– Me gusta Natalie.
– Esta bien, supongo. Pero no es mi tipo.
– Quiza sea porque es una mujer y no una chica.
Su expresion se volvio beligerante.
– ?Y eso que se supone que significa?
Su crispacion la molesto.
– El hecho indiscutible es que no tienes el mejor de los gustos en lo que a mujeres se refiere.
– Eso es mentira.
– ?Alguna vez has salido con una mujer que tenga mas coeficiente intelectual que talla de sujetador?
Los ojos de Bobby Tom bajaron hasta sus pechos.
– Puede que algo mas grande.
Ella pudo sentir como sus pezones se tensaban.
– Yo no cuento. Oficialmente no estamos saliendo.
– Te olvidas de mi relacion con Gloria Steinem.
– ?Jamas has salido con Gloria Steinem!
– Eso tu no lo sabes. Y el hecho de que estemos comprometidos no te da derecho a decir que tipo de mujeres me atraen.
El contestaba con evasivas. Rozo su pantorrilla desnuda con su pierna, y a Gracie se le puso la piel de gallina. Ya que no iba a llegar mas lejos por ese camino, opto por atacar desde otro frente.
– Parece que tienes cabeza para los negocios. Quiza serias mas feliz dedicandote a eso en vez de actuar. No sabia que habias emprendido varios negocios con exito. Jack Aikens me ha dicho que naciste con una especie de don.
– Nunca me costo ganar dinero.
Ella nunca habia oido menos entusiasmo, y mientras tiraba otra patata frita bajo las gradas, intento descubrir por que. Bobby Tom era inteligente, guapo, encantador y parecia poder realizar con exito cualquier cosa que se le pasara por la cabeza. Excepto lo unico que queria, jugar al futbol. Le vino el pensamiento que desde que lo conocia, nunca lo habia oido quejarse de la manera brutal en que habia acabado su carrera. No era quejica por naturaleza, pero sospechaba que se sentiria mejor si pudiera desahogarse.
– Parece que te guardas demasiado las cosas. ?No seria mejor que hablases de lo que te sucedio?
– No me psicoanalices, Gracie.
– No lo pretendo, pero terminar tu carrera tan repentinamente ha debido de ser muy duro para ti.
– Si estas esperando que comience a quejarme porque ya no puedo jugar, ya puedes olvidarte. Tengo mas de lo que la mayor parte del mundo podria sonar y la autocompasion no entra en mi lista de virtudes.
– Nunca he conocido a alguien menos propenso a la autocompasion que tu, pero tu vida siempre ha girado entorno al futbol. Es natural que tengas un sentimiento de perdida. Realmente tienes derecho a estar amargado por lo que sucedio con tu carrera.
– Diselo a alguien que no tenga trabajo, o que no tenga hogar. Te apuesto algo que se cambian por mi sin dudar.
– Si sigues esa logica, entonces nadie que tenga comida y casa deberia sentirse infeliz por nada. Pero la vida es algo mas que eso.
El se paso una servilleta por los labios, rozando su pecho con el codo al hacerlo y provocando una reaccion en cadena de sensaciones en su interior.
– Gracie, no te ofendas, pero vas camino de matarme de aburrimiento con este tema.
Ella le lanzo una mirada de reojo, tratando de saber si la caricia habia sido deliberada o no, pero no le dio ninguna pista.
El estiro la pierna para meter la mano en el bolsillo de sus vaqueros, y la tela se tenso sobre sus caderas. Sintio el pulso latiendo en la garganta.
– Me has entretenido tanto que casi olvidaba algo que queria hacer esta noche. -Saco algo en el puno cerrado-. Para reconstruir desde el principio tu relacion con el otro sexo, tendriamos que empezar por jugar a los medicos detras del garaje, pero crei que era mejor que nos saltasemos esa parte y empezaramos por secundaria que es cuando las cosas se ponen mas interesantes. Sherri Hopper nunca me devolvio mi anillo de secundaria tras terminar nuestra relacion, asi que tendremos que arreglarnos con esto. -Abrio su mano.
