– Curiosidad profesional. Cuando pasaba por delante, vi una grieta peligrosa en las escaleras. Naturalmente, tuve que entrar para avisarles y mientras estaba alli, descubri que sus instalaciones recreativas son malisimas. No estoy demasiado contenta con el administrador. -No vio necesidad de contarle que recientemente habia tomado la costumbre de pasar tiempo con algunos residentes en cuanto tenia la oportunidad y esperaba hablar con el administrador en breve.

– Bueno, pues yo no me lo paso tan bien como tu. Me tengo que aprender el guion de la proxima escena y me gustaria que me ayudaras un poco.

– ?Pero no gimes y gimes?

– No es divertido. -Empezo a caminar de un lado a otro por el estrecho espacio de la caravana-. Por si no te has dado cuenta, Gracie, no todo en la vida es un gran chiste.

?Estaba Bobby Tom Denton, el hombre que nunca se tomaba nada en serio, diciendole que no se debian gastar bromas? Ella reprimio su diversion mientras un interesante pensamiento la golpeaba.

– ?Bobby Tom, estas nervioso por tener que rodar esa escena de amor?

El se detuvo.

– ?Nervioso? ?Yo? Es mejor que te acerques y me dejes oler tu aliento, porque pienso seriamente que le has vuelto a dar al vino otra vez. -Se paso los dedos por el pelo-. Deberias saber que hay mas escenas de amor en mi vida que las que la mayoria de los hombres tienen en suenos.

– No detras de la camara. Y no con un monton de gente mirando. -Ella hizo una pausa mientras un pensamiento preocupante la golpeaba-. ?O si?

– ?Claro que no! Bueno, no exactamente. ?No como estas pensando! La cosa es que aunque hago esta pelicula estupida, no tengo intencion de parecer un idiota. -Abrio el guion-. Aqui, al principio, “estos musculos deberian venir con licencia”. -La miro con un oscuro semblante cenudo-. Y no quiero un comentario sarcastico sobre el dialogo, ?entendido?

Ella reprimio firmemente una sonrisa. El estaba realmente molesto por el asunto de la escena de amor. Mientras se apoyaba contra el pequeno mostrador de la cocina, se sintio mucho mejor que momentos antes.

Despues de encontrar la frase en el guion, dijo la primera linea de la mejor manera posible.

– Estos musculos deberian venir con licencia.

– ?Que te pasa en la voz?

– Nada. Estoy actuando.

El puso los ojos en blanco.

– Solo di la estupida frase.

– No es necesariamente estupida. Alguien la podria encontrar provocativa.

– Es estupida, y los dos lo sabemos. Ahora, sigue.

Ella se aclaro la voz.

– Estos musculos deberian venir con licencia.

– No tienes que leerlo como si estuvieras en coma.

– No sabes la siguiente linea, ?verdad? Por eso me criticas.

– Estoy pensando.

– En vez de criticarme a mi, por que no reconoces que te has olvidado la respuesta y me dices: “Gracie, carinooo, me parece que olvide mi dialogo. ?Por que no me diiiices como empiiiieza?”

La imitacion de su acento arrastrado lo hizo reirse. Se tumbo desgarbadamente sobre el sofa. Era demasiado pequeno para sus piernas largas, y apoyo sus pies, cubiertos por un par de gruesos calcetines blancos, contra la pared.

– Lo siento, Gracie. Tienes razon. Dime como empieza.

– Dices: “Y tu deberias…

– Ya me acuerdo: “ Y tu deberias venir con una advertencia, querida”. Joder, eso es todavia mas estupido. No es extrano que no la pueda recordar.

– Pues no es tan mala como la siguiente: “Por que no me registras y miras si la tengo.” -Ella miro el guion con preocupacion-. Tienes razon, Bobby Tom. Esto es realmente estupido. No creo que al guionista le gusten mas las escenas de amor que a ti. El resto del guion es por el estilo.

