– ?Le regalo alguna joya, como habia hecho con lady Crawford? -pregunto Rayburn.
– Si, un brazalete.
– ?De zafiros?
Daniel asintio con la cabeza.
– De hecho, lo llevaba puesto ayer por la noche. -Un escalofrio de intranquilidad recorrio la espina dorsal de Daniel-. ?Por que lo pregunta?
– Porque lady Margate fue encontrada muerta esta manana en las caballerizas que hay detras de la casa de lord Exbury -contesto Rayburn-. La golpearon hasta morir. El mismo metodo que utilizaron con lady Crawford, su anterior amante. Y usted, milord, es el lazo que une los dos asesinatos.
Capitulo 20
Una mujer nunca deberia tener miedo de tomar la iniciativa al hacer el amor. Ninguno de mis amantes se quejo nunca de que yo fuera demasiado atrevida o desvergonzada. Pero muchos de ellos se quejaron de que sus esposas hacian poco mas que permanecer tumbadas e inmoviles debajo de ellos. Y, logicamente, esta es la razon de que aquellos caballeros me buscaran en primer lugar.
por una Dama Anonima
Daniel contemplo a los dos hombres y se esforzo en mantener una apariencia calmada, lo que contrasto enormemente con su agitacion interior. Apenas podia asimilar que Gwendolyn estuviera muerta y, todavia menos, que Mayne y Rayburn sospecharan que el era un asesino. Ya sospecharon de el cuando asesinaron a Blythe. Sobre todo Mayne, aunque, entonces, Daniel no le dio mucha importancia a este hecho. Pero ahora…
Daniel enarco las cejas.
– ?De verdad me creen capaz de cometer esos crimenes?
– Dada la suficiente provocacion, cualquier hombre es capaz de cometer un asesinato, milord -declaro Mayne sin apartar, en ningun momento, sus oscuros ojos del rostro de Daniel.
– ?Incluido usted? -dijo Daniel, sosteniendole la mirada.
– Cualquier hombre -reitero Mayne.
– ?Y que podria empujarme a matar a dos mujeres que me gustaban?
– Quiza no le gustaban tanto como le gustaria hacernos creer -declaro Mayne.
– Le costara mucho demostrar eso, sobre todo porque no es verdad. Aunque las pruebas parecen apuntar hacia mi…
– De «parecer» nada -lo interrumpio Mayne-. Las pruebas apuntan a usted. Unicamente a usted.
– De una forma muy conveniente -prosiguio Daniel-. Demasiado conveniente. Supongo que se les habra ocurrido pensar que alguien esta intentando hacerme parecer culpable.
– Eso es lo que usted afirmo de Tolliver -intervino Rayburn-. Pero es imposible que haya asesinado a lady Margate, pues esta detenido.
– Pero si que pudo matar a lady Crawford -declaro Daniel, esforzandose por no demostrar su enojo-. Y dispararme. A menos que crean que me dispare a mi mismo. Quiza Tolliver contrato a alguien para que matara a lady Margate de la misma forma en que habia matado a lady Crawford. El me amenazo. Queria venganza. ?Que mejor venganza que verme arruinado y ahorcado por asesinato?
Rayburn fruncio el ceno.
– Entonces, ?por que habria de dispararle?
– ?Por impaciencia, quiza? -sugirio Daniel-. No tengo ni idea de como funciona la mente de un loco.
– ?Quien heredaria su titulo y propiedades en caso de que muriera? -pregunto Mayne.
Daniel titubeo al oir aquella pregunta tan directa, pero al final contesto:
– Stuart, mi hermanastro. Y, despues de el, George, su hermano menor.
– ?Hermanastros? -pregunto Rayburn.
– Mi padre volvio a casarse despues de la muerte de mi madre.
– ?Y como es su relacion con ellos?
– Tensa -admitio Daniel-. Sin embargo, ninguno de ellos puede ser el responsable de los disparos, pues los dos estan en el continente. Y llevan alli varios meses.