En la palma reposaba el anillo mas grande que habia visto nunca. Rodeadas de llamativos diamantes blancos y amarillos, brillaban tres estrella azules. El anillo estaba ensartado en una pesada cadena de oro que el paso por su cabeza.
El anillo cayo con un ruido sordo entre sus pechos. Ella lo cogio, y bizqueo ligeramente al mirar hacia abajo.
– ?Bobby Tom, este es tu anillo de la Super Bowl!
– Buddy Baines me lo devolvio hace un par de dias.
– ?No puedo llevar tu anillo de la Super Bowl!
– No veo porque. Uno de los dos tiene que hacerlo.
– Pero…
– La gente del pueblo va a sospechar si no tienes un anillo. Asi todos lo veran. Aunque vete con tiempo cuando bajes al pueblo. Todos se lo van a querrer probar.
?Cuantos golpes habia recibido para ganarlo? ?Cuantos huesos se habria roto o cuantos tirones musculares habria resistido? A los treinta, finalmente llevaba el anillo de un hombre. Y menudo anillo.
Como se recordo a si misma solo lo tenia por ahora. Recordo las sensaciones que habia experimentado de adolescente, cuando las chicas de su clase llevaban colgando de una cadena el anillo de un chico. Cuanto habia deseado uno.
Lucho por contener la emocion. Esto solo era una farsa y no debia de dejar que significara tanto para ella.
– Gracias, Bobby Tom.
– Por lo general, en un momento como este, un chico y una chica sellarian el acontecimiento con un beso, pero, hablando con franqueza, te excitas demasiado rapido como para hacerlo en publico, asi que lo pospondremos hasta que tengamos un poco mas de privacidad.
Ella lo apreto firmemente en la palma de su mano.
– ?Fuiste dando tu anillo de secundaria sin ton ni son?
– Solo dos veces. Creo que ya mencione a Sherri Hopper, pero Terry Jo Driscoll fue la primera chica que ame. Ahora es Terry Jo Baines. Por cierto estas a punto de conocerla; le dije que tratariamos de pasar por su casa esta noche. Su marido, Buddy, era mi mejor amigo en secundaria, y Terry Jo se pondra realmente pesada si no te conoce de una vez. Por supuesto, si tienes algun motivo para no querer ir… -la miro de reojo-…podemos posponer la visita hasta manana.
– ?Esta noche es perfecto! -Tenia la garganta seca y la voz sono aguda. ?Por que el estaba prolongando su agonia de esa manera? Tal vez habia cambiado de idea y no queria hacer el amor con ella. Quiza solo trataba evadirse de ella.
Su brazo rozo la piel desnuda justo encima de su cintura cuando se estiro hacia la bolsa que habia habia dejado sobre el asiento detras de ella. Ella dio un salto.
La miro, sus ojos azules eran inocentes como los de un bebe.
– Te ayudare a recoger esto.
Sonriendo con picardia, el empezo a recoger los restos de su cena y a meterlos en la bolsa, tocandola aqui y alli durante todo el proceso hasta que ella tuvo toda la piel de gallina. Se dio cuenta de que el sabia exactamente lo que estaba haciendo. Deliberadamente la estaba llevando a la locura.
Diez minutos mas tarde, estaban siendo conducidos a la desordenada sala de estar de una pequena casa de una planta por una mujer gordita, pero aun guapa, con la cara lavada y el pelo rubio tenido, que vestia una malla roja, un top blanco y un par de sandalias gastadas. Parecia alguien que habia sido golpeada por la vida pero que no habia permitido que eso la afectara, ademas su afecto por Bobby Tom era tan transparente y honesto que a Gracie le gusto de inmediato.
– Ya era hora de que Bobby Tom te trajera a conocernos. -Terry Jo apreto la mano de Gracie-. Joder, todos los del pueblo se quedaron muertos cuando oyeron que finalmente lo habian cazado. ?Jo-leen! ?Te he oido, deja los