– Gracias. Excepto que cuando Meg me puso el mote yo era un bebe, y se referia a los hoyuelos que tenia en el trasero. Menos mal que termine teniendo hoyuelos en la cara y no tengo que pasarme la vida explicando por que me llamaba asi.

Evan se rio.

– ?Y como la llamas tu a ella?

– La reina de las Relaciones Publicas Debe de tener el record mundial en asistencia a los bailes del colegio - bebio otro sorbo de cafe-. Cuando eramos pequenas, yo habria dado cualquier cosa por parecerme a ella. Por ser como ella. Pero ahora… Ahora no me cambiaria por ella por nada del mundo.

– ?Por que?

Lacey dudo un instante y contesto:

– Lleva seis anos casada y no le va muy bien. Por desgracia, Dan, el marido de Meg, es la copia exacta de nuestro padre. Un hombre con exito profesional pero emocionalmente inservible. Tienen una casa preciosa, dos hijos estupendos, todas las cosas que quieren, pero para Dan, su prioridad siempre ha sido su carrera profesional. Meg y los ninos siempre quedaron en segundo plano.

– Es una lastima.

– Lo es. Hace tres anos se separaron, pero despues de ir a terapia de pareja se reconciliaron. Sin embargo, nada ha cambiado. Yo comprendo que ella no quiera romper el matrimonio, pero a pesar de todas las cosas que tiene… Esta sola. Igual que lo estuvo nuestra madre.

– ?Tus padres se divorciaron?

Ella nego con la cabeza.

– Mi padre murio cuando yo estaba en el instituto. Yo habia vivido con el durante toda mi vida y apenas lo conocia. Siempre estaba trabajando o en viajes de negocios, siempre demasiado ocupado para jugar, para ir al centro comercial o para asistir a los eventos del colegio. Nunca tenia tiempo para disfrutar de la vida, de su esposa o de sus hijas. Para ser un hombre que ansiaba tanto el exito, no era capaz de darse cuenta de que fallaba en las cosas mas importantes. Su familia. Su matrimonio.

Ella se miro las manos, y cuando el siguio su mirada, se percato de que tenia los dedos entrelazados con fuerza.

Evan estiro la mano y cubrio las de ella.

– Lo siento, Lacey -dijo el-. Se lo mucho que se sufre al perder a un progenitor. Yo perdi a mi madre hace cinco anos. De cancer.

Ella lo miro con empatia. Y con algo mas. Con sorpresa y confusion, como si fuera la primera vez que lo veia en su vida, de la misma manera que el sabia que la habia mirado momentos antes.

– Lo siento mucho, Evan.

– Yo tambien. Era una mujer estupenda y una madre magnifica. Como tu, yo no fui muy popular en el colegio. Era el nino regordete que siempre obtenia las peores marcas en la clase de deporte y del que todos se reian.

– Bromeas -dijo ella, y arqueo las cejas.

– No. Segui intentandolo con el deporte, pero no sirvio de nada. Aun asi, mi madre siempre me animo, incluso cuando meti el gol decisivo para el partido en nuestra propia porteria.

– Yo hice lo mismo -dijo ella-. Cuando estaba en cuarto. Desee morirme. Pero mi madre me llevo a tomar un helado para celebrar que habia metido el primer gol de mi vida.

– La mia me llevo a comer pizza -sonrio y le apreto la mano-. Hace media hora no lo habria creido, pero parece que tenemos cosas en comun.

Ella asintio despacio, como si tampoco pudiera creerlo.

– Eso parece. ?Y que paso con tu padre?

– Murio en un accidente de coche cuando yo era un bebe. No lo recuerdo. Siempre estuvimos mi madre y yo, solos.

– Ahora estas muy solo.

Las palabras de Lacey resonaron en lo mas profundo de su ser. No era verdad, tenia montones de amigos, buenos vecinos, companeros de trabajo, incluso algunos primos lejanos que vivian en Florida. Pero no era eso a lo que ella se referia, y el lo sabia. Lacey se referia a la familia inmediata.