– ?Y su madrastra?
– Esta con ellos.
– Heredar un condado sin duda es un motivo -senalo Mayne-. Cualquiera de ellos podria haber regresado a Inglaterra en cualquier momento.
– Es poco probable -contesto Daniel-. Su ultima carta me llego hace solo unos dias y procedia de Austria. Se lo estaban pasando muy bien y tenian planeado ir a Italia desde alli.
– Parece una carta muy amigable teniendo en cuenta lo tensa que es su relacion -indico Rayburn.
– Siempre se muestran amigables cuando quieren pedirme dinero -contesto Daniel con sequedad-. Pero aunque tanto mis hermanastros como mi madrastra son codiciosos y superficiales, no son unos asesinos.
– ?Tiene usted algun otro enemigo? -pregunto Rayburn.
– Ninguno que yo sepa, pero esta claro que tengo uno. Confio en que seguiran intentando descubrir su identidad. Igual que yo. -Daniel se puso de pie-. Si no desean nada mas… -declaro mirando intencionadamente hacia la puerta.
Rayburn y Mayne se marcharon, aunque Daniel estaba convencido de que lo que mas deseaba Mayne era ponerle unos grilletes y una soga al cuello. Supuso que Mayne sospechaba que habia mentido acerca de estar en su casa la noche anterior y eso no era nada bueno. Sin duda, el detective creia que el era el culpable de los asesinatos, lo que significaba que dedicaria su tiempo a buscar pruebas en contra de Daniel en lugar de buscar al verdadero asesino.
?Maldicion!
Una idea inquietante rondaba por su mente y, con el ceno fruncido, Daniel camino de un lado a otro frente a la chimenea.
Estaba muy claro que alguien intentaba culparlo de asesinato. Pero ?quien?, y ?por que? Las dos victimas eran antiguas amantes suyas. Daniel fruncio aun mas el ceno. De hecho, eran dos de sus ultimas amantes. Las unicas mujeres con las que habia estado desde que termino su relacion con ellas eran Kimberly y…Carolyn.
Daniel se detuvo como si hubiera topado con una pared. ?Acaso su enemigo tenia como objetivo solo a sus antiguas amantes? Eso parecia. ?Que mejor manera de hacer recaer sobre el las sospechas? Si era asi, tanto Kimberly como Carolyn estaban en peligro. La idea de que Kimberly estuviera en peligro lo preocupo y lo enojo, pero que Carolyn lo estuviera…
De repente sintio como si su corazon hubiera dejado de latir. La idea de que Carolyn estuviera en peligro lo helo hasta la medula. ?Conocia su enemigo la relacion que mantenia con Carolyn? Entonces otra idea aparecio en su mente. Una idea que le helo la sangre.
?Y si el disparo de dos dias atras no estaba dirigido a el, sino a Carolyn?
Durante varios segundos, sus pulmones dejaron de funcionar. No tenia ninguna prueba, pero sus entranas le decian que estaba en lo cierto. Quiza todas sus anteriores amantes estuvieran en peligro, pero, por el patron de los dos ultimos crimenes, Kimberly y Carolyn eran, por logica, las dos proximas victimas. Corrio al vestibulo y les conto a toda prisa a Samuel y Barkley la conversacion que habia mantenido con Rayburn y Mayne.
– ?Menudos idiotas! ?Mira que pensar que uste podria hacer dano a esas damas! -exclamo Samuel con ojos chispeantes.
– Estoy de acuerdo, pero en estos momentos eso no es lo importante. Tengo que advertir a lady Walsh y lady Wingate de que pueden estar en peligro debido a su… conexion conmigo. Samuel, quiero que localices a Rayburn y a Mayne y les cuentes lo que te he dicho. No se adonde iban, pero, tarde o temprano, apareceran por la comisaria de Bow Street.
– Si, milor.
Salieron de la casa en direcciones opuestas. Cuando Daniel llego a la casa de Carolyn, Nelson le dijo que no