– Gracias.

– De nada. -Sarah bajo la voz-. No mires, pero lord Surbrooke esta al otro lado de la habitacion hablando con… -alargo el cuello- lady Margate. Acaba de verte y… ?Cielo santo, que expresion ha iluminado su mirada! Como una llamarada que prende repentinamente en astillas secas.

Carolyn no pudo evitar mirar en aquella direccion. Su mirada se encontro con la de Daniel y parecio como si todo lo que habia entre ellos, los invitados, las charlas, la musica, el tintineo de las copas de cristal…, todo se desvaneciera. Una avalancha de preguntas bombardeo a Carolyn, quien tuvo que esforzarse para no atravesar corriendo la habitacion y formularselas a Daniel. «?Has leido el libro? ?Y mi nota? ?Tienes tantas ganas como yo de estar de nuevo a solas conmigo?»

– Julianne y Emily estan a punto de unirse a nosotras -declaro Sarah con la boca de medio lado-. Te dejo en buenas manos mientras voy a buscar a mi marido, quien me prometio un baile.

Preguntandose cuanto tardaria Daniel en acercarse a ella, Carolyn lo saludo con un discreto gesto de la cabeza, gesto que el le devolvio. A continuacion, se esforzo en centrar su atencion en Emily y Julianne, quienes querian oir los detalles del disparo de la noche anterior. Cuando Carolyn volvio a mirar hacia donde habia visto a Daniel por ultima vez, el ya no estaba alli. Y tampoco lady Margate, con quien el estaba hablando minutos antes. ?Se dirigia Daniel hacia donde estaba ella? Esta idea hizo que el corazon se le acelerara, pero despues de estar hablando durante un cuarto de hora con Emily y Julianne sin que Daniel apareciera, el estado de animo de Carolyn decayo.

?Donde estaba el y por que no se habia acercado a ella?

Capitulo 17

A algunas mujeres les gustan las restricciones del matrimonio, pero yo disfrutaba de la libertad de la viudedad y de no tener que dar explicaciones a nadie salvo a mi misma. Era libre de centrarme en un amante o, si lo deseaba, dirigir mi atencion a varios hombres.

Memorias de una amante,

por una Dama Anonima

– ?Estas disfrutando de la fiesta?

La pregunta hizo que Daniel apartara su atencion de Carolyn, quien estaba en el otro extremo de la atiborrada habitacion cerca de la fuente del ponche, y se volviera hacia su interlocutor. Matthew estaba a su lado, con una copa de champan en la mano.

– Claro que estoy disfrutando de la fiesta.

Lo que era una mentira absoluta. Habia cumplido con su obligacion, charlando y mezclandose con los demas invitados, incluidos Gideon Mayne y Charles Rayburn, quienes estaban de servicio y seguian esperando encontrar una pista en relacion con en el asesinato de Blythe. En mas de una ocasion, Daniel habia sentido sus miradas clavadas en el.

Pero ahora que habia cumplido sus obligaciones sociales, lo unico que queria era irse de alli. Con Carolyn, a quien, a pesar de todos sus esfuerzos, no habia conseguido borrar de su mente ni siquiera un instante. Sobre todo despues de leer el explicito libro que le habia enviado. Las breves palabras que ella habia escrito en la nota adjunta estaban grabadas en su mente: «Quiero todo esto.»

?Y por Dios que el queria darselo! Y habia decidido empezar alli mismo, empleando uno de los metodos utilizados por uno de los amantes de la Dama Anonima. En una de las fiestas a las que asistieron, el amante de la dama se mantuvo alejado de ella a proposito para crear un ambiente de expectativa. El estaba haciendo lo posible por mantenerse a distancia de Carolyn, pero le estaba costando muchisimo. Quiza le iria mejor si empleara otro de los metodos descritos en el libro. El de arrastrar a hurtadillas a su amante a la habitacion vacia mas cercana, cerrar la puerta con pestillo y proceder a demostrarle lo mucho que la deseaba. Pero sabiendo los rumores que habia despertado el hecho de que estuvieran juntos durante el tiroteo de la noche anterior, por respeto a Carolyn, decidio actuar con discrecion.

Aunque…, el plan de arrastrarla fuera de aquella habitacion quiza fuera mejor, pues el bastardo de Jennsen estaba hablando con ella en aquellos momentos. Y sonriendole. Y, maldita sea, ella le estaba devolviendo la sonrisa. De hecho, estaban hablando como si fueran los mejores amigos del mundo.

– Debo decirte que me sorprende que estes disfrutando de la fiesta -declaro Matthew-, porque por tu aspecto nadie lo diria. Tu cara parece una nube tormentosa.

?Maldicion! Daniel cambio de expresion y bebio un trago de conac.

– La fiesta es estupenda.

– Me alegra que opines asi. Personalmente, me cuesta esperar a volver a casa con mi encantadora mujer y quitarle ese precioso vestido que lleva puesto. ?Tienes planes para mas tarde?

«Si, voy a tirar al bastardo de Jennsen a las zarzas mas cercanas. Despues hare el amor con la mujer mas hermosa que he visto en mi vida.»

– ?Por que me lo preguntas?

– Solo por charlar. -Se interrumpio y anadio-: Sorprendente pareja.

– ?Quien?

– Carolyn y Jennsen.

Daniel apreto con fuerza la copa de conac.

– No son una pareja -declaro, orgulloso de lo indiferente que sono su afirmacion.

– Lo mismo pensaba yo, pero algo que me ha contado Sarah hace menos de un cuarto de hora me ha hecho cambiar de opinion.

– ?Vaya! ?Y que te ha contado tu esposa?

– Que Jennsen la beso. Me refiero a Carolyn, claro, no a mi esposa. Si hubiera besado a mi esposa, te aseguro que no habria podido asistir a la fiesta.

A Daniel se le helo la sangre. Se volvio poco a poco hacia Matthew.

– ?Disculpa?

– Digo que, si hubiera besado a mi esposa…

– Esta parte no, la otra.

– ?Ah! Que Jennsen ha besado a Carolyn.

Daniel se sintio como si lo hubieran apunalado y pregunto con sequedad:

– ?Cuando?

– Hoy.

Daniel nego con la cabeza.

– Te equivocas.

Tenia que equivocarse.

– Te aseguro que no.

– ?Donde?

Matthew fruncio el ceno.

– Sarah no me lo ha contado, aunque, si tuviera que adivinarlo, diria que en el salon.

– Me refiero a que parte del cuerpo le ha besado. ?La mano? ?La mejilla?

Aunque odiaba la idea de que la hubiera besado, suponia que podria reprimirse y no darle a Jennsen una patada en el culo por besarle la mano o la mejilla a Carolyn. Al menos, eso creia.

Matthew sacudio la cabeza.

– ?Ah, no! En los labios. Y, segun Sarah, fue todo un beso.

Daniel se sintio como si fuera a expulsar vapor por todos los poros de su cuerpo.

– ?Que demonios significa eso?

Al oir su tono de voz, Matthew arqueo una ceja.

– Seguro que, con todas las amantes que has tenido, sabes que tipo de beso es «todo un beso».

Una neblina roja empano la vision de Daniel. El bastardo de Jennsen habia besado a Carolyn. A su Carolyn. Iba a hacer algo mas que patear el maldito culo colonial de Jennsen. Lo iba a patear durante todo el camino de

Вы читаете Confesiones De Una Dama
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату