Bobby Tom se rio entre dientes y las tomo de sus manos.
– Gracias, querida. Creo que me inspiraran.
Las metio hasta el fondo del bolsillo de sus vaqueros; eran tan diminutas que no dejaron ni el mas minimo bulto.
– Estos musculos deberian venir con licencia.
– Y tu deberias venir con una advertencia, querida.
– Por que no me registras y miras si la tengo.
Natalie y Bobby Tom sonrieron mientras decian el estupido dialogo, haciendolo sonar provocativo, pero sin empalagar. Estaban encima de la manta que Gracie habia ido a recoger horas antes, que estaba extendida en un claro del bosque lleno de hierba y sombreado por sicomoros y robles.
– Es exactamente lo que voy a hacer. -Bobby Tom siguio sonriendo mientras abrazaba con fuerza a Natalie y deshacia el nudo que cerraba su blusa campesina.
?Y por que estaba sonriendo?, penso Gracie, apartando la vista de la tela que caia dejando al descubierto el cremoso hombro de Natalie. Realmente era un maestro en convertir el sexo en un jueguecito divertido.
La calida brisa se colo bajo su falda, acariciando su trasero desnudo. Dejando hipersensible su piel. Estaba excitada por su desnudez y asustada de que una repentina racha de viento levantara la parte delantera de su falda y mostrara su secreto al mundo. Todo era culpa de Bobby Tom. Ya era bastante malo haberla convencido de salir casi desnuda, pero mientras el y Natalie rodaban, el habia agravado su pecado mirandola y tocando deliberadamente el bolsillo de sus vaqueros, recordandole lo que alli habia. Nunca habia compartido un secreto sexual con un hombre, y la hacia sentirse mareada y febril.
Los arboles susurraban por encima de ella, y el aire en el canon llevaba un leve aroma a cedro. El dialogo continuo hasta que se interrumpio por el suave sonido de un beso. A pesar de su intencion de comportarse profesionalmente, no se resignaba a mirar. Queria ser la mujer que estuviera en sus brazos sobre la manta. A solas con el, solo los dos. Desnudos.
– ?Oh, mierda!
La exclamacion de Natalie interrumpio su ensueno.
– ?Corten! -grito el director-. ?Que sucede? -Gracie miro al mismo tiempo a Bobby Tom y a su bella acompanante-. ?Te duele algo, Natalie?
– Me subio la leche. Dios mio, lo siento muchisimo. Estoy empapada. Necesito una blusa nueva.
Bobby Tom se puso de pie tan rapidamente como si hubiera estado expuesto a una enfermedad mortal.
– Diez minutos, para todos -anuncio el director-. Los de guardarropa, otra blusa para la senorita Brooks. Y sera mejor que traigais otra tambien para el Sr. Denton.
Bobby Tom se quedo helado.
Bajo la cabeza.
Una expresion de absoluto horror aparecio en su rostro cuando vio dos circulos humedos en la parte delantera de su camisa.
Una risita se escabullo por los labios de Gracie. Ella penso que nunca habia visto a nadie desabotonar una prenda tan rapidamente. Se la paso al ayudante de guardaropa e inmediatamente se acerco a Gracie.
– Vamos.
Con los ojos entrecerrados y la mandibula fuertemente apretada, la guio a traves de los arboles sobre el terreno rocoso, caminando tan rapido que ella tropezo. El tiro de ella, pero no aflojo el paso. Solo cuando estaban fuera de la vista de los demas, se paro y se apoyo contra el tronco de un nogal.
– Esto es la peor experiencia de mi vida. No puedo hacerlo, Gracie. Antes me comeria una rata que ir alli para quitarle la blusa a esa mujer. No puedo hacer el amor con una madre que esta dando de mamar.
El parecia tan apesadumbrado que Gracie no pudo evitar sentir simpatia por el, si bien iba contra sus sentimientos mas feministas. Intento usar su tono mas razonable, algo verdaderamente dificil cuando estaba tan cerca de el.
– La funcion del pecho de una mujer es alimentar a los bebes, Bobby Tom. No dice nada bueno de ti que lo encuentres tan ofensivo.
– No es que lo encuentre ofensivo. Es solo que no permite que me olvide de que estoy besando a la esposa de otro. Hacer el amor con Natalie Brooks es algo imposible. En contra de lo que puedas haber oido, no me lio con mujeres casadas.
– No, supongo que no. A tu peculiar manera, machista, tienes sentido del honor.
Algunos hombres habrian visto que era un cumplido un tanto dudoso, pero Bobby Tom parecio complacido.
– Gracias.
Se miraron el uno al otro durante un buen rato. Cuando el hablo, su voz sono ronca.
– Me temo que vas a tener que ponerme de mejor humor para que haya alguna oportunidad de que el trabajo de hoy sea decente.
– ?Ponerte de mejor humor?
La atrajo hacia su pecho y presiono su boca sobre la de ella como si quisiera devorarla. Su respuesta fue inmediata. Las llamas recorrieron su sangre a toda velocidad y ella respondio a su pasion con la suya. Su boca estaba abierta, su lengua era agresiva. Hundio los dedos en su pelo grueso mientras el metia la mano bajo la falda. Sus grandes manos ahuecaron su trasero y la levanto del suelo. Ella lo rodeo con las piernas y sintio la ruda abrasion de la tela de los vaqueros contra la sensible piel del interior de sus muslos. El se giro de tal modo que la espalda de Gracie se apretara contra el tronco del arbol. Ella sintio su deseo, grueso y duro, contra si y una parte suya, muy lasciva, quiso desgarrar la cremallera de sus vaqueros para que no hubiera ninguna barrera entre ellos.
Los anos de privacion la llevaron mas alla de los limites del control. Hambrienta, gimio y le apreto mas entre sus muslos.
Ella oyo una suave maldicion. El suavizo el agarre de su culo y la bajo hasta que sus pies tocaron el suelo.
– Lo siento, carino. Me sigo olvidando de cuanto te excitas. No deberia haber comenzado esto.
Ella se apoyo contra el. El la cogio por la nuca y la atrajo contra su pecho desnudo. El olia a jabon, a limpio y a verano. Ella apreto sus ojos cerrados, deseando haber manifestado mas control.
– Dame mis bragas, por favor.
Ella temio que se negara, pero aparentemente el comprendio que ya se habia divertido bastante. La solto para meter la mano en el bolsillo. Ella fijo los ojos en su pecho cuando le entrego el naylon amarillo dorado. Cuando el hablo, no habia ni rastro de risa en su voz y tenia el filo acerado de la determinacion.
– Manana por la noche nadie detendra lo que hemos empezado.
Antes de que ella pudiera contestar, el se dio la vuelta y se marcho.
A ella le llevo varios minutos arreglarse; a reganadientes regreso al lugar donde rodaban la pelicula. Natalie se habia vestido con una blusa limpia, y mecia a Elvis entre sus brazos mientras cantaba una cancion. Bobby Tom, todavia con el pecho desnudo, permanecia de pie entre ella y el director, que parecia darles los ultimos consejos. El director se dio la vuelta para hablar con un camara y uno de los maquilladores abordo a Natalie con un bote de laca.
Natalie lo detuvo con la mano.
– Un momento. No quiero que Elvis respire eso. ?Puedes cogerlo, Bobby Tom? -Sin esperar su consentimiento, metio con fuerza el bebe entre sus brazos y se alejo unos pasos para que le rociaran el pelo.
Bobby Tom arqueo las cejas con alarma. Al mismo tiempo, su cuerpo reacciono con el instinto de un receptor profesional y automaticamente acerco el bebe a su pecho.
Elvis emitio un gorgoteo feliz. Rozando con familiaridad la piel con la mejilla, instintivamente movio la cabeza buscando sobre el bien formado musculo pectoral desnudo de Bobby Tom y abrio su avida boquita.
Bobby Tom le dirigio una severa mirada.
– Ni lo suenes, colega.
Elvis rio entrecortadamente y se chupo los dedos.