Dos sillones orejeros estaban situados delante de la chimenea encendida de marmol blanco proporcionando una acogedora zona de asiento. Un gran espejo de marco ornamentado colgaba encima de la repisa de la chimenea, sobre la que reposaba una coleccion de pequenos pajaros de porcelana. Todo esto, combinado con la alfombra de verde musgo estampada con rosas silvestres de color rosa palido, le produjo a Daniel la sensacion de estar en un jardin interior encantado. Inhalo hondo y percibio cierto olor al sutil perfume floral de Carolyn. ?Un jardin interior con olor a Carolyn!

Carolyn… ?Maldicion! Apenas habia estado fuera de sus pensamientos un segundo desde que se separo de ella la noche anterior.

«?Desde que te separaste de ella ayer por la noche? -pregunto en tono de incredulidad su voz interior-. No ha abandonado tus pensamientos ni por un instante desde hace mucho mas tiempo que eso.»

Daniel echo la cabeza hacia atras y cerro los ojos. «?Esta bien, de acuerdo!» Ella llevaba en sus pensamientos desde hacia muchisimo mas tiempo, lo que era inusual en el. Como lo era la forma en que habia perdido el control la noche anterior, cuando la beso. ?Maldicion, el nunca habia perdido el control de aquella manera! ?Y como resultado de un simple beso? ?Increible!

«Ayer por la noche no fue la primera vez que perdiste el control con ella», le recordo su voz interior con malicia.

«?Mierda! ?Esta bien, de acuerdo!»

Pero aquel dia no pensaba comportarse de aquella manera. Habia planeado con cuidado lo que harian. Pensaba dedicar el dia a conocerla mas. El plan consistia en un agradable paseo seguido de una lenta seduccion. No le daria prisa y, desde luego, no la presionaria como un adolescente inmaduro incapaz de dominar sus pasiones.

Oyo que la puerta se abria y se dio la vuelta con una sonrisa de bienvenida en los labios, pero esta se evaporo, asi como su capacidad de habla, al ver a Carolyn, quien estaba apoyada en el umbral de la puerta.

Llevaba su pelo castano suelto, como una cortina resplandeciente que caia sobre sus hombros mientras sus onduladas puntas le rozaban las caderas. Y vestia… ?cielos, llevaba puesta una bata de saten de color marfil atada a la cintura! Por la forma en que el tejido se ajustaba a sus curvas y resaltaba sus firmes pezones, eso era todo lo que llevaba puesto. La mirada estupefacta de Daniel bajo por el cuerpo de Carolyn hasta sus pies desnudos y de vuelta hacia arriba, donde se encontro con su mirada. Una mirada que despedia un calor tan sensual que Daniel sintio como si se hubiera prendido fuego en sus pantalones.

– Hola, Daniel -declaro Carolyn con un tono de voz calido y seductor.

Daniel estaba a punto de abrir la boca para responder, cuando se dio cuenta de que, en determinado momento, su mandibula debio de haberse caido, pues ya tenia la boca abierta. Si hubiera sido capaz de separar sus globos oculares de Carolyn, habria mirado hacia el suelo para averiguar si su mandibula estaba alli.

Carolyn cerro la puerta con llave y el chasquido de esta resono en la silenciosa habitacion. Los unicos sonidos que se oian eran el crepitar del fuego y la pesada respiracion de Daniel. Si alguna vez en su vida habia visto algo mas excitante que Carolyn vestida con aquella bata y mirandolo como si quisiera tumbarlo en el sofa mas cercano y hacerle sus peores travesuras, Daniel no lo recordaba.

Una vez mas, intento hablar, pero ella volvio a privarlo de esta capacidad al separarse de la puerta y dirigirse hacia el con un contoneo de las caderas que solo podia definirse como pecaminoso. Daniel fue incapaz de impedir la rapida reaccion de su cuerpo y sacudio la cabeza interiormente. ?Estaba duro como una maldita piedra y ella ni siquiera lo habia tocado! Carolyn se detuvo a la distancia de un brazo de el y, si no fuera porque el era incapaz de moverse, Daniel la habria estrujado entre sus brazos.

– Creo que yo he sido la ultima en hablar -declaro Carolyn con un deje de diversion en la voz.