– Estoy solo -convino el. Porque a pesar de todos sus amigos, se sentia solo. Y llevaba sintiendose asi algun tiempo. Hasta esa noche.

Alli, hablando con ella en su tienda de cafe, no se sentia solo. De hecho, se sentia muy bien. La noche, que habia comenzado de manera desastrosa, habia dado un giro inesperado. Y para bien.

– ?No tienes novia?

– Nada estable. Si la tuviera, no te habria besado. Se que crees que soy un idiota, y a lo mejor lo soy, pero no soy un hombre infiel.

Ella se sonrojo una pizca.

– Lo creas o no, no he pensado que seas un idiota desde hace al menos cinco minutos.

– Ya somos dos. Y batimos un nuevo record. ?Quieres que probemos a ver si aguantamos diez minutos?

Ella sonrio.

– ?Crees que lo conseguiremos?

– Seguro.

– Esta bien. Cuentame por que no tienes una novia estable. Quiero decir, aunque seas un pesado, deberias tener varias citas, aunque sea por tu aspecto.

– Vaya, gracias. Si que tengo citas, pero ultimamente… -se encogio de hombros-. Me he aburrido del juego. Por eso con Sasha me va tan bien. Siempre se alegra de verme, no le importa que cambie el canal de la tele, nunca se queja si dejo la ropa en el suelo y no habla ingles.

Lacey se rio.

– Si consiguieras evitar que se comiera tus zapatillas…

– Seria perfecta -dijeron al unisono.

Cuando terminaron de reirse, Evan se percato de lo cerca que estaban sentados. De lo romantica que era aquella situacion. De lo solos que estaban. De lo suave que era la piel de sus manos. Le acaricio los dedos con el pulgar y sintio que el deseo que trataba de contener afloraba a la superficie.

?Ella notaria la tension que de pronto habia invadido el ambiente? A juzgar por lo rapido que respiraba y por el ardor de su mirada, Evan estaba seguro de que si. Pero antes de actuar, habia algo que necesitaba saber.

– ?Y tu? ?Tienes novio? -le pregunto.

– No. Y como has dicho tu, si lo tuviera, no te habria besado. Crees que soy una idiota, y puede que lo sea, pero no soy una mujer infiel.

– Y como has dicho, deberias tener varias citas, aunque sea por tu aspecto.

– De hecho, tengo la sensacion de que he salido con la mitad de los chicos solteros de Los Angeles. He tenido muchas relaciones malas. Pero supongo que hay que pasar por las malas para conseguir una buena, y yo debo de estar a punto de tener una buena, aunque solo sea por estadistica. Pero los hombres que conozco siempre se parecen a mi padre, o a mi cunado… Solo les interesa el trabajo, y nada mas. Yo los llamo «clones impersonales». Como tu, estoy cansada del juego. En estos momentos de mi vida, no necesito impresionar a un monton de chicos diferentes. Preferiria impresionar al mismo chico una y otra vez.

– No deberia resultarte dificil. Eres impresionante. Sobre todo con ese vestido.

– Aja. Lo dices porque quieres otra galleta.

– Si me la ofreces, no te dire que no.

El sabia que su tono implicaba algo mas que las galletas. Durante varios segundos permanecieron mirandose el uno al otro, y Evan no pudo evitar preguntarse si ella correria el riesgo o se mantendria a salvo.

– Ahora mismo traigo otra galleta -murmuro ella, y se levanto despacio.

El la observo caminar hacia el mostrador y, al fijarse en su trasero, comenzo a respirar de manera acelerada. Una vez en el mostrador, ella se puso de puntillas y se inclino hacia delante para mirar dentro de la vitrina. Evan penso que se le paraba el corazon. Entonces, ella se dio la vuelta y se apoyo contra el mostrador. Su intensa mirada provoco que Evan sintiera que se le incendiaba la entrepierna.

– Aqui tienes -dijo ella, y le mostro la galleta-. Muerdeme.

Evan se puso en pie y se acerco despacio. Se detuvo frente a ella y apoyo las manos en el mostrador, encerrandola entre sus brazos.

Вы читаете El Karma Tiene La Culpa
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×