– Ya te lo dije. -El se incorporo en el sofa-. Me dan ganas de tener una de esas pataletas en plan estrella que se lee en People. Necesitamos que se reescriba.

– En realidad, no hay tiempo para eso. -Ella miro otra vez el guion-. Sabes, esto podria funcionar si los dos lo decis con naturalidad. Solo con una sonrisa. Los dos sabeis que es estupido. Una especie de broma sexual, nada mas.

– A ver -Tendio la mano para que se lo pasara. Ella se lo dio y el lo estudio-. Puede que tengas razon. Hablare con Natalie sobre ello. Cuando no tiene delante ese bebe, alguna que otra vez muestra algunos atisbos de sentido comun.

Pasaron los diez minutos siguientes estudiando el guion. En cuanto Bobby Tom decidia hacer algo, lo hacia bien. Resulto tener una memoria rapida y cuando lo llamaron al escenario, lo sabia sin fallos.

– Te vienes conmigo, Gracie.

– Me temo que no puedo. Tengo que hacer demasiadas cosas. -Si bien Bobby Tom no sentia nada por Natalie, era un hombre saludable y viril, e inevitablemente, iba a disfrutar de todo ese contacto fisico. Ella no queria verlo. ?Que mujer en sus cabales observaria deliberadamente al hombre que amaba hacer el amor con otra mujer, especialmente una tan bella como Natalie Brooks?

– Todo lo demas tendra que esperar. Te quiero conmigo alli mismo, en el canon. -Se puso un par de botas de cuero.

– Molestare. Sera lo unico que haga.

– Es una orden, Gracie. De tu jefe. -Agarro rapidamente el guion y su brazo y la empujo a la puerta. Pero cuando iba a agarrar el picaporte, se paro repentinamente. Girandose, la comenzo a estudiar de una manera que hizo que punzadas de excitacion recorrieran su piel.

– Gracie, carino, si no te importa, me gustaria que me dieras tus bragas antes de irnos.

– ?Que!

– Creo que lo dije bien claro.

Su pulso acelero a toda velocidad ante el sonido de esa ronca voz arrastrada.

– ?No puedo salir sin bragas!

– ?Por que no?

– Porque… porque estaria afuera, y estaria…

– Estarias desnuda bajo esa linda faldita tuya, pero mientras aparentas ser una dama delante de todo el mundo, yo lo sabria.

Otra vez, la recorrio con la mirada, haciendo que su piel se volviera humeda y caliente. El no entendia que ella no era el tipo de mujer que se paseaba sin ropa interior, ni siquiera en su version “arreglada”.

Ante su vacilacion, el suspiro pacientemente con exageracion, de la manera que lo hacia cuando queria manipular a alguien.

– No me puedo creer que discutamos por esto. Aparentemente todas esas distracciones de estas dos semanas han hecho que olvides nuestro trato. Tu y yo sabemos lo que hay debajo de la falda. -Otro suspiro-. Nunca pense que tendria que darte a ti, una catequista, un sermon sobre etica.

Ocultando el deseo con una risa nerviosa, que solo lo animaria a ser todavia mas escandaloso, intento sonar razonable.

– Las catequistas no se pasean sin ropa interior.

– Indicame la parte de la Biblia donde pone eso.

Esta vez ella se rio.

– Estoy perdiendo la paciencia, querida. -Las chispas en aquellos ojos azul oscuro, la dejaron sin aliento. - Damelas, querida. O te las quitare.

Oh, Senor, esa voz arrastrada y ardiente. Reptaba por su cuerpo como una caricia intima, y ella tuvo un momento de pura temeridad. Toda una vida de moderacion, donde habia sido la vieja Gracie Snow, volo ante sus ojos. Ahora, era una mujer salvaje.

Con la piel ardiendo, le dio la espalda, metio las manos bajo su falda, y bajo unas braguitas amarillo dorado.

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