coche, se pregunto que queria de ella.

Sabia que Luther Baines esperaba una llamada suya tan pronto como llegase a casa, y no sabia que decirle. Ciertamente no le podia contar que habia estado de acuerdo en cenar con Sawyer. No se lo podia decir a nadie, especialmente a Bobby Tom. Si alguna vez se enteraba como la habia intimidado Sawyer, se pondria furioso, y habia demasiado en juego como para que el interfiriera. No importaba cuanto la contrariara, tenia que manejar ese asunto ella sola.

*****

– Te digo que no entro, Bobby Tom.

– Ya, no vayas a dejar que esos flamencos rosas y el tractor en un jardin de flores te echen para atras, Gracie. Realmente Shirley es muy buena peluquera.

Bobby Tom abrio la puerta del Hollywood Hair de Shirley, que estaba ubicada en el garaje de una pequena casa de dos pisos, en una polvorienta calle residencial. Como el no tenia que estar en el rodaje hasta el mediodia, habia aprovechado la manana para empezar a “arreglarla”. El le dio un codazo para empujarla dentro del salon de belleza, e inmediatamente, se le puso la piel de gallina en los brazos. Como en cualquier lugar publico de Texas, la peluqueria tenia el aire acondicionado a la temperatura de un congelador.

Tres de las paredes estaban pintada en un tono de rosa igual al de las pastillas antiacido Pepto-Bismol, mientras que la cuarta era negra y estaba cubierta con espejos con marcos dorados. Habia dos peluqueras en el salon: una era una morena muy arreglada con un vestido de premama azul claro, la otra era una rubia explosiva vestida de sport con uno de los peinados mas pronunciados que habia visto en su vida. Sus voluminosos muslos estaban embutidos en unos pantalones elasticos purpura y una camiseta rosa muy cenida a un par de pechos enormes. En la camiseta se leia: DIOS, REZO POR QUE SEAN INTELIGENTES.

Gracie rezo por que Shirley, que era quien se suponia que le arreglaria el pelo, fuera la morena, pero Bobby Tom ya caminaba hacia la otra peluquera.

– Hola, muneca.

La mujer levanto el enorme monticulo de su pelo negro hacia el y dijo con una voz gutural:

– Bobby Tom, guapisimo hijo de puta, ya era hora de que vinieras a verme.

El planto un beso en su mejilla cubierta con un monton de colorete. Ella golpeo su trasero con la mano libre.

– Todavia estas en buena forma.

– Viniendo de una experta como tu, lo considero el mejor de los cumplidos. -El sonrio a la otra peluquera y a su cliente, luego saludo a las dos mujeres que curioseaban desde los cascos de los secadores-. Velma. Sra. Carison. ?Como ‘stan senoras?

Ambas rieron tontamente. Bobby Tom paso el brazo alrededor de los hombros de Gracie y le hizo dar un paso adelante.

– Atencion a todas, esta es Gracie Snow.

Shirley la miro con manifiesta curiosidad.

– Hemos oido muchas cosas sobre ti. Asi que tu eres la futura Sra. de Bobby Tom.

El rapidamente se adelanto.

– Gracie es algo feminista, Shirley, no le gusta nada que la llamen asi. Para ser honestos, le pondra un guion al apellido.

– ?En serio?

Bobby Tom se encogio de hombros con las palmas de las manos extendidas, como el ultimo hombre cuerdo en un mundo loco.

Shirley se giro hacia Gracie, y arqueo sus cejas pintadas.

– No hagas eso, carino. Gracie Snow-Denton suena francamente peculiar. Como si tuvieras algun castillo en alguna parte de Inglaterra.

– O una nota de un mapa meteorologico -sugirio Bobby Tom. Gracie abrio la boca para explicar que ella no tenia intencion de unir con guion su apellido, pero entonces la cerro mientras veia la trampa que el le habia puesto. Chispas diabolicamentes plateadas bailaban en sus ojos y ella reprimio firmemente una sonrisa. ?Era ella la unica persona de la tierra que le veia las intenciones?

Shirley reanudo lo que estaba haciendo en la cabeza que tenia delante, al tiempo que estudiaba a Gracie por el espejo.

– He oido que no dejas que se arregle, Bobby Tom, pero nunca hubiera pensado que habias llegado hasta tal punto. ?Que se supone que tengo que hacer con ella?

– Lo dejare en tus manos. La belleza de Gracie es del tipo gata salvaje, asi que no seas demasiado

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