que deberia estar avergonzada y fuera de lugar, parecia estar pasando un buen rato.

Recordo el problema de Gracie con la frustracion sexual y la miro frunciendo el ceno. ?Que pasaria si ella no podia controlar esas hormonas suyas y aprovechaba que ahora captaba algo de atencion masculina? La idea lo irrito endiabladamente. No la podia culpar de querer algo tan natural, pero sin duda no lo iba a hacer mientras estuviera comprometida con el. No habia manera de esconder una cosa asi en Telarosa, y no queria ni pensar lo que dirian si una mujer como Gracie Snow lo enganara.

El reprimio un gemido cuando Connie Cameron se paro a su lado.

– Hola, B.T., ?quieres bailar otra vez?

Ella apoyo su brazo sobre su camisa de seda de color lavanda que llevaba con los vaqueros y el stetson gris, luego rozo sus pechos contra el. Desafortunadamente, sus mutuos compromisos no la habian hecho cesar en sus insinuaciones.

– Me encantaria, Connie, pero lo cierto es que Gracie se pone realmente irascible si bailo mas de una vez con una mujer hermosa, asi que tendre que fastidiarme.

Ella desenredo varios mechones de pelo oscuro que se habian enredado en uno de sus pendientes plateados.

– Nunca pense que veria el dia que dejaras que una mujer te impidiera bailar.

– Ni yo tampoco, pero eso fue antes de conocer a Gracie.

– Si te preocupa lo que pueda pensar Jim, que sepas que esta de guardia esta noche. Nunca sabra que hemos estado bailando. -Ella enfatizo la ultima palabra con un mohin de su boca para que el supiera que bailar no era todo lo que le estaba ofreciendo.

Bobby Tom imagino que Jimbo controlaria a Connie, pero eso era dificil cuando no estaba. Y ahora, simplemente, encontraba dificil ocultar su impaciencia cuando tenia a su alrededor mujeres como ella.

– No me preocupa Jimbo. Me preocupa Gracie. Es muy sensible.

Connie miro a los bailarines y la miro criticamente.

– Gracie se ve mejor desde que la dejas arreglarse. Pero aun asi, ella no parece tu tipo. Siempre pensamos que te casarias con una modelo o una actriz.

– No hay manera de forzar al corazon.

– Supongo. ?Te importaria hacerme un favor, B.T.?

Le invadio una sensacion de cansancio. Mas favores. Se pasaba en el rodaje unas doce horas diarias, y los ultimos dias habian sido pesimos. Normalmente, disfrutaba de las escenas de accion, pero no cuando implicaban dar una paliza a una mujer. Habia temido la escena de la pelea con Natalie que tenia lugar al principio de la pelicula, y habia sido tan poco convincente que habian tenido que sustituirla por un hombre pequeno.

Cuando no estaba en el rodaje, habia incesantes llamadas telefonicas, visitas, y vendedores. Con todo eso, no habia dormido mas de cuatro horas al dia durante la ultima semana. La noche anterior, despues del trabajo, habia volado hasta Corpus para asistir a una cena de caridad y anteanoche, habia ido a la radio para promocionar el Festival de Heaven; pero el unico acto de caridad que habia disfrutado era visitar a los ninos del ala de pediatria del hospital del condado.

– ?Que necesitas?

– ?Puedes pasar por mi casa alguna tarde y darme un par de autografos para mis sobrinos?

– Encantado. -Se pasaria. Con Gracie de la mano.

La cancion terminaba y el se excuso para poder rescatar a Gracie de Johnny Pettibone. Len Brown logro llegar primero, pero eso no lo disuadio.

– Hola, muchachos. ?Creeis que puedo permitirme un baile con mi amorcito?

– Bueno, pues claro, Bobby Tom. -La renuencia de la voz de Len le molesto. Gracie, mientras tanto, le estaba dirigiendo una mirada que indicaba que pensaba matarlo por el uso de la palabra “amorcito”. El haber logrado irritarla le levanto el animo.

Los dos habian estado tan ocupados esas ultimas semanas que no habian pasado demasiado tiempo juntos, por eso habia insistido en llevarla esa noche a Wagon Wheel; nadie se iba a creer que estaban comprometidos si no los veian juntos en publico alguna vez. Ella era tan malditamente eficiente que no se le ocurrian suficientes cosas para mantenerla ocupada. Como odiaba estar ociosa, se habia ofrecido para hacer todo tipo de recados y como ninera de Natalie la mayor parte del tiempo.