Daniel tuvo que tragar saliva dos veces para encontrar la suya.

– Sin duda, porque me has dejado sin habla. Estas tan… tan…

– Volvio a recorrer su cuerpo con la mirada y un grunido crecio en su garganta-. Como un angel perverso.

– Esta manana me has enviado unos regalos preciosos.

– Si esta es tu forma de agradecermelo, vaciare de rosas mi invernadero todos los dias.

La picardia bailo en los ojos de Carolyn.

– Ni siquiera he empezado a agradecertelo.

Daniel recupero el aplomo que Carolyn le habia arrebatado momentaneamente. ?Gracias a Dios, porque lo habia reducido a un pobre bobo! Daniel elimino la distancia que los separaba de un paso, la rodeo por la cintura y la acerco a el hasta que estuvieron pegados de pecho a rodillas. Inclino la cabeza hasta que sus labios rozaron los de ella y pregunto:

– ?Que tenias pensado?

– Si te lo cuento, arruinare la sorpresa.

Carolyn le rodeo el cuello con los brazos y se puso de puntillas para unir su boca a la de el.

Un escalofrio recorrio el cuerpo de Daniel, quien necesito todas sus fuerzas para no acorralarla contra la pared y penetrarla de inmediato. ?Maldita sea, la forma en que lo privaba, una y otra vez, de su autodominio reduciendolo a aquel estado, y en cuestion de segundos, lo desconcertaba por completo! Aunque tenia que reconocer que aquel aspecto jugueton y seductor de Carolyn lo sorprendia y deleitaba a la vez.

Sin embargo, aunque se sentia encantado, no pudo evitar preguntarse si ella estaba pensando realmente en el; si lo veia a el por quien realmente era o si el era para ella solo un sustituto de Edward.

Una oleada de celos irracionales recorrio su interior al imaginarse que ella estaba pensando en Edward mientras lo besaba. Entonces se regano a si mismo interiormente. ?Resultaba ridiculo sentir celos de un difunto! El no queria el corazon y el alma de Carolyn, solo su cuerpo. Y resultaba evidente que iba a satisfacer su deseo. No podia pedir nada mas. No le importaba si ella tenia a Edward en su cabeza.

?O si?

?No, claro que no!

Daniel levanto la cabeza y se pregunto si su cara reflejaba sus pensamientos, porque Carolyn habia fruncido levemente el ceno. Echandose hacia atras en el circulo de los brazos de Daniel, Carolyn le pregunto:

– ?No estas contento?

La mirada de Daniel se entretuvo en la generosa curva de los pechos de Carolyn presionados contra el.

– La verdad es que si. De hecho, apostaria algo a que, ahora mismo, soy el hombre mas feliz de todo el reino.

– ?Estupendo!

Carolyn retrocedio unos pasos y los brazos de Daniel colgaron a sus costados. Daniel afianzo los pies en el suelo para no moverse. Aunque deseaba intensamente tumbar a Carolyn en el suelo, arrancarle la bata y tocar y saborear todos los centimetros de su piel, tambien ansiaba ver lo que ella haria a continuacion.

Y no tuvo que esperar mucho.

Daniel dirigio su mirada hacia la cintura de Carolyn, donde los dedos de ella jugueteaban con el cinturon anudado de la bata.

– ?Los planes que habias preparado para nosotros esta tarde eran muy urgentes? -pregunto ella.

– Nada que no pueda esperar.

– ?Te gusta mi bata?

– Mucho.

– ?Quieres que me la quite?

El clavo la mirada en la de ella. «Incluso mas que volver a respirar.»

– El unico problema es que me quedare… desnuda.

– Personalmente, no veo que eso sea un problema.

– Bueno, solo lo sera si tu no lo estas.

– Mi muy querida Carolyn, ?me estas pidiendo que… me desnude?

Daniel pronuncio la ultima palabra con un tono exagerado y escandalizado.

– Si no te molesta mucho.

– No mucho. Supongo. Si a ti le gustaria…

– Oh, me gustaria mucho. Aunque hay algo que todavia me gustaria mas.

– Mmm, empiezo a pensar que eres muy exigente.

Carolyn curvo las comisuras de los labios en una sonrisa picara.

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