El miro su rostro excitado y no pudo evitar sonreir. Ella tenia la piel mas bonita que habia visto nunca y tambien le gustaban sus ojos. Habia algo en la manera en que chispeaban que siempre parecia ponerle de mejor humor.

– Ha comenzado un nuevo baile en linea, Gracie. Vamos a intentarlo.

Ella miro dubitativamente a los bailarines, que realizaban una serie de pasos rapidos e intrincados.

– No llegue a pillar los pasos del ultimo baile. Tal vez deberiamos sentarnos.

– ?Y perdernos la diversion? -Atrayendola hacia si, estudio a los bailarines. La pauta era complicada, pero el habia desarrollado su carrera contando pasos y girando en el momento correcto y no le llevo mas de treinta segundos pillarla. Gracie, por su parte, tenia sus problemas para hacerlo.

A mitad de la cancion, ella aun no habia conseguido llevar el ritmo que todos los demas. El sabia que habia sido realmente malo al no sacarla de alli cuando vio que ella no lo cogia, pero su yo mas inmaduro habia querido recordar a Gracie que ese era su territorio no el de ella y que no deberia coquetear con tios con los que no estaba comprometida. Su atisbo de culpabilidad se convirtio en irritacion mientras observaba los movimientos de su pelo y su risa ante los errores que cometia, como si no le importara lo mas minimo ser la peor bailarina del lugar.

Mechones humedos y cobrizos se pegaban a sus mejillas y nuca. Cuando se giro hacia el, vio que el boton superior del chaleco se habia abierto, revelando la parte superior de las curvas de sus pequenos pechos. Un boton mas y los mostraria por completo. La idea lo lleno de indignacion. Era una chica de catequesis, por el amor de Dios. ?Deberia contenerse!

Estaba demasiado ocupada flirteando con todo lo que llevara pantalones como para advertir su irritacion, la cual aumentaba a cada momento al oir que personas que no sabia que la conocian la saludaban con familiaridad.

– Venga Gracie. ?Tu puedes!

– ?Asi, Gracie!

Desde el lado opuesto, un universitario musculoso que ya se habia ganado la desaprobacion de Bobby Tom al llevar una camiseta de Baylor, se acerco. Cuando el chico cogio a Gracie por las caderas y la giro en la direccion correcta, Bobby Tom entrecerro los ojos.

Ella se rio y sacudio sus rizos.

– ?Nunca lo conseguire!

– Te aseguro que lo haras. -El universitario subio el botellin de cerveza a sus labios.

Ella tomo un sorbo y tosio. El chico se rio y comenzo a darle otro sorbo, pero Bobby Tom no tenia intencion de presenciar como se emborrachaba otra vez ante sus ojos. Pasando el brazo alrededor de sus hombros, miro al chico fijamente a los ojos y la separo de el.

El joven se sonrojo.

– Lo siento, Sr. Denton.

?Senor Denton! ?Lo habia llamado asi! Agarrando la muneca de Gracie tiro de ella hacia la salida del fondo.

Ella se tropezo ligeramente.

– ?Que pasa? ?A donde vamos?

– Estoy mareado. Necesito aire fresco.

El presiono la barra de la puerta trasera con la palma de su mano y empujo a Gracie innecesariamente detras del edificio, hacia la zona donde estacionaban los empleados. Habia un maltratado contenedor verde detras de la heterogenea coleccion de vehiculos y un cobertizo de bloques de hormigon.

No olia a nada exotico, solo a patatas fritas y polvo, pero Gracie suspiro contenta como si fuese aire limpio.

– Muchas gracias por traerme. Nunca me lo habia pasado tan bien. Todos son maravillosos.

Sonaba mareada y sus ojos centelleaban como luces de navidad. Se la veia tan bonita que era dificil para el recordar que ella no era asi. El aparato de aire acondicionado zumbaba ruidosamente, pero no llegaba a ahogar por completo la musica del interior. Ella aparto un mechon de pelo de su mejilla, y luego, apoyando las manos en la

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